Todos sabemos cómo funciona esto. Comienza con un amigo o un familiar entusiasmado por un libro que acaba de leer o una charla a la que asistió, después escuchamos una entrevista en la radio o en un programa de televisión donde nos hablan de la maravilla de este nuevo sistema infalible para solucionar el problema que está de moda, luego, como una de esas gripes veraniegas que contagian a todo el mundo en la oficina, todas las librerías se atiborran con un nuevo libro de autoayuda que esconde entre sus páginas el secreto de la felicidad y la vida plena; la moda dura algunos meses, pareciese que esta fiebre nunca fuese a acabar, y de repente, un día, sin que nadie lo vea venir, revienta la burbuja, un día no hay más libros, no hay más entrevistas, los talleres se esfuman, y la vida sigue como si nada hubiese pasado, ese es, en palabras de Mufasa, “el circulo de la vida” de la autoayuda.

Irónicamente, los estudios respecto a la autoayuda han determinado en numerosas ocasiones que algunos de estos libros tienen el poder de cambiar vidas, sobre todo aquellos que tratan trastornos leves de depresión, ansiedad, fobia social, agorafobia, trastorno obsesivo-compulsivo y que lo hacen con una metodología científicamente validada. ¿Entonces, cual es el problema?, ¿Por qué despertamos de ese ensueño y todo pareciese seguir igual? ¿acaso es que los libros de autoayuda no sirven?.

¿Que esperamos de un libro?

Los científicos que han estudiado el bienestar del ser humano (¡hola psicología positiva!) han planteado que existen por lo menos dos formas de “sentirse bien”, la primera es el bienestar hedónico, la búsqueda del placer y la evitación del sufrimiento, y el segundo es el eudaimónico que es la sensación de bienestar que viene de la auto-realización. Puede sonar algo complicado, pero en realidad es bastante simple, por ejemplo, cuando nos vamos de juerga para olvidar un despecho estamos buscando el bienestar hedónico (disfrutamos estar con nuestros amigos, bailando, riendo, y evitamos el dolor de recordar a la persona que ya no está con nosotros), por otro lado, la persona que dice “no sería quien soy ni habría logrado lo que he logrado si no hubiese pasado por ese despecho” está manifestando una forma de bienestar eudaimónico, obviamente estos dos tipos de bienestar no están en oposición, y los seres humanos estamos en una constante búsqueda de ambos.

Estos mensajes, por muy valiosos que sean, son empaquetados y digeridos como artículos de consumo, como algo pasajero que nos brinda una sensación de bienestar temporal, pero que al final del día no tendrán un valor que perdure en el tiempo. El problema con los libros de autoayuda o los seminarios de crecimiento personal es que ofrecen bienestar eudaimónico pero en realidad venden o los consumimos como bienestar hedónico, la persona termina de leer el libro o sale del seminario sintiendo que se puede comer el mundo, las frases clichés de “sé tú mismo” y “visualiza el éxito” suenan de maravilla por un rato, hasta que, al igual que la película que vio anoche, quedan archivadas en la memoria de largo plazo como otro artículo más en la larga lista de placeres momentáneos que no tienen un impacto real en nuestras vidas. Estos mensajes, por muy valiosos que sean, son empaquetados y digeridos como artículos de consumo, como algo pasajero que nos brinda una sensación de bienestar temporal, pero que al final del día no tendrán un valor que perdure en el tiempo a menos que la persona esté dispuesta a hacer un cambio profundo en la forma en que piensa y actúa.

Fotografía: Lucky Bussines - Shutterstock
Fotografía: Lucky Bussines - Shutterstock

¿Sirven los libros de autoayuda?

Los científicos consideran que uno de los factores más importantes para determinar el éxito de un libro de autoayuda es la adherencia al tratamiento, es lo mismo que ir al médico, si a una persona le duele la cabeza y le recetan un medicamento, el éxito del tratamiento dependerá en gran medida de que tan riguroso sea el paciente a la hora de tomar la medicina. Lo que pasa es que los cambios conductuales no son fáciles, requieren de un gran esfuerzo y de constancia, requieren de cometer errores y evaluar que salió mal, requieren de tener la intención de ser persistente aunque cada célula de nuestro cuerpo nos diga lo contrario, en pocas palabras, no es solamente una cuestión de leer, es de hacer y hacer y hacer hasta que se convierta en un habito.

Claro, la culpa no es solo del lector, muchos de estos libros se venden como “sencillos” “fáciles de seguir” y prometen “cambios inmediatos” que no son para nada realistas, el discurso publicitario se mezcla con el mensaje de crecimiento personal creando una monstruosidad digna de Victor Frankenstein, que es profundamente desmotivadora para el lector cuando se da cuenta que sus esfuerzos no están teniendo los resultados prometidos, sembrando el cinismo que ha marcado el zeitgeist moderno en torno a estos libros, es un circulo de profecía auto-cumplida: compro un libro porque creo que estoy en un mal lugar, hago lo que me dice y como nada pasa ahora tengo más evidencia de que estoy en un mal lugar.

¿Qué tipo de libro necesitas?

La sección de autoayuda de una librería es igual de variada que la sección de revistas, hay cientos de libros de diversos temas: científicos, espirituales, filosóficos, religiosos, sobre depresión, obesidad, ansiedad, auto-realización, PNL, etc. No es raro ver “la solución dietética de Beck” (psicología cognitivo-conductual) junto a “el secreto” (pseudo-ciencia) y “el alquimista” (literatura reflexiva). No todos los estilos literarios son igual de adecuados para todos los lectores, ni todos los autores tienen la misma calidad o rigurosidad; si a ti te gustan las novelas de fantasía y ciencia ficción es natural que te dirijas a esas secciones, y te llevarías menudo trago amargo si compras un libro y te das cuenta que es un thriller judicial al más puro estilo de John Grisham. Comprar un libro de autoayuda es lanzarse al vacío con ojos vendados a la expectativa de que en el fondo del abismo haya una cama de plumas que acolche la caída. Eso significa que un lector interesado en un tema particular debe excavar montañas de libros que le son inverosímiles para llegar a uno que aborde la temática que le preocupa, y aun así, no tiene la certeza de que ese libro en específico haya sido escrito por un experto o por una persona con criterios éticos. Comprar un libro de autoayuda es lanzarse al vacío con ojos vendados a la expectativa de que en el fondo del abismo haya una cama de plumas que acolche la caída.

Lo peor es que algunos libros dan consejos que van en contra de lo que nos dice la ciencia, por ejemplo, “El Secreto” invita a las personas a visualizarse habiendo alcanzado su objetivo (en un viaje, manejando un carro, bañándose en dinero como Scrooge McDuck), cuando los investigadores de la motivación han determinado hasta el cansancio que las personas que se imaginan en esas situaciones tienen menor probabilidad de alcanzar la meta que las personas que se visualizan haciendo una acción para alcanzar su objetivo (por ejemplo, trabajando para reunir dinero y comprar los pasajes del viaje).

La única recomendación que podría dar, es que si te interesa un tema particular, te tomes el tiempo de buscar en internet quienes son los autores más representativos, lee tanto críticas positivas como negativas, y construye una idea sobre el tema en que estas a punto de meterte. Ten presente que los investigadores han determinado que los libros efectivos son aquellos que se fundamentan en teorías científicamente comprobadas, metódicos y precisos, con ejercicios y ejemplos que te ayuden y guíen en tu proceso.

Fotografía: Pressmaster - Shutterstock
Fotografía: Pressmaster - Shutterstock

¿Y qué diablos significa ser tú mismo?

Ese estereotipo ideal de ser humano que cada libro vende a su manera no necesariamente responde a nuestra situación de vida actual Si tú actúas como una persona más bien callada, reservada, que duda constantemente de sí mismo, ¿puede el libro determinar que esa no es tu esencia?, algunos libros de autoayuda nos presentan la idea de que somos mariposas en un capullo de inseguridades, esperando a la fórmula mágica contenida en esas páginas que nos permita salir de la crisálida y mostrar nuestras hermosas alas al mundo, pero lo cierto es que no todos somos majestuosas mariposas, a algunos nos gusta ser oruga, otros tenemos desbalances químicos que biológicamente nos hacen sentir deprimidos. Ese estereotipo ideal de ser humano que cada libro vende a su manera no necesariamente responde a nuestra situación de vida actual, lo que le sirve a Pedro no necesariamente le servirá a Juan, la vida de Ana no es la vida de María, y hasta que la tecnología lo permita, un libro no es capaz de hacer esa distinción.

En conclusión, si vas a comprar un libro de autoayuda, infórmate, averigua quien lo escribió y cuáles son sus credenciales, y entiende que esa receta al éxito es solo un primer paso en un largo camino que vas a transitar, que va a ser difícil, que va a requerir de constancia, pensamiento crítico, el apoyo de otros, y momentos difíciles, pero que si te funciona va a ser fenomenal, como dice Vikram Ghandi en su documental Kumare donde hace un registro de los meses en los que se hace pasar por gurú, “tú eres tu propio gurú”.

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