Desde hace varias décadas, todos los automóviles incorporan en su interior un sistema de airbags (bolsas de aire en inglés). Estos airbags, como muchos ya sabrán, es un mecanismo de seguridad basado en bolsas inflables que protegen a los ocupantes del vehículo en caso de impacto.
Fue desarrollado por Daimler-Benz en 1981, aunque la patente consta desde 1971. En un primer momento se trató de un elemento opcional, pero, con el paso del tiempo se ha establecido como un sistema esencial en cualquier automóvil que se comercialice.
Dicho sistema se basa, esencialmente, en tres partes: las bolsas propiamente dichas, una centralita reguladora y un conjunto de sensores distribuidos en diferentes zonas del automóvil.
- Los sensores. Se distribuyen alrededor de todo el coche, aunque la concentración es mayor en la zona frontal y en los laterales. Son acelerómetros, giroscopios y sensores de presión. Estos miden diversas variables: la intensidad del impacto, la procedencia del impacto, la trayectoria de la fuerza y la deceleración del automóvil tras el impacto.
- La centralita reguladora. Analiza los datos recogidos por los sensores y actúa en consecuencia. Diferencia entre un bache, un golpe leve y un golpe intenso. Cuando se trata de un golpe intenso (uno que supera los parámetros establecidos), determina qué airbags deben activarse –recordemos que los automóviles actuales cuentan con airbags en diversas zonas del habitáculo– y los hace funcionar.
- Las bolsas. Compuestas de un material muy resistente, están escondidas en diversas zonas del vehículo: en el volante, en la zona lateral de los asientos, en la zona frontal del copiloto, etc. Estas se activan gracias a un material altamente inflamable, el cual genera un gas en el interior de la bolsa al entrar en combustión. El "detonante" de dicha combustión es un sistema eléctrico conectado a la centralita, y logra inflar las bolsas en unos 30 milisegundos. Como es obvio, provoca una explosión muy fuerte, lo suficiente como para inflar la bolsa antes de que el pasajero impacte con alguna de las zonas del habitáculo. No obstante, estas comienzan a desinflarse rápidamente mediante unos orificios situados en la propia bolsa y cuyo objetivo es amortiguar al máximo posible el impacto de los pasajeros con el airbag.
Este sistema obviamente se ha ido perfeccionando con el paso de los años, reduciendo los tiempos de reacción de las bolsas, aumentando la velocidad de procesado de la centralita y mejorando la precisión de los sensores. No obstante, la base del sistema sigue siendo la misma desde que Mercedes lo iniciara en la década de los ochenta.
Todo esto lo pueden ver con más detalle en el siguiente vídeo: