Dada la escasa madurez y antigüedad del sector tecnológico español, romper récords puede entenderse como algo natural e incluso fácilmente anticipable. Sin embargo, todo lo ocurrido en el ecosistema patrio en el mes de mayo puede interpretarse como un punto de inflexión.

Han sido varios acontecimientos que ponen de relieve que algunos aspectos de la escena española de startups están cambiando. Algo que, dicho sea de paso, no quiere que todo sea color de rosa. Como comentábamos en el mes de abril, la distancia con Reino Unido, Alemania, Francia o algunos países nórdicos sigue siendo sustancial y quien sabe si insalvable.

Dame dinero aunque todavía no lo genero

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O dicho de otra forma, dame dinero para crecer en usuarios que más adelante ya me ocuparé de monetizar y facturar.

Esta forma de crecimiento, tantas veces vista en ecosistemas más maduros como pueden ser Silicon Valley, Nueva York o Tel Aviv, se caracteriza por la construcción de plataformas con el principal objetivo de amasar una cantidad de usuarios importante que provoque el ya conocido efecto red: cuantos más usuarios tiene la plataforma, más útil resulta para los ya existentes y para los que están por llegar.

La preocupación por monetizar esos usuarios y construir un modelo de negocio vendrá después, cuando el tiempo apriete y conseguirlo se antoje una tarea más sencilla. Así han surgido y crecido muchas empresas tecnológicas que han marcado época (Facebook, Twitter, Tumblr, Wade, etc) y para las cuales la generación de ingresos siempre fue un objetivo tardío.

En España, hasta ahora, no existían muchos modelos similares por diversas razones, pero Wallapop ha entrado en escena rompiendo registros anteriores. Después de levantar cerca de $25 millones de dólares a principios de año, la app de compraventa de productos de segunda mano liderada por Agustín Gómez ha conseguido una nueva inyección de $100 millones por parte de varios fondos americanos y algunos hablan ya de ella como la gran amenaza de Craigslist, eBay y servicios similares. Calma, por favor.

Haya alcanzado o no una valoración de 1.000 millones de dólares en el mercado privado -convirtiéndose en un dichoso unicornio-, lo cierto es que Wallapop ha puesto patas arriba el mercado español de startups y forzado a muchos inversores (business angels y fondos institucionales) a levantar la mano y entonar un ‘mea culpa’ por no creer en su modelo de crecimiento.

Cinco millones, más de $140 millones de financiación y… cero ingresos hasta la fecha. Así funciona a veces este mercado tan irracional a ojos de muchos.

Los inversores no tecnológicos entran en escena

jobandtalent

La ronda de la empresa de búsqueda de empleo Jobandtalent también pone énfasis en dos situaciones que muchos en el sector venían anticipando desde hace tiempo: la invasión de los inversores sin tradición en el sector tecnológico (¿smart money?) y la llegada de dinero a etapas más avanzadas de madurez de las startups (conocidas como growth, Series B y posteriores).

Los €23 millones levantados por Jobandtalent se suman a los 14 que consiguió hace menos de un año. Esta última operación, que bien puede indicar que la empresa quema dinero como el Real Madrid entrenadores o que con tanto dinero disponible en el mercado ‘tonto el que no se aproveche y guarde para tiempos peores’, ha estado liderada por Pelayo Cortina Koplowitz, miembro de una de las familias más ricas de España y que hasta ahora había centrado sus inversiones en los sectores de las finanzas o los recursos naturales. Las startups están de moda, que dirían algunos.

Lo también llamativo del caso de Jobandtalent es que en poco tiempo se ha convertido en la empresa española mejor -o más- financiada con capital exclusivamente patrio. Mientras que Wallapop, peerTransfer, Kantox y muchas otras decidieron acudir a la ayuda de firmas de capital riesgo extranjeras, Jobandtalent está protegida bajo un paraguas diferente.

Conseguir capital no parece un problema para una empresa que muchos en Madrid conocen como ‘la que mejores fiestas monta’. Con más de €40 millones levantados y rumores sobre una posible nueva ronda de 100 en camino, toca lo más difícil: montar el negocio.

Capital riesgo… y público

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En el ecosistema español de startups hay más dinero que nunca y mucho tiene su origen en las arcas del estado.

El fondo del ICO ha inyectado ya más de 755 millones de euros en 29 firmas de capital riesgo, llevando al sector a alcanzar sus mejores cifras y a recuperar los niveles de antes de la crisis financiera. ASCRI, la patronal española del capital riesgo, definía la semana pasada la situación actual como “un momento irrepetible”.

La gráfica anterior muestra claramente que el principal contribuyente a las partidas de muchos fondos han sido, precisamente, inversores públicos. Una situación que se repite en muchos otros países de la Unión Europea, donde los fondos públicos suponen hasta un 40% del total de fondos conseguidos por el capital riesgo.

En 5 meses más que en todo 2013

gráfica 02

La madurez del sector (empresas e inversores), la atracción de inversores no tradicionales hacia el mundo de la tecnología o la ayuda del Estado han contribuido a que el sector de la inversión viva sus mejores momentos en mucho tiempo.

Utilizando como vara de medir el capital levantado por las startups españolas -que nunca debería entenderse como representativo de la capacidad de las empresas para generar caja-, nos encontramos con que en los primeros cinco meses del 2015 el capital levantado por éstas ha superado ya los €275 millones de dólares. Más que en todo 2013 y un 85% del total de 2014.

Casi nada.

El sector madura, y el mes de mayo ha sido especialmente representativo.

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