Ford acaba de presentar en el Salón del Automóvil de Detroit el nuevo Ford GT Supercar, un superdeportivo con el que la marca norteamericana pretende competir cara a cara con los grandes superdeportivos del panorama internacional. Y sí, luce tan espectacular como parece, y a diferencia de cómo suele ser habitual en este tipo de ferias no es un prototipo, puesto que entrará en producción el año que viene.
Lo más interesante de este superdeportivo es que mezcla la aerodinámica típica de esta gama con los motores EcoBoost ultra-eficientes de Ford que tan buen resultado les está dando a la compañía en modelos como el Mondeo o el Fiesta. Eso sí, en este caso se trata de un V-6 EcoBoost de 3,5 litros combinado con dos turbocompresores, que arroja una potencia de más de 600 caballos de de potencia, y además incluye puerto directo de inyección y una transmisión de siete velocidades con doble embrague. Casi nada.
El Ford GT presume, además, de una suspensión compuesta por una barra de torsión de carreras y altura ajustable. Las ruedas son un conjunto de 20 pulgadas calzadas con Michelin Pilot Super Sport Cup 2, unos neumáticos diseñados específicamente para el nuevo GT, con frenos cerámicos de carbono.
El conjunto lo complementa un volante F1 que integra todos los controles necesarios, creando una columna de dirección sin ningún apendice que permite el acceso al resto de controles. Un panel de instrumentos totalmente digital y configurable proporciona una gran cantidad de datos orientados al conductor a modo de ordenador de a bordo. Lo más interesante es que esta pantalla se puede configurar con diferentes modos de conducción, lo que permite una mayor flexibilidad y personalización. De momento queda mucho pendiente, pero a falta de números reales, sobre el papel luce increíble:
