En la película Another Earth, la vida de Rhoda Williams y John Burroughs cambia por completo ante el descubrimiento de un planeta idéntico a la Tierra. La obra de ciencia ficción muestra las incertidumbres y dudas que se plantearían si encontrásemos un mundo igual que el nuestro. La exploración espacial con misiones como Kepler tienen como objetivo sondear el cosmos en busca de exoplanetas que pudieran estar habitados. Un tipo de exoplanetas son las conocidas como supertierras, mundos que presentan un tamaño entre cinco y diez veces superior al de nuestro planeta y que se encuentran a medio camino entre la Tierra y gigantes de hielo como Urano y Neptuno.

El estudio de 55 Cancri e ha revelado por primera vez la existencia de atmósfera en una supertierra de este tipo. El estudio, realizado gracias a las observaciones del telescopio Hubble y a nuevas técnicas de análisis, ha determinado que la atmósfera de 55 Cancri e es extremadamente seca, sin que hayan encontrado trazas de vapor de agua en su composición gaseosa. Los resultados publicados en *Astrophysical Journal* muestran, por el contrario, que la atmósfera de esta supertierra presentaría hidrógeno y helio.

55 Cancri e, el planeta diamante

Por los datos conocidos hasta la fecha, 55 Cancri e había sido considerado como un "planeta diamante", dado que las evidencias apuntaban a que el interior de este mundo contendría restos de carbono. Esta supertierra orbita a la estrella 55 Cancri, situada a cuarenta años luz de nuestro planeta. Pero sus características lo convierten en una supertierra especial: tiene un tamaño ocho veces superior a la Tierra y está situado a una distancia muy próxima a su astro. Esta cercanía provoca que 55 Cancri e tarde solo 18 horas en dar una vuelta completa a su estrella y que sus temperaturas ronden los 2.000ºC, características que hacen casi imposible el hallazgo de vida en esta supertierra.

La detección por primera vez de una atmósfera en una supertierra es un hecho insólito para la comunidad científica. "Es un resultado muy emocionante porque hemos sido capaces de encontrar las huellas espectrales que presentan los gases presentes en la atmósfera de una supertierra", comenta Angelos Tsiaras, investigador de la University College London. "Las observaciones de la atmósfera de 55 Cancri e indican que el planeta ha logrado aferrarse a una cantidad significativa de hidrógeno y helio de la nebulosa a partir de la cual se formó originalmente", añade el científico. La observación de la primera atmósfera en una supertierra nos permite contar con nuevos parámetros para estudiar planetas como 55 Cancri e, además de ayudarnos a entender su historia y evolución.

supertierra

Según publicaba Daniel Marín en su blog, "una atmósfera rica en hidrógeno podría servir de escudo y disminuir la tasa de pérdida atmosférica de especies moleculares de mayor masa como el nitrógeno". Asimismo, la presencia de este "envoltorio planetario" también provoca una suerte de efecto invernadero, lo que hace que en planetas muy alejados de la estrella a la que orbiten las temperaturas no sean tan bajas. Esta característica no es demasiado relevante en el caso de 55 Cancri e, puesto que la supertierra está muy próxima a su astro, lo que hace que las temperaturas de este particular mundo rocoso sean muy elevadas.

¿Posibilitaría la detección de la atmósfera que encontráramos vida en el futuro? En el caso de 55 Cancri e, la solución no es sencilla. Por un lado, atmósferas tan densas dificultarían la presencia de vida por las presiones enormes que habría sobre el planeta. Pero por otro lado, la localización de la supertierra hace todavía más complicado que este planeta pudiera albergar cualquier tipo de organismo vivo. En cualquier caso, la detección de la primera atmósfera en una supertierra nos ayudará a entender un poco mejor estos planetas masivos. En el futuro los investigadores deberán confirmar si, como parece, la "envoltura" contiene también ácido cianhídrico, un gas altamente tóxico que nos permitiría descartar o asegurar si el también conocido como planeta diamante presenta carbono en su interior.