La famosa historia de Darwin y los pinzones es conocida en todo el globo. El naturalista viajaba por las Galápagos, documentando el apartado "científico" del mismo, cuando se topó con ciertas diferencias que le hicieron recapacitar sobre una idea: ¿y si la naturaleza promociona una serie de características mientras detracta otras? ¿Y si hay ventajas que hacen que una especie sea más exitosa? ¿Y si existe una cosa llamada "selección natural"? Los pinzones son el punto de inflexión en una reflexión que cambió la biología para siempre. Y un reciente estudio ha conseguido demostrar el mecanismo genético que existe detrás de esta peculiaridad.
Hablando de los pinzones de Darwin
El propio Darwin no se percató de su relación hasta que otro colega, Gould, un eminente ornitólogo, explicó su parentesco
En realidad, los pinzones de Darwin no fueron la pista decisiva. De hecho, el propio Darwin no se percató de su relación hasta que otro colega, Gould, un eminente ornitólogo, explicó su parentesco. Los pinzones de Darwin son quince especies distintas de estos pájaros muy emparentadas. Eso sí, fueron sus características fisionómicas, en concreto la forma y tamaño de su pico, las que supusieron el detalle decisivo que hizo que Darwin, tras la identificación de Gould, se percatara de una diferencia crucial. Y es que todos los pinzones son muy parecidos, del mismo color y tamaño. Pero su pico está adaptado a su fuente principal de alimento. Ese hecho alimentó la idea que cristalizaría, más adelante, en la teoría sobre la "selección natural". Pero estas diferencias han de tener alguna base. Por ejemplo, de origen genético. Ahora, un reciente estudio ha conseguido identificar dicha base, lo que nos permite entender mejor cómo ocurrió y cómo funciona la evolución.
Desplazamiento de caracteres
En los lugares donde las especies similares, como los pinzones de Darwin, viven de manera conjunta, sus características tienden a diferenciarse más entre ellas. Esto se debe a la presión selectiva y ecológica, lo que promueve una diversificación de las características fisionómicas, como el tamaño y la forma del pico, según las necesidades. Para que lo entendamos, es una manera de especializar a las especies muy similares para que obtengan un tipo de recurso concreto, de manera que se reparten entre sí, obteniendo mayor éxito al dedicarse cada una a un recurso concreto. El desplazamiento de caracteres es la manera de nombrar a este fenómeno selectivo que, además, se ve especialmente bien en los pinzones de Darwin.
De pinzones, su genética y la sequía
En el reciente estudio, realizado por Sangeet Lamichhaney y sus colegas, secuenciaron genéticamente seis especies de pinzones de Darwin que presentan diferencias en varios rasgos. Al analizar su "mapa genético" se percataron de un locus, es decir, una posición genética particularmente importante: el HMGA2. Este locus está asociado, tal y como demuestra el estudio, con el tamaño del pico y del cuerpo. Según muestran los análisis, los pinzones que se vieron afectados por una sequía ocurrida entre 2004 y 2005 tenían mayor o menor éxito según el conjunto de genes que tuvieran. En concreto, en HMGA2. Así, los pinzones que tenían la variación que se expresa con un pico pequeño tuvieron mucho más éxito que los que poseen un pico más grande.
Esto, además, se demuestra con datos estadísticos. En concreto, los pinzones con pico pequeño constituyen el 61% de los supervivientes, en comparación con los de pico grande, que solo son el 37% de toda la variabilidad existente entre los pinzones que resistieron. Así, comprobamos que la sequía en las Galápagos reveló el rol de este locus en la adaptación del tamaño de los picos en situaciones de condiciones medioambientales cambiantes. Esto se debe a que la situación hace que las especies tengan que competir por la comida de forma diferente, por ejemplo. Los resultados demuestran de manera contundente que existen procesos adaptativos y selectivos que funcionan en la naturaleza, lo cual de otra forma había sido difícil de demostrar (y que además es un hecho bastante malentendido).
Los pinzones con pico pequeño son el 61% de los supervivientes y los de pico grande solo el 37%
No obstante, aunque sabemos que HMGA2 controla la expresión del tamaño, desconocemos el mecanismo exacto de este control. No obstante, para las demostraciones evolutivas, aunque necesario, no es imprescindible. Y es que ya tenemos una prueba fehaciente (una más), de que la evolución funciona a diversos niveles. Es más, tenemos delante un mecanismo claro de cómo funciona la selección natural y la presión selectiva. Y todo, de nuevo, gracias a los míticos pinzones de Darwin. ¿Quién nos iba a decir que estos pájaros darían tanto que hablar?