"El Gobierno debe impulsar el Museo Cajal para poner en valor la Marca España. Nos cuesta reconocer que somos historia y, por desgracia, al carro de la cultura le sigue faltando la rueda de la ciencia", ha dicho Juan José Rodríguez Sendín. El presidente de la Organización Médica Colegial ha realizado estas afirmaciones en el aula donde Santiago Ramón y Cajal impartió clases desde 1892 hasta 1922, que hoy forma parte de la sede del Colegio de Médicos de Madrid.
Ambas entidades han revitalizado el deseo de los herederos y discípulos de Ramón y Cajal, que llevan reclamando desde hace décadas la creación de un museo que sirva de homenaje y reúna sus objetos científicos y pertenencias personales. El Ilustre Colegio de Médicos de Madrid ha puesto a disposición de las autoridades un espacio donde podría establecerse su colección. En una rueda de prensa celebrada hoy, los impulsores del Museo Cajal han pedido que este hipotético espacio incluyera también las colecciones del resto de discípulos del fundador de la neurociencia moderna.
"No hay una escuela tan fructífera como la que fundó Cajal en un país que nunca ha sido de ciencia", ha afirmado Fernando de Castro, investigador y nieto de uno de los alumnos más queridos y cercanos al primer Nobel español de ciencia. "Todos esos importantes descubrimientos siguen siendo verdad, algo complicadísimo en investigación", ha afirmado de Castro, quien ha presentado recientemente un libro en el que se publican por primera vez en inglés las "recetas" que Cajal utilizaba en el laboratorio.
El legado de Cajal, que actualmente se encuentra en un cuarto de apenas 15 metros cuadrados con la temperatura y la humedad controladas, sigue abandonado por el Gobierno a la espera de una solución. Los impulsores tienen la "firme determinación" de que se establezca este hipotético Museo Cajal. Tras solicitar el reconocimiento dentro del Registro Internacional de la Memoria del Mundo de la Unesco, apoyados por el Secretario de Estado de Archivos Estatales, pretenden que el Gobierno dé un nuevo paso para proteger la colección del maestro y sus discípulos.
"Llevamos 25 años con el legado en un cuarto", ha lamentado Juan A. de Carlos, investigador del Instituto Cajal que fue responsable del archivo durante una década de forma completamente voluntaria. "La escuela que fundó fue la más importante que ha dado la ciencia universal", ha añadido después Juan del Río-Hortega, descendiente de otro de los más afamados discípulos de Cajal, Pío del Río-Hortega. El médico ha explicado que en su casa conservan "más de 1.100 documentos" que deberían estar disponibles para toda la comunidad científica y la sociedad civil.
Los estudios del Nobel y su escuela sentaron las bases para comprender las enfermedades del sistema nervioso, como el alzhéimer, las demencias o los infartos cerebrales. "Puso el nombre de España en la primera fila de la ciencia mundial", han comentado durante la rueda de prensa. Su deseo es que el archivo del investigador sea accesible para todo el mundo, y no sólo reúna todos los legados del científico y sus discípulos, sino que se pueda catalogar y estudiar sus contribuciones fundamentales para conocer mejor el cerebro y el sistema nervioso.