Actualización a las 13:46. Ya es la tercera vez que Airbnb, y su par HomeAway, se enzarzan en una lucha con Barcelona y su alcaldesa Ada Colau. Y parece ser que la lucha va para largo.

En diciembre de 2015 se emitió una multa de 60.000 euros contra ambas plataformas. HomeAway pagó y Airbnb siguió con los procesos legales para evitarlo. Se repitió la jugada en junio de este año y ahora, vuelven de nuevo pero elevando la sanción a un estadio mucho mayor. Ya lo avisaron en su último comunicado: de no cumplirse, por parte de las compañías, la obligación de catalogar los pisos anunciados en sus plataformas como turísticos y, por tanto, cumplir con impuestos y normativas la sanción sería de 600.000 euros para cada una de ellas.

Y así ha sido. En una entrevista a Catalunya Ràdio, Ada Colau ha soltado la bomba informativa acompañada de su correspondiente comunicado. Alegando que, "hay miles de pisos operando sin licencia, sin pagar impuestos y causando perjuicios a las comunidades de vecinos". Y, por supuesto a los negocios hoteleros de la ciudad condal que, según ellos, se encuentran inferioridad de condiciones y acosados por una competencia desleal. Ante esta situación, Airbnb ha alegado que volverá a recurrir la multa, alegando además a ciertas contradicciones por parte de las diferentes instituciones de la ciudad:

“Es una decisión triste y Airbnb apelará. Hace menos de un mes se celebró una reunión con representantes del Ayuntamiento y Airbnb se comprometió a trabajar de manera conjunta para apoyar los intereses de la ciudad. Airbnb es parte de la solución en Barcelona. Airbnb quiere ser un buen aliado de las ciudades y seguirá buscando el diálogo con el ayuntamiento.”

En concreto, los números de la competencia desleal son de 3.812 pisos de Airbnb y 1.744 de HomeAway que no se han presentado ante el catastro con los documentos para alegar su actividad como vivienda turística.

La lucha de Ada Colau con el exagerado e incontrolable negocio del turismo en Barcelona viene desde, prácticamente, su primer día de actividad como alcaldesa de Barcelona. No sólo con las viviendas que ellos catalogan como ilegales, también con el exceso turístico que satura la ciudad. Han llegado ha elaborar informes en los que afirman que todo este embrollo turístico y empresarial ha hecho elevar el precio de los alquileres de los pisos más cercanos al centro de la ciudad y que, al menos, el 39,5% opera bajo cuerda; con lo que eso implica para las arcas de la ciudad condal.

Es un momento convulso para las tecnológicas afiliadas a la economía colaborativa en España. BlaBlaCar en su guerra con la Comunidad de Madrid que insta al cese de la plataforma. Y Airbnb con Barcelona, ya que sus relaciones con Madrid y Valencia parecen estar normalizadas. Desde luego, Airbnb está muy lejana al cese de su actividad, y menos ahora que se está reconvirtiendo en agencia de viaje, pero los nervios en la ciudad condal están bastante crispados.

Se ha contactado HomeAway, pero dicha compañía no se han pronunciado a la hora de publicar este artículo.