Por lo general, salimos al mundo laboral sin muchas nociones con respecto a manejar nuestro dinero, teniendo que aprender a base de errores e intuición, ya que casi nunca nos enseñan a manejar el dinero en ningún nivel o grado del sistema educativo. Por esa razón, hoy quiero compartir contigo **cinco consejos para poner un poco de orden en tu manejo de tus finanzas personales**.
1. Calcula el precio de las cosas en términos de tiempo
Mi primer consejo quizás te suene un poco raro -y te aseguro que puede sonar raro si intentas explicárselo a otras personas- pero es extremadamente útil: Antes de comprar algo, piensa en cuánto cuesta en términos de las horas que necesitas trabajar para pagar por él. En combinación con esto, piensa en cuánto es su costo por uso: es decir, el costo total dividido entre las veces que lo usarás. Por ejemplo, si un par de jeans cuesta $90, y tu salario por hora es $10, necesitas trabajar diez horas para comprarlo. Sumado a eso, si el par de jeans es de buena calidad, y podrás usarlo muchas veces, es diferente a si se deshará en unos cuantos usos o si pasará de moda y no te lo pondrás más: no es lo mismo una prenda de $90 que usarás dos veces ($45 por cada uso) que una que usarás todos los días por seis meses.
Esto es un hábito que, una vez adoptado, te ayudará a tomar decisiones más inteligentes, como dejar de comprar cosas que no usarás nunca, y empezar a comprar menos cosas, de mejor calidad, que te durarán más y serán una mejor inversión.
2. Identifica y elimina los gastos innecesarios
Esto obviamente depende de cada persona, pero, por ejemplo, mucha gente consume todo su contenido de entretenimiento a través de Internet: esas personas podrían fácilmente deshacerse de una factura de televisión por cable. Igualmente, si comes fuera muy seguido, o si compras un café todas las mañanas, quizás te venga bien hacer un cálculo de cuánto te ahorrarías si cambiaras un poco tus hábitos, y entonces determinar si estás dispuesto a hacerlo. Esto se enlaza con el tercer consejo:
3. Lleva un diario de gastos
Durante al menos un par de meses, anota todo lo que gastas, detallando no sólo el monto sino el concepto, la fecha, e incluso la hora: esto te ayudará a encontrar patrones en tus hábitos de consumo, y a determinar, por ejemplo, si gastas más un determinado día o a cierta hora, o si estás gastando demasiado en una categoría que no deberías. Hay aplicaciones de finanzas que pueden resultarte muy útiles si prefieres hacerlo en digital, y además tienen la ventaja de que te ayudan a analizar -con gráficos y demás- estos patrones y hábitos en tu manera de gastar dinero, así como a visualizar proporcionalmente cuáles son tus mayores gastos y también cómo se relacionan con respecto a tus ingresos.
4. Fija un presupuesto
Sí, ya sé que tener un presupuesto suena al último paso antes de convertirte en tus padres. Pero la realidad es que un presupuesto, aunque sea uno general y con ciertas libertades, es la única manera de llevar un registro de todos tus ingresos y egresos y de asegurarte de que nunca te quedes sin dinero para pagar las facturas. Y créeme que la tranquilidad de saber que no te va a sobrar mes al final de la quincena vale el esfuerzo extra.
La tranquilidad de saber que no te va a sobrar mes al final de la quincena vale el esfuerzo extra.
Existen aplicaciones para llevar presupuestos, o puedes hacerlo en una hoja de cálculo en tu computadora, o simplemente en un pedazo de papel. Para crear un presupuesto, es muy útil haber comenzado por llevar un diario de gastos durante uno o dos meses. Una vez hecho esto, ya has identificado cuáles son en realidad tus gastos, y estás en capacidad de priorizarlos y estimar cantidades aproximadas para ellos. Comenzando por los pagos que no puedes evadir (como renta, seguros, hipoteca, pagos de deudas), establece categorías y fija montos límites para cada una. Muy importante: no olvides incluir un monto para entretenimiento u ocio (porque si lo haces demasiado estricto, se acabará tu fuerza de voluntad y no serás capaz de mantenerlo) y un monto para emergencias. Pero lo más importante al crear tu presupuesto, es el último consejo:
5. Crea el hábito de ahorrar
Ahorrar puede ser extremadamente difícil cuando no estamos en control de nuestras finanzas, y suele suceder que somos inconsistentes o que terminamos gastando el dinero a la primera oportunidad. Es útil establecer una meta, pensar en lo que harás con el dinero una vez que la hayas alcanzado: por ejemplo, ahorrar para un viaje que siempre hayas querido hacer. Una vez que tengas el hábito, es más fácil seguir haciéndolo incluso sin la meta.
Sea como sea, es muy importante siempre tener un "fondo de emergencias": algo de dinero para ayudarte a recuperarte de un golpe financiero o emergencia, como cuando se daña algún electrodoméstico, se rompe una tubería, o sufres alguna enfermedad. Lo ideal es tener al menos el equivalente a tres meses de tu presupuesto en una cuenta de ahorros: ésta debería ser tu primera meta.
El porcentaje que suele recomendarse ahorrar es el 20% de tus ingresos mensuales, pero esto es apenas una guía: depende de tus ingresos, de tu capacidad y de tus metas determinar qué porcentaje te conviene. Lo importante es que una vez que hayas tomado estas decisiones, tu relación con tu dinero estará más clara y te permitirá tener una mayor sensación de control sobre tu vida.