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Mientras los jóvenes se manifiestan en contra de Donald Trump en ciudades de Estados Unidos como Nueva York, Portland y Washington , el grupo de extrema Ku Klux Klan (KKK) organiza una marcha para celebrar su triunfo en las elecciones. Los llamados Leales Caballeros Blancos de Pelham, en Carolina del Norte, anunciaron en su página web que la marcha se celebrará el 3 de diciembre, aunque no detallaron ni la hora ni el lugar en la que se llevará a cabo.

"TRUMP'S RACE UNITED MY PEOPLE", la raza de Trump unió a mi pueblo. Con letras mayúsculas y una fotografía de Trump en el que le describen como Presidente de los Estados Unidos, el KKK anunció la celebración de su "Desfile Klavalkade Klan de Victoria".

Según el exlíder de la organización y exrepresentante del estado de Louisiana David Duke, la victoria de Trump se debe al apoyo que le brindaron los de extrema derecha. En su cuenta de Twitter, Duke afirmó que la noche de las elecciones fue una de las más emocionantes de su vida y que su gente jugó un rol decisivo en el resultado final.

El exlíder, también conocido com "el Gran Mago", se presentó como candidato para el Senado en Louisiana. En su vídeo de presentación, afirmó estar de acuerdo con las reformas en política antimigratoria de Donald Trump. Finalmente, su candidatura fue rechazada.

Hilary Clinton acusó a Trump de popularizar estos grupos de odio y la campaña del republicano fue duramente criticada por no denunciar el apoyo de KKK a candidatura. Más tarde, el equipo anunció que las acciones de la asociación de derecha eran "repulsivas".

El Ku Klux Klan de Carolina de Norte cuenta con un número aproximado de entre 150 y 200 seguidores y se ha convertido en uno de los grupos de ideología extremista más activos en los Estados Unidos, según un informe de Anti-Defamation League.

Otro estudio de la Universidad de George Washington y su Programa de Extremismos arrojó que los nacionalistas blancos y neonazis han aumentado considerablemente su presencia en la red Twitter. Entre 2012 y 2016, el número de usuarios de grupos de extrema derecha aumentó un 600% más que la cuenta de ISIS.