Las simpáticas tortugas antropomorfas vuelven en la secuela de esta segunda adaptación cinematográfica, esta vez a las órdenes del prácticamente desconocido Dave Green, en una nueva aventura que nos trae a más de los reconocibles personajes de su murtiverso.Este joven director estadounidense aún no ha tenido la ocasión de ser muy prolífico, de modo que pueda demostrar al mundo de la cinefilia de qué pasta están hechos de veras su estilo como narrador audiovisual y los intereses que alberga con su trabajo.
Antes de esta continuación de gran presupuesto y pretensiones comerciales *sólo había realizado Earth to Eco (2014), un filme sencillo que combina el metacine del metraje encontrado, gracias al recurso a grabaciones elaboradas por los propios personajes, como en Blair Witch Project* (Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999), *Paranormal Activity (Oren Peli, 2007), Chronicle (Josh Trank, 2012) o The Visit* (M. Night Shyamalan, 2015), con la aventura juvenil ochentera de ciencia ficción, lo que *nos recuerda a Super 8* (J.J. Abrams, 2011) en más de un sentido**.
Y si hallamos algo curioso al visionar Earth to Eco y Teenage Mutant Ninja Turtles: Out of The Shadows es que, en ambas películas, hay un elemento fundamental y de idéntica naturaleza que se construye exactamente de la misma forma en su último tramo, pieza a pieza, pese a que cambie su rol dramático por completo. Al margen de esta particularidad, el vínculo entre “muchachos” y sus vaivenes también está presente en los dos filmes.
Las Tortugas Ninja surgieron en un cómic independiente de Kevin Eastman y Peter Laird en 1984, y ninguna de las primeras cuatro adaptaciones al cine, que se encuentran en el mismo arco narrativo, fueron siquiera aceptables. Ni la chocarrera TMNT (Steve Barron, 1990), ni la cutre *TMNT 2: The Secret of the Ooze (Michael Pressman, 1991), ni la desastrosa TMNT 3: Turtles in Time* (Stuart Gillard, 1993) ni la olvidable continuación animada de la original, TMNT (Kevin Munroe, 2007), que obvia las dos secuelas, supusieron más que una decepción tras otra.
Así que **resulta, como poco, llamativo que las dos últimas adaptaciones, a las que los cinéfilos temían mucho debido a que las produce el pirotécnico Michael Bay, por lo menos hayan salvado los muebles**, al contrario que sus predecesoras.
'TMNT 2' contiene un mayor número de secuencias de acción, bastante más espectaculares, y en escenarios variados
Pero tampoco hay que echar las campanas al vuelo, pues se limitan a cumplir con su objetivo de entretener a los espectadores, desechando cualquier pretensión de profundidad en los personajes y sus circunstancias, que sólo son sujetos al servicio de la acción y el espectáculo. Es muy cierto que las desavenencias entre los hermanos mutantes están ahí y determinan algunos giros de la historia pero, ni son giros significativos ni podemos decir que las desavenencias se parezcan a otra cosa que a riñas de colegiales.
Tampoco hay duda de que la primera película de este ciclo, TMNT (Jonathan Liebesman, 2014), era algo inferior a la secuela que acaba de estrenarse, pero solamente porque el ritmo de esta última está mejor llevado y el desarrollo de la acción es más profuso y, por ello, contiene un mayor número de secuencias de ese tipo, que incluso son bastante más espectaculares, y en escenarios variados. Parece que los guionistas Josh Applebaum y André Nemec han sido conscientes de que debían superar su libreto anterior en ese aspecto, y han cumplido, pero su labor sigue arrastrando la trivialidad de los personajes:
Ni las tortugas poseen carisma alguno a pesar de las payasadas de Donatello (Jeremy Howard), ni Splinter (con la voz de Tony Shalhoub) impone el más mínimo respeto, ni April O’Neil (la sosainas de Megan Fox) deja de ser la reportera neoyorkina menos dicharachera de la ciudad inabarcable, ni Shredder (Brian Tee) se libra de antojársenos un malo enfurruñado de pacotilla, ni Casey Jones (Stephen Amell) impresiona con su aparición, ni Vernon Fenwick (el televisivo Will Arnett) tiene potencial cómico alguno ni Baxter Stockman (Tyler Perry) aparenta ser el científico loco que debería.
Además, la jefa de policía Vincent (Laura Linney) podría haber sido perfectamente interpretada por alguien de menos caché, y algún otro villano carece de la fuerza que habría que esperar de él. Los únicos que parecen estar en su sitio son Rocksteady (Stephen Farrelly) y Bebop (Gary Anthony Williams), pero su estupidez esencial carece de ingenio.
El desenlace parece algo apresurado, con una resolución del conflicto de lo más facilona que acentúa la sensación de que no se trate de una lucha a vida o muerte contra el peligro que se cierne, no ya sólo sobre la ciudad de Nueva York a estas alturas, sino también sobre toda la humanidad. Uno piensa en lo bien que se combina ligereza, humor y catástrofe una película como *The Avengers* (Josh Whedon, 2012) y no puede hacer la vista gorda con estas tortugas mutantes.
Conclusión
A pesar de todo, como suele decirse, sabíamos a lo que veníamos cuando nos sentamos a contemplar Teenage Mutant Ninja Turtles: Out of the Shadows: la propuesta siempre ha sido la de la acción liviana pero aparatosa, el humor tontorrón y la aventura sin mayores pretensiones, y dado que no sufre problemas graves que la echen por tierra, como pudiera ser la inverosimilitud, lo único que podemos concluir es que se deja ver como un entretenimiento que habremos olvidado en las semanas por venir.
Pros
- El buen ritmo.
- El desarrollo más profuso de la acción.
- Que al menos Rocksteady y Bebop están donde corresponde.
Contras
- La trivialidad de los personajes y de la propia propuesta.
- Que la sensación de peligro brilla por su ausencia.
- El desenlace apresurado y la resolución facilona del conflicto.