Además de pacíficos y tranquilos, los perros labradores son conocidos por tener hambre siempre. Esta ha sido una de las anécdotas más famosas entre los veterinarios, que llegan a calificar como "aspiradoras" a los ejemplares de Labrador retriever por su capacidad para ingerir alimentos. La raza, procedente de la isla de Terranova (actual Canadá), es una de las más populares del mundo.
Los labradores son también conocidos como "aspiradoras" por su incapacidad para saciarse
Un estudio publicado en la revista *Cell Metabolism* revela la primera explicación biológica sobre por qué los labradores siempre tienen hambre. La investigación, liderada por científicos de la Universidad de Cambridge, ha identificado el primer gen relacionado con la obesidad canina. Variantes de esta secuencia de ADN, relacionadas con un mayor apetito, han sido descubiertas en los perros labradores. Casualmente, estas variaciones génicas también se han observado más frecuentemente en aquellos ejemplares utilizados como perros-guía, que suelen ser educados utilizando alimentos como recompensa.
Primer gen de la obesidad canina
"Cuando hay algo más común en una raza que en otra, siempre pensamos que la genética puede jugar algún papel", sostiene Eleanor Raffan, cirujana veterinaria y genetista de la Universidad de Cambridge, que anteriormente había estudiado la obesidad en los seres humanos. A la hora de abordar el estudio de los perros labradores, los científicos se fijaron en tres genes diferentes relacionados con el sobrepeso en nuestra especie. Así fue como determinaron que el gen *POMC* podría tener relevancia en el comportamiento de esta raza.
La eliminación del gen POMC impide que los perros produzcan neuropéptidos con los que dejarían de tener hambre
Mientras que en los humanos esta secuencia genética se ha asociado con diferencias en el peso corporal, los científicos han visto que las mutaciones en el gen POMC causa una mayor apetencia en los labradores. En particular, la eliminación de catorce pares de bases de la parte final de dicho gen impide que los perros produzcan los neuropéptidos β-MSH y β-endorfina. Ambas moléculas se encargan de terminar con la sensación de hambre una vez hemos comido. Al no producir estos compuestos, los labradores nunca se sacian.
La investigación, que incluyó el análisis de 310 perros labradores, determinó que esta variante genética se asocia con un mayor apetito. La delección o eliminación del gen también se relacionaba con un incremento de peso de 2 kilogramos en los ejemplares estudiados. Aquellos que presentaban esa mutación genética parecían estar más motivados por la comida. De acuerdo a un trabajo posterior, que examinó perros de la raza Labrador retriever de Estados Unidos y Reino Unido, el 23% de los animales contaban con la variante genética asociada a la obesidad.
El estudio aporta más información sobre las causas que están detrás del sobrepeso. Además de identificar el primer gen de la obesidad canina, los científicos se sorprendieron al ver que los perros-guía de tipo labrador presentaban con mayor frecuencia la mutación en el gen POMC. Esta variante explicaría por qué este tipo de ejemplares son más fáciles de adiestrar y educar utilizando la comida como recompensa, aunque los científicos prefieren ser cautelosos dado el reducido número de perros analizados.
Entender la obesidad canina puede aportar nuevas claves sobre el sobrepeso en la especie humana
En los países desarrollados, entre el 34 y el 59% de los perros son obesos, un problema que se relaciona con una menor esperanza de vida, diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer y, en general, mayor morbilidad. Los resultados presentados, por ello, no sólo explican por qué los labradores siempre tienen hambre, sino que pueden mejorar el cuidado de todos los animales, explicando las causas que hay detrás de su sobrepeso. Además, según apuntan los investigadores, comprender la obesidad canina también puede ayudar a entender mejor este problema de salud pública en nuestra propia especie.