¿De qué nos sirve comprender los avances científicos en medicina, en astronomía o cualquier otra rama de la ciencia si, en todo caso, no tiene nada que ver con nosotros o nuestra profesión? Esta y varias preguntas parecidas podrían plantearse si hablamos, en principio de cuentas, que la divulgación científica es importante para el ciudadano de a pie. El por qué lo veremos en las siguientes aseveraciones.

Ejercita el pensamiento crítico

Por su naturaleza, la ciencia es muy exigente en sus procedimientos y en su pilar conocido como el método científico. Así, mientras es necesaria una mente abierta y osada, así como una gran observación, también es necesario que todo lo que se asegure se compruebe y de resultados sistemáticos. La divulgación científica nos muestra que se debe ser crítico y muy escéptico con lo que se asegura como cierto y lo que se anuncia con bombo y platillo como el fin de nuestros males.

Nos explica cosas asombrosas

Para conocer las maravillas de la naturaleza, la inmensidad del espacio o de los océanos, o bien nuestra conexión con los demás seres vivos, nada hay como la ciencia. Cómo bien dice Richard Dawkins en la "Sinfonía de la Ciencia": "La ciencia es la poesía de la realidad". La divulgación científica explica, de forma sencilla, impresionantes procesos que suceden a nuestro alrededor y que estudian los científicos.

Nos aleja de la superchería

Bulos y engaños en general. Con la investigación científica y su propia divulgación, nosotros como sociedad podemos obtener herramientas y conocimientos necesarios para no caer en fraudes, ya sean medicinales, ideológicos y de casi cualquier área. Incluso si la etiqueta de cierto producto, por nombrar un ejemplo, dice: comprobado científicamente. La divulgación científica nos enseña a no ser crédulos por tradición o herencia y sí muy críticos y analíticos.

Crea más científicos

Comprender la labor de los científicos es vital para el respaldo y apoyo de su trabajo, pero también para obtener recursos para sus investigaciones. Por otro lado, es vital que la divulgación sea comprensible, amena y esté presente en distintas etapas de la educación pues, cuando se despierta ese interés por la ciencia "ya no hay marcha atrás" y, probablemente, estemos ante los próximos científicos.

Y para que lo anterior se cumpla no es necesario que los divulgadores sean científicos, sino grandes apasionados de la ciencia que encuentran fórmulas divertidas y exitosas para divulgar la ciencia; es el caso de "El Mundo de Beakman" (por mencionar uno) quien contó en el pasado Campus Party México que científicos de varias partes del mundo le han hecho saber que su interés en la ciencia nació al ver su programa de televisión.

Conocemos personas superinteresantes

La divulgación científica nos acerca a esas personas que piensan "fuera de la caja", a esos inventivos y muy interesantes profesionistas de la ciencia que tienen mucho por enseñarnos y compartirnos. Algunos científicos también han dedicado su labor a la divulgación y algunas de sus obras se han convertido en productos consumidos en grandes cantidades por el público. Basta decir de Carl Sagan, el hombre que hizo de la divulgación científica un viaje personal; el carismático Neil DeGrasse Tyson o Stephen Hawking, quienes han creado programas y libros bestseller.

No es todo, también conocemos a impresionantes mujeres científicas destacadas y su incansable labor, sus investigaciones y su lucha por el reconocimiento bien merecido que se les debe. En fin, la divulgación científica nos acerca a estos protagonistas de los avances que mejoran nuestra calidad de vida y que nos explican los fenómenos que suceden a nuestro alrededor.

La ciencia tiene un compromiso con la sociedad

Tiene el compromiso de hacer público sus avances, no solo a la comunidad científica sino a la sociedad en general. Al respecto y, para ampliar más el tema del divulgador científico y su diferencia con otros comunicadores, el siguiente video de Rubén Lijó titulado "¿Por qué comunicar ciencia?".

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