Comencemos dejando claro que la pregunta, en sí, no es la más adecuada. ¿Cuál es la más sana? Pues dependerá de muchos factores: las necesidades a las que nos referimos, el tipo de preparado, la persona, incluso la marca... Podemos decir que cada una tiene unas propiedades características. Esto también las diferencia a nivel nutritivo, pero no significa que para todo el mundo sea más sano un tipo u otro de "leche". Porque, obviamente, no todo es leche, realmente. Vamos a verlo.
Qué es y qué no es leche
En primer lugar, hagamos la distinción entre tipos distintos de "leche". Comúnmente se conoce como leche de almendras y leche de soja a ciertos preparados cada vez más de moda. Lo cierto es que estos, obviamente, no son leche, pues no proceden de ningún animal, sino que se crean a partir de los vegetales. Estos preparados contienen aportes nutricionales propios y, a veces, se enriquecen para tratar de completar estos nutrientes. Por otro lado, la leche y los preparados de leche proceden de vaca o cabra y también pueden encontrarse desnatadas, semis o, incluso, sin lactosa. Actualmente hay un control muy estricto en toda Europa, y especialmente en España sobre la denominación y preparados de leche. En otros países de Latinoamérica, por ejemplo, la regulación varía bastante según el país. Pero, resumiendo, aunque se llame leche a la soja, almendra y otros vegetales, estos nunca serán leches. Ahora, pasemos a ver los productos.
La más nutritiva
Hasta el momento, la leche más completa nutricionalmente hablando es la leche de vaca, según el consenso científico. En ella se encuentran un gran número de nutrientes biodisponibles (lo que quiere decir que son aprovechables por nuestro cuerpo). De hecho, cubre un alto porcentaje de las necesidades nutricionales diarias. También dispone de una gran cantidad de calcio biodisponible (de nuevo), lo que le da una seria ventaja con respecto a otros preparados. Actualmente existe cierto debate sobre si la leche desnatada o semidesnatada son un problema o una mejora en el aporte diario de calcio. En general, el menor contenido en grasas de estas dos versiones de la leche siempre se ha aconsejado para personas con problemas de peso y colesterol.
La leche de vaca contiene un 98% de proteínas con alto valor biológico así como grasas, vitaminas y micronutrientes esenciales
Hoy día también se cuestionan esto temas debido a algunos últimos hallazgos que nos hacen comprender mejor como funciona el metabolismo graso en nuestro cuerpo. En comparación con la leche de vaca, la leche de cabra es un poco peor nutricionalmente hablando, ya que contiene más grasas. Sin embargo, existen estudios que la aconsejan para evitar alergias e intolerancias típicas de la leche de vaca. La leche sin lactosa está destinada a los intolerantes. El tratamiento de la leche para eliminar la lactosa puede afectar a los valores y la biodisponibilidad de los nutrientes. Por otro lado, para los que no son alérgicos, la lactosa juega un papel importante en el metabolismo. En definitiva, la leche de animal gana nutricionalmente a los preparados vegetales y no es sustituible en todos sus matices por otros alimentos.
Alternativa vegetal
No obstante, eso no quiere decir que la leche de soja, por ejemplo, no sea saludable. La leche de soja está especialmente pensada para los alérgicos a la proteína de vaca o intolerantes a la lactosa. Por supuesto, también es la elección natural para vegetarianos y veganos. La leche de soja, entre todos los preparados vegetales es el más completo. Aún así, no llega a la capacidad nutritiva de la leche animal, aunque contiene un 70% de proteínas con alto valor biológico. Además, se le puede añadir fácilmente calcio para que esté biodisponible gracias las grasas disponibles en la soja. Adicionalmente, la soja posee ciertos compuestos antioxidantes que pueden resultar muy beneficiosos. Por otro lado, carece de la cantidad de micronutrientes necesarios y hay que enriquecer la dieta con vitamina B12 para ayudar al correcto metabolismo. La gran mayoría de nutricionistas y médicos tiene claro que la leche de soja no es un sustituto de la leche de animal y que solo debe emplearse en casos de alergias y demás. No obstante, enriqueciendo adecuadamente la dieta de una forma supletoria, la leche de soja es un buen alimento, aunque no sea tan completo como la leche de vaca.
La última opción
Si tenemos que elegir un tipo de preparado que, sin duda, pierde a nivel nutricional, estas son sin duda la leche de almendras, de avena y de arroz. De nuevo, insistimos, eso no quiere decir que sean menos saludables. Pero en ningún caso deben suponer un sustituto de la leche de animal. Tampoco se aconsejan como sustitutos de la leche de soja pues las proteínas con alto valor biológico están por debajo del 50% en estos preparados. Tanto la avena como el arroz contienen nutrientes importantes y valiosos. Pero son pobres en número (que no en cantidad). Las tres han de ser complementadas con otros nutrientes: calcio, vitamina B12 y oligoelementos. Estas leches están pensadas como alternativas ante alergias o como productos secundarios. De nuevo, eso no quiere decir que no sean saludables, pues sí lo son, pero nunca podrán reemplazar a los valores nutricionales que encontramos en el resto de productos.