Es posible que te asustes al ver los casi 400 dólares/euros que cuesta el Sony SRS X88, el mayor de la familia de altavoces bluetooth de la compañía japonesa (hace unos días estuvimos hablando del pequeño, el X11), pero intentaremos resolver todas las dudas que pueda haber en torno a este modelo con la experiencia que tuvimos al probarlo.
¿Por qué me puede interesar un altavoz así? Si una barra de sonido te parece demasiado, si crees que un home cinema es cosa del pasado o si estás buscando versatilidad en diferentes situaciones, lo más probable es que te interese contemplar este X88. Solo requiere de un cable para conectarlo a la corriente, no llega a los 3 kg de peso y, por su tamaño (359 mm x 111 mm x 103 mm), puedes colocarlo casi en cualquier sitio.
Las opciones de conectividad (WiFi, ethernet, bluetooth, NFC, USB-A, USB-B, mini jack) hacen que prácticamente puedas usarlo para reproducir desde cualquier dispositivo; smartphone, tablet, laptop, USB, incluso desde Spotify, Google Cast o Airplay.
El diseño es refinado y discreto (gracias a ello se adapta bien a cualquier habitación/salón/cocina que lo coloques) y está disponible en blanco o negro.
Hecha la presentación formal, vayamos a lo fundamental: el sonido.
Sonido
En la hoja de especificaciones del altavoz, verás que incorpora tres tecnologías diferentes y que quizá no conozcas: S-Master™ HX (amplifica el audio), DSEE HX™ (modifica la frecuencia del sonido para lograr una mayor pureza) y ClearAudio+ (optimiza cualquier sonido para que sea más nítido). Se anuncia también la compatibilidad con el códec LDAC, fundamental si buscas calidad en un dispositivo inalámbrico (básicamente es un códec que 'digiere' el triple de datos por bluetooth que el estándar).
No te preocupes si lo anterior te ha sonado a chino, para traducir a experiencia real estamos aquí. En líneas generales, se puede decir que el X88 ofrece una calidad de sonido superior, con un volumen de salida muy robusto (90 w dan para mucho), un cuerpo estupendamente definido en frecuencias medias, unos graves algo vitaminados (lo justo para no crear bolas de ruido en baja frecuencia) y unos agudos que aportan un toque de brillo sutil y agradable.
Para conseguir todo esto, cuenta con dos tweeters, dos altavoces de frecuencias medias y un subwoofer de 69 mm, que montan la tecnología Magnetic Fluid, que, resumidamente, hace que, cuando el altavoz debe vibrar porque está emitiendo sonido a un alto volumen, se produzca la menor fricción posible y, por tanto, ni haya ruido ni sufra nuestro gadget.
Vale, César, muy bien, ¿y cómo suena? Muy, muy, muy bien. Tanto si envías audio por NFC, Bluetooth o WiFi, como si usas un USB (acepta MP3, FLAC, WAV, WMA, AAC, AIFF, etc.) o si lo montas como periférico (para un monitor, por ejemplo), vas a notar un sonido fiel (aunque lo puedes ecualizar a tu gusto con la app SongPal), ultradefinido y en el que apreciarás detalles que seguramente antes no habías detectado. En mi caso, que estoy acostumbrado a escuchar y hacer muchas críticas de música, me llamó la atención la profundidad de algunas canciones recientes y que no había notado originalmente.
Experiencia de usuario
Puesto que es un altavoz bastante versátil, el número de opciones de uso es elevado y la experiencia con él puede llegar a ser algo complicada al principio. Hay determinados controles que podrían ser más intuitivos (a la hora de establecer conexión con tu WiFi o saber en qué nivel exacto de volumen estás, por ejemplo), pero también tengamos en cuenta que todo se controla en el propio altavoz sin una sola pantalla. Aunque hay un mando a distancia, bastante útil en el día a día, las primeras veces deberás mentalizarte para aprender bien el funcionamiento con el manual de instrucciones al lado. No intentes evadir esto con el típico "no me hace falta manual" porque si no es posible que acabes frustrado.
Una vez que domines los controles básicos, no es complejo. Quizá eche en falta que, al encenderlo, memorice el último estado que usaste (si estuviste en modo Audio In o conectado a un dispositivo externo, por decir algo), porque si no lo seleccionas manualmente estará encendido pero no emitirá sonido.
El NFC es la opción más cómoda e inmediata, aunque conectarlo a la WiFi es una gozada, sobre todo si te gusta pasar de la habitación del ordenador al salón y seguir escuchando la misma música. En este último caso, asegúrate de haber plegado la antena WiFi para que no se produzca ningún microcorte (y, claro, si tienes una buena conexión de Internet, mejor que mejor).
Te recomiendo este altavoz si no tienes espacio en casa para un dispositivo más grande, si no quieres cables y si vas a reproducir contenido de buena calidad. Así, no le vería mucho sentido comprar este altavoz para reproducir MP3 piratas de baja calidad o como monitor para ver series o películas descargadas en el 'mercado secundario'. Si tienes una buena colección de música y valoras el sonido premium, es una opción verdaderamente económica para todo lo que ofrece.
Puedes comprarlo en Amazon, Mediamarkt o desde la web oficial de Sony.