Durante el presente Salón del Automóvil de Detroit (NAIAS 2016) tuvimos la oportunidad de acompañar a Ford a sus oficinas centrales en Dearborn, Michigan. La visita era muy especial pues íbamos a conocer al equipo de trabajo, y los detalles detrás de lo que hasta día de hoy es el proyecto de más alto secreto en el que ha trabajado la compañía: El diseño del Ford GT.
Ni siquiera se utilizaron codenames para no dejar rastro alguno
El súper deportivo de Ford, que fue presentado inicialmente en la pasada edición del NAIAS, y hemos podido ver en detalle a lo largo de estos días, no fue diseñado en una amplia sala luminosa, llena de colores, moderna y cargada de estilo como muchos podríamos pensar. Fue un proyecto creado en un sótano, exactamente en una habitación utilizada oficialmente para almacenar espuma y otros materiales, un cuarto lejos del tráfico de personal al que llegas después de recorrer los laberínticos pasillos del Centro de Desarrollo de Producto de Ford.
No se trataba de ocupar un lugar importante en el edificio, se trataba de pasar desapercibidos, incluso para los miles de empleados de la compañía que no estaban dentro del proyecto. Tan solo un selecto grupo de ejecutivos, una mezcla de diseñadores jóvenes con ideas frescas y veteranos, e ingenieros, tenían el control para construir el coche más caro de la automotriz en apenas 14 meses.
Alrededor de 50 personas sabían del proyecto antes de que fuera presentado en el Salón del Automóvil de Detroit en enero 2015. Estábamos acostumbrados a reunirnos fuera del trabajo, para no despertar sospechas. Chris Svensson, director de diseño para Ford (América).
La sala está llena de storyboards que nos resumen el proceso de diseño, desde los primeros bocetos en papel hasta las últimas réplicas en aluminio, pasando por los prototipos de espuma de poliestireno. También nos encontramos con materiales utilizados, inspiraciones, modelos de arcilla y notas del equipo de trabajo que nos explican cómo todo el diseño del nuevo Ford GT se centró en girar sobre tres pilares fundamentales.
- Nueva generación GT: Se creó un equipo de diseñadores que mezclaba las ideas frescas de los más jóvenes con los veteranos, personas que habían participado incluso en el proceso de creación del mítico Ford GT40 hacía varias décadas. Se quería mantener la esencia del primer modelo (masculino, potente y musculoso) con elementos icónicos como el morro prominente, ámplio parabrisas delantero, pontones laterales, o faros traseros.
- Eficiencia: La mayor parte del vehículo está construido en fibra de carbono, incluso el habitáculo interior, lo que reduce considerablemente el peso general del mismo. El paquete V6 EcoBoost es la pareja perfecta a una aerodinámica testada de forma digital mediante dinámica de fluidos computacionales (CFD), para canalizar el aire a la parte posterior a través de sus múltiples aperturas obteniendo unos niveles muy bajos de fricción.
- Seducción moderna (diseño futurista): Se tenía que ver de lejos que era diferente, que se trataba de un Ford. El equipo de diseñadores tenía la orden de no preocuparse por innovar demasiado con respecto a lo existente en el mercado. No se parece a nada, y se encuentra al límite de lo legal para que las normativas le permitan circular fuera de un circuito.
El diseño del Ford GT está al límite de lo legal para ser conducido fuera de los circuitos
Electrónica
A nivel electrónico el Ford GT da un paso más en el terreno de los súper deportivos. Este vehículo tiene 10 millones de líneas de código en sistemas embebidos, más del doble que el software de un avión de combate F-35. La complejidad electrónica del modelo es tan asombrosa como difícil de explicar. A lo largo y ancho del Ford GT se encuentran alrededor de 50 sensores que analizan áreas como: presión de los neumáticos, cierre de puertas, control de cabeceo, giroscopio, balanceo, funciones del pedal en condiciones de humedad o presión del aire para desplegar el alerón trasero. Todas estas funciones generan más de 100 GB de datos que son absorbidos por 28 procesadores a una velocidad de 300 MB por segundo.
Diseño interior / materiales
Los colores y los materiales como la fibra de carbono y el cuero en los que se inspiró Ford para el diseño interior proceden de la industria aeroespacial, concretamente de los transbordadores y trajes de astronautas de la NASA -pudimos ver como eran los mismos y las capas que los formaban-. De ahí que en el interior de los modelos comerciales nos encontremos versiones anaranjadas o color champán.
Se terminó antes el panel de mandos y la consola que los puertos
Todo el habitáculo del conductor está inspirado en la F1. La cabina es un lugar con poco espacio, nuestra cabeza prácticamente toca el techo, pero esto mantiene el coche a un nivel bajo y aumenta la aerodinámica. Los asientos de fibra de carbono no tienen apenas movimiento, son prácticamente rígidos, simplemente tienen una ligera reclinación, pero nos agarran lateralmente como si nos estuvieran abrazando. No os esperéis las comodidades de un sedán de lujo. En este vehículo todo está pensado para disfrutar de la velocidad, y para ajustar nuestra posición perfecta a la hora de conducir tendremos que ajustar los pedales y volante a nuestras necesidades.
La principal novedad en el uso de materiales es la fibra de carbono en prácticamente toda la estructura del vehículo, incluso la interior. Las partes de la carrocería que no son de fibra de carbono están formadas por tramas de aluminio (otro material de peso ligero), que posibilita la ausencia del pesado acero. Incluso las llantas de 20" de las ruedas están construidas en fibra de carbono, lo que supone un ahorro del 40% del peso equivalente al aluminio, presente en la mayoría de los alta gama. Con toda esta reducción de la masa, las suspensiones de vuelven más eficaces, se aumenta la eficiencia del combustible y mejora la relación potencia-peso, clave en apartados como la aceleración.
Desarrollo / aerodinámica
Para el desarrollo de esta idea el equipo de Ford tuvo acceso a herramientas de últimas generación. Este modelo ha sido el primero de la marca en ser gestado utilizando un simulador de conducción, algo común en la F1, pero relativamente nuevo en los coches de calle. El principal obstáculo del uso de esta tecnología es su coste, ya que un simulador de este tipo capaz de absorber una ingente cantidad de datos mediante el Big Data llega a valer millones de dólares.
El Ford GT será en gran parte construido a mano
Ya que las versiones finales del vehículo tienen un alto precio se debe comenzar por diseñar modelos a volúmenes viables. Durante nuestra visita pudimos observar tres versiones a pequeña escala del Ford GT que contaban con ligeras diferencias unas de otras, y cuyo destino final era el túnel del viento. Posteriormente se pasaba a prototipos hechos de espuma de poliestireno, y finalmente a un modelo de aluminio con un valor de centenares de miles de dólares que no sería modificado. Se quedará como la versión final del producto.
No hace falta tener grandes conocimientos en aerodinámica para notar que el nuevo Ford GT corta el aire a gran velocidad sin apenas resistencia. A simple vista son sus amplios canales que conectan las puertas con las ruedas traseras los que más ligereza y apertura en el paso del aire generan.
Uno de los controles tecnológicos que más sorprenden del Ford GT es su alerón trasero. En conducción normal el alerón trasero se mantiene plano en su posición, es con el aumento de velocidad cuando el ala se eleva de forma automática para generar mayor carga aerodinámica, y así una mayor adherencia de los neumáticos a la carretera. Algo similar pasa en frenada, cuando el alerón trasero se mueve hasta adoptar una posición de alta fricción contra el aire para frenar progresivamente el vehículo.