Ya llega la "operación bikini". Y con ella, montones de nuevas "dietas", consejos y "técnicas" de alimentación para perder esos kilos que nos atormentan. Una de las modas más novedosas atañe a la comida picante. Según reza una gran cantidad de artículos en internet, la capsaicina, el componente que hace que los alimentos piquen, podría ser la sustancia panacea que nos ayude, por fin, a conseguir la figura que queremos. Pero, ¿hasta qué punto es esto cierto? ¿Es tan solo una leyenda urbana? ¿Tiene alguna base científica? ¿Es peligroso hacerle caso a estos rumores?
¿Qué tiene la comida picante?
Como decíamos, en el centro de este rumor se encuentra la capsaicina. Esta sustancia es un compuesto secundario formado por ciertas plantas (como los chiles) para protegerse de ser ingeridas. Esto se debe a que la sensación generada, conocida como pungencia, es ardorosa y molesta. Curiosamente, los seres humanos hemos seleccionado los chiles más picantes, disfrutando de esta sensación en vez de rechazarla. Pero volviendo a la capsaicina, ésta es soluble en grasas (y no en agua, por cierto) y, por tanto, se mezcla bien con los alimentos grasos y carnes. Existen varios estudios que indican que comer capsaicina puede terminar por acostumbrar a un individuo, de manera que cada vez sea menos efectiva en cuanto a su pungencia. También existen indicios de que esta sensación puede ser placentera, cosa que se demuestra por el amor de ciertas personas a lo picante. Por otro lado, también existen indicios de una predisposición genética al picante.
Sin embargo, la capsaicina en concentración suficiente puede provocar reacciones alérgicas severas o, incluso la muerte. De hecho, es capaz, incluso, de provocar heridas químicas en la piel con la concentración adecuada. El grado de pungencia (el picante) se mide por la escala de Scoville. La capsaicina pura está entre los quince y dieciséis millones. En este rango, resulta peligrosa. El spray de pimienta está en torno a los dos y cinco millones de unidades de scoville, lo que es extremadamente irritante. El chile más picante del mundo es el Carolina reaper, con dos millones doscientas mil unidades de scoville. El chile tabasco solo tiene unas treinta mil unidades de scoville. Las unidades de scoville, como vemos, son una representación de la concentración de capsaicina que nos permite hacernos una idea comparativa de cuanto pica un alimento.
El picante y la salud
Pero la capsaicina no solo es un elemento picante. Existen varios estudios que indican que la capsaicina puede tener propiedades beneficiosas para la salud. Los más novedosos relacionan este compuesto con una protección contra la obesidad y la diabetes. Aunque las pruebas se han realizado en ratones, el mecanismo es bastante factible que funcione también en humanos. Otros estudios también muestran como la capsaicina actúa sobre el metabolismo de grasas. La combinación de la capsaicina con otros elementos típicos de la comida picante (vitaminas y antioxidantes) pueden resultar beneficiosos para prevenir otras enfermedades como el cáncer, según se ha estudiado. En conclusión: sí, el picante parece tener ciertos beneficios para la salud. Entre ellos existen varios mecanismo que afectan a la manera que tenemos de asimilar, procesar y quemar las grasas. También podrían ayudar a prevenir la obesidad por otros mecanismos asociados. Entonces, está claro, la comida picante ayuda a adelgazar, ¿no? Pues no.
Ante todo, coherencia
Una gran parte de la población vive en un mundo donde la comida es de acceso inmediato y fácil. La mayoría de nosotros "disfrutamos" de una dieta excesivamente rica en grasas y azúcares. Si pretendemos que una hamburguesa con queso nos ayude a adelgazar simplemente por echarle tabasco, estamos equivocados. Pero, ¿y si añadimos picante a una comida saludable? Está claro que la presencia de capsaicina ayudará al metabolismo, pero, en una dieta controlada, el agente principal que nos ayudará a perder peso es... el control. No existen las dietas milagro saludables. Tampoco productos mágicos para adelgazar. Y lo que existe es normalmente perjudicial para la salud. Esto, lo hemos dicho numerosas veces, se debe a que el cuerpo es una "máquina" que emplea numerosos y complicados factores para regular la salud. Tratar cambiar por completo el metabolismo añadiendo un elemento como la capsaicina a nuestra dieta es más bien inocuo. Para poder cambiar nuestra forma física hay que comer con coherencia, hacer deporte y ser conscientes de nuestro objetivo.
En una dieta controlada, el agente principal que nos ayudará a perder peso es... el control
¿Eso quiere decir que comer capsaicina, es decir, picante, de forma regular es malo para la salud? Tampoco, ni mucho menos. De hecho, según los indicios, y aunque es un poco pronto para afirmarlo con rotundidad, podría ser beneficioso. Esto, por supuesto, no se aplica en casos de sensibilidad, padecidos por algunas personas cuyos problemas fisiológicos pueden provocar algún tipo de situación desagradable. Pero, por lo demás, no está mal si queremos añadir un poco de "picante" a nuestra vida mientras no esperemos un milagro. Porque no va a ocurrir. Por desgracia, perder peso es una cuestión de tiempo, constancia y esfuerzo. Cualquier atajo puede suponer un problema serio para nuestra salud. Así de sencillo.