BlackBerry Passport, uno de los terminales más atrevidos de la compañía.

Hacía más de un año que no hay ningún dispositivo con BlackBerry 10 a la venta. El último modelo, el BlackBerry Leap salió a la venta en abril de 2015. Unos meses después, a finales de 2015, llegaba la BlackBerry Priv, un híbrido con Android personalizado y al que se habían añadido muchas funciones de negocios y seguridad propias del fabricante canadiense.

Damos un salto a enero de 2016, John Chen, el actual CEO de BlackBerry comentó que disminuirían la cantidad de smartphones que lanzan a uno o dos al año. Pero el jarro de agua fría para muchos usuarios que preferían el sistema propio de BlackBerry fue que las novedades vendrían de la mano de Android. La realidad es que los dispositivos con BlackBerry 10 dejarán de ser puestos a la venta. Y aunque los servicios permanecerán activos durante un tiempo indeterminado está claro que el futuro —por poco que sea— de BlackBerry estará atado a Android.

Ahora solo queda especular qué hubiera ocurrido si BlackBerry se hubiera tomado en serio la competencia que suponían el iPhone y Android

A pesar de ello, tanto Chen como diversos ejecutivos de BlackBerry nunca se atrevieron a dar por muerto a su propia creación. BlackBerry 10 suponía un paso adelante con respecto al maltrecho BlackBerry 7, pero quedaba aún así muy retrasado frente a las opciones más populares del mercado como Android e iOS.

La empresa está centrada en volver a tener una ruta hacia los beneficios estables y continuados. Dejar atrás la carga de costes que suponen desarrollar y mantener un sistema operativo propio. Moverse a Android tiene sus contras, pues elimina de base mucha diferenciación en un mercado saturado. Pero quizá sea la única opción.

Siempre nos quedará pensar en qué hubiera pasado si BlackBerry hubiera adoptado Android años antes. O si Nokia lo hubiera hecho. Pero la realidad es la que es. BlackBerry 10 fue un fracaso que al igual que BlackBerry 7, nunca pudo competir contra Android o el iPhone.