No es la primera vez que se habla de la influencia que tiene el cine o la música en el mundo de los videojuegos. Como medio capaz de unir diferentes campos artísticos, tampoco es de extrañar que algunos títulos también nos permitan convertirnos en fotógrafos y actuar como tales.
Es más, algunas de las instantáneas tomadas en estos mundos virtuales no tienen nada que envidiar a aquellas que podríamos realizar en la realidad. Obviamente es una experiencia totalmente diferente, pero se siguen manteniendo ciertos cánones fotográficos como el encuadre o la iluminación.
Como modo de juego, el sandbox parece el más apropiado para convertirnos en fotógrafos callejeros y explorar qué nos podemos encontrar. Sin embargo, también tenemos otras obras que por diferentes razones han terminado vinculándose al campo de la imagen. Veamos algunas de ellas.
Metal Gear Solid
Por muchos objetos que logremos desarrollar en The Phantom Pain hay uno que no han incluido: la cámara. Esto no ocurría en la tercera o cuarta parte de Metal Gear Solid, donde podíamos equiparnos la cámara como objeto y empezar a capturar instantáneas de aquello que nos resultaba interesante. En MGS4 incluso podíamos realizar una sesión fotográfica cada vez que derrotábamos un miembro de la unidad “Beauty and the beast”, quienes posaban como si de modelos se tratasen.
Far Cry 3
La cámara es el elemento usado para que el protagonista pueda marcar a los enemigos, mecánicas que posteriormente imitaría en The Phantom Pain con los binoculares. En PC también podemos tomar fotografías y éstas se guardan en una recóndita carpeta, pero en la versión para videoconsolas parece que dichas instantáneas no se guardan en ninguna parte y solo es una función estética. Una pena.
Pokémon Snap
Este es un título de Nintendo 64 que te hacía sentir como un auténtico fotógrafo de National Geographic del mundo Pokémon. En el videojuego encarnamos a un reportero gráfico que se desplaza con su cámara a través de una plataforma. Posteriormente, el profesor Oak ejerce de jurado y nos otorga una puntuación atendiendo a diferentes factores como la pose en la que hayamos inmortalizado a ese Pokémon o la calidad de nuestro encuadre.
Grand Theft Auto
No podía faltar el título sandbox por antonomasia. Especialmente es con el último título de la franquicia cuando se han empezado a explotar las capacidades artísticas del universo GTA. Como muestra de ello tenemos las imágenes de algunos usuarios que por momentos nos pueden hacer dudar de si estamos ante algo real o ficticio. Subir a la montaña más alta de Los Santos e inmortalizar dicho momento es algo casi imposible de evitar, aunque quizá prefiramos obviar esa puesta de sol y tomar un selfie de Trevor tras hacer quién sabe qué. Ambas opciones son válidas.
The Last of Us
Naughty Dog incorporó un modo foto que no solo nos permitía parar la acción en cualquier momento y capturar lo que aparecía, sino que también podíamos configurar aspectos como la profundidad de campo y editar dicha instantánea con filtros, granulado, viñeteado… etc. Se trata de una característica heredada de Infamous: Second Son, el cual ya incluía un modo foto similar. Podemos conseguir desde una foto con un blanco y negro soberbio hasta una postal tan cutre que avergonzaría al mismísimo editor de Picnik.
Dead Rising
Como si se tratara de un profesor de fotografía, Frank West nos enseña qué técnicas debemos emplear para tomar una buena imagen y cómo hay que usar la regla de los tercios. Toda una clase maestra sobre qué hacer para capturar retratos de zombis. Frank es el reflejo de una crítica al sensacionalismo periodístico, algo que muestra tomando fotografías mientras la ciudad está infectada por una plaga de muertos vivientes.
Project Zero
En este juego de terror solo tenemos una cámara como arma disponible, con la cual podemos ver aquellos espíritus malignos que nos rodean. Así, a través del visor se pueden apreciar objetos encantados o incluso defendernos cuando recibimos el ataque de algún fantasma. Dependiendo de cómo tengamos centrado a nuestro enemigo y del encuadre le haremos más o menos daño, lo cual no resulta demasiado reconfortante cuando un alma errante se dirige hacia el objetivo.
Life is strange
En este caso nos ponemos en la piel de una estudiante de fotografía. De hecho, el primer capítulo comienza en una clase de instituto donde nos hablan de profesionales como Diane Arbus o Rober Frank. Es más, incluso nos preguntan por los daguerrotipos. La importancia de la imagen se encuentra muy presente en Life is strange, y eso es algo que los fotógrafos agradecen.