"Cuanto más sabemos sobre este virus, peor se vuelve". Así comienzan algunas redacciones hablando sobre las últimas noticias que relacionan el virus Zika con nuevas consecuencias. Entre ellas la microcefalia en bebés y desórdenes neurológicos severos. Y no es para menos. Pues parece que las últimas evidencias, aunque todavía faltan más estudios al respecto, muestran de lo que es capaz el virus. Pero no podemos volver la vista a algo que está ocurriendo delante de nuestras narices. Está claro que el Zika es capaz de afectarnos de maneras que nunca hubiéramos esperado antes.
Zika y el síndrome de Guillain-Barré
Aunque se conocen algunos de los efectos más graves atribuidos a la infección por Zika, como son los abortos y la microcefalia, otros han pasado más desapercibidos. Al menos hasta el momento, cuando ya parecen demasiado obvios. Hablamos, por ejemplo, del síndrome de Guillain-Barré y otros desórdenes autoinmunes y neurológicos. Los datos provienen de un estudio realizado durante la epidemia de Zika en Oceanía entre 2013 y 2014. Durante esta etapa, es estudió a 42 pacientes que sufrían de síndrome de Guillain-Barré, de los cuales el 98% (41 pacientes) eran portadores del virus Zika. Bien, esto no diría nada en especial, pues podría ser mera coincidencia, si no fuera porque el síndrome de Guillain-Barré es una patología extremadamente extraña. Su incidencia es de uno por cada 100.000 habitantes.
Sin embargo, las estimaciones, tras la epidemia, muestran un aumento de veinticuatro por cada 100.000 habitantes infectados con Zika, es decir, veinticuatro veces más. Esto no quiere decir que padecer de Zika haga que se vaya a sufrir de síndrome de Guillain-Barré. Lo que quiere decir, como mucho, es que el virus aumenta las posibilidades de que ocurra. Para avalar esta hipótesis, los casos de síndrome de Guillain-Barré en otros países como Colombia, Brasil o Venezuela, todos afectados por el virus, han aumentado de una forma inusual. No obstante, no podemos decir con seguridad cual es la diferencia entre la afección por el virus y los pacientes libres de Zika ya que faltan más trabajos y estudios. Por ahora solo sabemos que Zika se relaciona con un aumento en las posibilidades de sufrir síndrome de Guillain-Barré, una enfermedad que puede resultar muy grave, especialmente bajo la influencia del virus.
Qué hace el síndrome de Guillain-Barré
El síndrome de Guillain-Barré es una enfermedad autoinmune que provoca un problema neurológico severo. En los peores casos, especialmente cuando no es tratado, este síndrome provoca la muerte. En concreto, y sobre lo que se sabe del síndrome, este actúa haciendo que nuestro propio sistema inmune ataque a nuestro sistema nervioso periférico. ¿Qué provoca esto? Que los músculos, los sentidos y todo el sistema de control de nuestro cuerpo no actúa. De esta forma, se siente cansancio, imposibilidad de mover los músculos e incluso parálisis. Si el síndrome se extiende puede incluso provocar una parada cardiorrespiratoria mortal. Algunos síntomas del síndrome de Guillain-Barré son la pérdida de sensaciones en las extremidades, cosquilleos y dolores que sustituyen las sensaciones.
El síndrome de Guillain-Barré hace que nuestro propio sistema inmune ataque al sistema nervioso periférico
Lo que ocurre, en concreto, es que nuestro sistema inmune ataca las vainas de mielina, un recubrimiento necesario de las células del sistema nervioso. En ocasiones, el sistema nervioso puede atacar, incluso, a la propia neurona, destruyendo el canal nervioso por completo. Sin nervios, el cuerpo no puede funcionar. Algunos investigadores creen que este ataque se debe al parecido entre algunos agentes infecciosos con las proteínas que envuelven las membranas de las vainas y neuronas. No obstante, el síndrome de Guillain-Barré todavía no es tan comprendido como otras enfermedades más comunes debido a su rareza.
La punta del iceberg
Como vemos, cada vez más, lo que sabemos sobre el virus Zika es solo la punta del iceberg. Un iceberg del que ni siquiera estimamos su profundidad. Desde que apareció en los cincuenta del siglo pasado, los síntomas, afecciones y problemas asociados no han hecho más que crecer. Otra evidencia que no podemos ignorar es la de que el virus Zika provoca microcefalia en los bebés. Esta enfermedad, normalmente de origen congénito, se dispara en las mujeres embarazadas y provoca niños con cráneos anormalmente pequeños, así como otros problemas que pueden resultar severos y terminar con la muerte del paciente.
No obstante, y aunque la incidencia de la microcefalia es llamativa, y el síndrome de Guillain-Barré es grave, es necesario mantener la calma. Normalmente el virus Zika no pasa de ser una fiebre fuerte, con erupciones y conjuntivitis en el caso más complicado. Así al menos lo pasan casi todos los afectados. Eso no quiere decir que no haya que estudiar qué consecuencias adicionales tiene y cómo nos afectan. Y, sobre todo, una vacuna y remedios contra él. Por ahora no existe ningún tratamiento más allá de los paliativos. Pero como hemos dicho, esta es solo la punta del iceberg. Y mientras seguimos descubriendo lo que esconde este virus, también encontraremos nuevas herramientas contra él.