La compañía taiwanesa, en alianza con Valve Software, ha abierto las reservas de su primer kit de realidad virtual HTC Vive para ordenador.

A diferencia de Oculus Rift, Vive incluye dos mandos — uno para cada mano — inalámbricos, sensores de movimiento que abarcan una habitación de hasta 5 metros cuadrados (puede ser cuadrada o rectangular el area a configurar). Oculus Rift depende, de momento, del mando de Xbox One que incluye en el pack. Eso sí, en unos meses llegarán sus sensores de movimiento vendidos de forma independiente. Ofrece, por el momento, la mejor experiencia de realidad virtual.

HTC Vive cuenta con dos pantallas de 1920x1080 que ofrecen un área de visión de 110 grados, junto a una cámara frontal para dotar al kit de aplicaciones de realidad aumentada.

El precio son $799, pero su verdadero precio es significativamente superior. Estos kits, tanto Oculus Rift como HTC Vive, necesitan de un potente ordenador de última generación equipado con una tarjeta gráfica Nvidia 970GTX, equivalente o superior.

Sony entrará al mercado próximamente con PlayStation VR, completando la triada de realidad virtual destinada a los entusiastas de los videojuegos. Con una gran base de usuarios y un precio esperado sensiblemente menor, se espera que sea la llave para convertir una promesa — como lo es la realidad virtual — en una realidad para el mercado masivo al requerir una consola y no un ordenador de alta gama.

Para HTC, la realidad virtual es su mayor apuesta, seguramente arriesgada, para paliar el declive financiero en el que está sumida la compañía debido a la feroz competencia en el sector móvil que han presentado numerosos fabricantes. El futuro de HTC pasa por la realidad virtual, no por el móvil.