La resistencia a los antibióticos es una de las amenazas más graves para la salud pública. Cada vez existe un número más amplio de bacterias que consiguen esquivar este tipo de tratamientos farmacológicos, desarrollados inicialmente por Alexander Fleming tras el descubrimiento casual de la penicilina. Naciones Unidas da hoy un paso de gigante al impulsar una alianza histórica contra este gran problema sanitario, que ya está detrás de 700.000 fallecimientos anuales.
Según algunas estimaciones, diez millones de personas podrían morir en 2050 por el ataque de las bacterias resistentes a antibióticos, en su mayoría infecciones hoy curables. El número de fallecimientos superaría en 1,8 millones de personas a las muertes producidas por el cáncer. El problema no es nuevo, pues la comunidad científica lleva alertando de la aparición de resistencias a estos medicamentos desde hace sesenta años.
El camino para llegar a este acuerdo contra la resistencia a los antibióticos no ha sido fácil. Naciones Unidas lleva seis años discutiendo sobre esta amenaza sanitaria. La alianza de la ONU es la cuarta que se impulsa en el campo de la medicina, tras las declaraciones contra el VIH en 2001, las enfermedades no transmisibles en 2011 y el ébola en 2013. La comunidad internacional pretende con este paso poner sobre la mesa una estrategia política para combatir la aparición de bacterias multirresistentes.
Los expertos señalan que el problema de la resistencia a los antibióticos se agravará si no se toman medidas urgentes para prevenir y frenar lo que algunos denominan "apocalipsis" bacteriano. La descripción no es exagerada: la sobreutilización de estos fármacos en ganadería y la mala utilización en medicina humana, al tomar antibióticos para tratar, por ejemplo, infecciones causadas por virus, han sido los factores que explican la existencia de microorganismos resistentes. A día de hoy, las más preocupantes son las conocidas como bacterias ESKAPE (Enterococcus faecium, Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae, Acinetobacter baumanii, Pseudomonas aeruginosa y Enterobacter).
El acuerdo impulsado por Naciones Unidas incluirá una serie de acciones para luchar contra la amenaza más grave a la que se enfrenta la medicina moderna. Los 193 países firmantes se comprometerán a desarrollar estrategias de vigilancia y sistemas regulatorios sobre el uso y la venta de antibióticos en medicina y veterinaria, promover la investigación de nuevos fármacos contra las bacterias resistentes y de nuevos métodos de diagnóstico, además de desarrollar estrategias para mejorar la educación y divulgación sobre la resistencia a los antimicrobianos. Asimismo, la alianza incluye el establecimiento de un fondo de 790 millones de dólares (700 millones de euros) para combatir la aparición de cepas panresistentes. Estos compromisos marcarán, sin duda, un punto de inflexión en la lucha contra esta "amenaza fantasma" que nos acecha cada día.