Ayer conocíamos el éxito de la salida a Bolsa de Twitter, con el precio de los títulos de la compañía disparados en el parquet de Nueva York hasta un 73%, lo que habrá ocasionado que muchos lectores se preguntaran la conveniencia de comprar o no acciones. A diario, nuestro cerebro es responsable de la toma de miles de decisiones instantáneas, meditadas o no.
La adquisición de títulos bursátiles podría ser un ejemplo del funcionamiento de nuestro cerebro en la toma de decisiones. Pero también lo es el hecho de que tratemos de apartar el molesto mosquito que revolotea alrededor de nuestra comida. En ambos casos, debemos elegir qué hacer, y aunque las decisiones son lógicamente muy diferentes, nuestros circuitos neuronales han de trabajar para procesar todos los datos y elegir de manera adecuada.
La ciencia lleva años preguntándose exactamente cómo funcionan los grupos de neuronas encargados de tomar decisiones: ¿apartaremos el mosquito de un manotazo o por contra nos levantaremos de la mesa y nos desplazaremos a otro sitio? ¿Compraremos acciones de Twitter o apostaremos por adquirir títulos de otra compañía?La toma de decisiones es en realidad un complejo acto a nivel cerebral
Centrándonos en el ejemplo del insecto, entendemos que antes de tomar una decisión, debemos analizar las condiciones que rodean a su molesto revoloteo alrededor de la comida. ¿Qué color tiene? ¿Cuál es su movimiento? ¿Se trata de una avispa o es un simple mosquito? El cerebro, de manera previa a la elección, ha de procesar esta información, para luego ser capaz de decidir correctamente.
Hasta el momento los científicos creían que existían dos grupos de neuronas: una primera red de células nerviosas se encargaría de filtrar si el movimiento o el color era más relevante para tomar la decisión, mientras que el segundo grupo neuronal tendría que considerar únicamente la información sensorial previamente filtrada para elegir qué hacíamos.Localizaron un punto en la corteza prefrontal encargado de la toma de decisiones
En otras palabras, la investigación suponía que que éramos incapaces de procesar toda la información de manera global, y que por lo tanto necesitábamos de puertas de entrada neuronales, que nos ayudaran en el filtrado de esos datos. Sin embargo, una investigación realizada por científicos de la Universidad de Stanford podría cambiar para siempre nuestro conocimiento sobre la toma de decisiones a nivel nervioso.
Su trabajo, publicado en la revista Nature, determinaría que existiría un único lugar en el cerebro encargado de tomar las decisiones. La línea de investigación, en la que han utilizado monos como modelos animales y complejos programas computacionales, ha concluido que existe un punto específico de la corteza prefrontal encargado de este tipo de procesamiento de datos y de toma de decisiones.
En otras palabras, no existirían dos circuitos neuronales, como comentábamos antes, de filtrado de información y de elección final. Al contrario, según los datos obtenidos por el equipo de William Newsome, las decisiones se tomarían por un único grupo de neuronal, situadas en el lóbulo frontal, que integrarían la información para luego tomar una única elección.
Su trabajo, que consistió en experimentos biológicos y en el uso de modelos computacionales, cambiaría buena parte de los conceptos que se conocen actualmente en neurociencia. Este estudio, al igual que otros relacionados con proyectos neurobiológicos, demuestra una vez más lo desconocido que resulta a día de hoy el cerebro, en pleno siglo XXI.