En España hemos experimentado en los últimos años una espectacular eclosión de los programas de cocina y talent shows en la televisión, pero, ¿qué razones nos han llevado a encontrarnos en esta burbuja gastronómica? Anteriormente ya existían programas de televisión de cocina, incluso shows acerca de ellos, ¿por qué no funcionaron entonces? La razón es una simple cuestión de tiempo, llegar en el momento oportuno, y este lo es.
Antes de explicar las causas de este boom gastronómico vamos a repasar la historia de la cocina española en la pequeña pantalla. Fue Elena Santoja en su programa “Con las manos en la masa” la que, en 1984, nos introdujo en el mundo de recetarios que vivimos hasta el día de hoy. Clásicos como Karlos Arguiñano, el hasta ahora chef más televisivo, su hermana Eva, Bruno Oteiza o el tristemente fallecido Darío Barrio le siguieron a lo largo de los años.
Jose Andrés fue el impulsor de la nueva revolución gastronómica en la pequeña pantalla
El primer chef que cambió la forma en la que se montaban los programas de cocina en nuestro país fue Jose Andrés, un innovador cocinero asturiano de prestigio internacional que triunfa en EE.UU. En su programa "Vamos a cocinar con Jose Andrés", el cocinero se alejó de la vestimenta típica de los chefs, con chaquetilla blanca y la toque blanche, invitaba a personajes populares a su plató, con una decoración mucho más hogareña, y recorría los mercados españoles para mostrarnos las cualidades de los ingredientes que posteriormente utilizaría en sus recetas.
Este tipo de programas funcionaban, tenían éxito y se situaban en la franja horaria de la comida, justo para que las amas de casa, mayormente las espectadoras de estos espacios, pudieran copiar las recetas y prepararlas en casa. Viendo el éxito que cosechaba la cocina, cadenas como Telecinco dieron el paso en 2006 de convertir estos programas en realities. “Esta cocina es un infierno” fue la apuesta de la cadena, un programa capitaneado por Sergi Arola y Mario Sandoval en horario de prime-time que resultó ser un sonado fracaso a nivel de audiencia.
Pero, ¿qué ha cambiado en nuestra sociedad para que los programas de cocina como "Pesadilla en la cocina", "MasterChef", "Top Chef", o "Un país para comérselo" sean ahora un fenómeno que encanta a millones de personas en España?
Cocinar se ha convertido en un hobby
Con el aumento en la velocidad de nuestro ritmo de vida, la incorporación de la mujer al mundo del trabajo, el incremento de los restaurantes y franquicias de comida rápida o platos preparados, los take-aways o deliverys, la cocina entre semana se ha vuelto casi un imposible, simplemente no tenemos ni tiempo ni ganas de ponernos a preparar platos elaborados antes o a la salida de nuestras jornadas laborales.
Recurrimos a la gran variedad de ofertas que se nos ponen a nuestro alcance y nos olvidamos de lo que era cocinar, una tarea rutinaria. La evolución de esta tarea hacia una cuestión de ocio con la que diferenciarnos, entretenernos, relajarnos, motivarnos y satisfacer a nuestros familiares o amigos es una de las claves del éxito de estos programas.
Cada vez somos más los que nos sentimos identificados unos con otros con la cocina, los programas son el nexo. Como hobby que es, queremos superarnos día a día, mejorar en nuestras habilidades y aprender todo sobre él: recetas, ingredientes, técnicas y términos nuevos.
Es ahí donde reside el gran éxito de MasterChef, un programa donde, por primera vez, los protagonistas no son cocineros profesionales, sino personas que sienten pasión por la cocina, que la ven como si de un hobby se tratara y que nos inspiran con sus aciertos y errores en nuevos platos que todos podríamos elaborar.
Mejora en los conocimientos de nutrición, salud y bienestar
Los programas tradicionales de cocina hicieron desde sus inicios una gran labor para mejorar nuestros conocimientos de nutrición, salud y bienestar, nos recomendaban alejarnos de las cadenas de comida rápida que todos conocemos, y preparar los platos en casa de una forma más saludable y económica.
En los últimos años hemos experimentado una revolución paralela en torno a estos tres ejes, la obesidad y las enfermedades derivadas son uno de los grandes problemas del primer mundo, y combatirlas ha sido una misión para las instituciones, gobiernos y medios de comunicación. Conectar con la naturaleza y con nuestro pasado cultural son la base de programas como “Un país para comérselo”, y la mejora de los conocimientos que tenemos sobre nutrición o estilos de vida cada vez más saludables han incrementado la importancia de la comida casera, la dieta mediterránea, considerada hoy, sin discusión, como el grial de la salud y el buen comer.
En definitiva, una combinación excepcional de chefs, productos y recetas caseras que han contribuido a difundir y consolidar el éxito incuestionable de la gastronomía española, reconocida como una de las más sabrosas y saludables en el mundo
Posición dominante de España en el mundo gastronómico
Somos una potencia mundial en el mundo de la cocina, la gastronomía supone más de un 10% del PIB nacional y supone un 17% de todas nuestras exportaciones según la Real Academia Española de Gastronomía. La gastronomía se ha convertido en un argumento de la marca territorio, de la marca país, y el turismo gastronómico no deja de crecer al igual que nuestro interés por la cocina.
España es referente a nivel mundial en nueva gastronomía gracias a los hitos logrados por genios como Ferrán Adriá
Somos el país con mayor número de restaurantes entre los 10 mejores del mundo, con El Celler de Can Roca en Girona ocupando la 1ª posición a nivel global en 2015 tras el anuncio oficial que se hizo en la gala celebrada anoche en Londres, y nuestros cocineros estrella se han convertido en figuras mediáticas a golpe de certámenes y programas gastronómicos.
Ahora nuestros hijos no quieren ser astronautas o policías, quieren ser chefs, como bien podemos ver en la exitosa versión infantil "MasterChef Junior", donde los más jóvenes nos demuestran cómo se manejan entre los fogones. Las estrellas Michelín convierten en ídolos a ojos de todos los apasionados de la cocina a los chefs que las llevan, y según sea el número de las mismas, su relevancia en la sociedad crece.
Aterrizaje de la revolución foodie en nuestro país
No es nueva, de hecho fue un término acuñado por Paul Levy, Ann Barr y Mat Sloan en el libro “The Official Foodie Handbook” en 1984, pero lleva un par de años de moda, y sigue estándolo con el auge de redes sociales como Instagram, o programas de crítica gastronómica como "Pesadilla en la cocina", conducido por Alberto Chicote.
El foodie es aquella persona a la que le gusta la cocina, está al día en lo referente a las novedades, tienen pasión por lo bio/ ecológico y frecuenta los lugares gourmet más escondidos de su ciudad. Se han convertido en una especie de influencers que tienen gran protagonismo en Internet y mueven a miles de consumidores que confían en sus opiniones, aumentando más así la masa de personas interesadas por los programas de cocina o talent shows.
Son críticos, tienen un paladar exquisito y se conocen de memoria los puntos adecuados de cada carne y pescado, no les vale cualquier cosa, y si no son bien tratados en un restaurante se van a quejar escribiendo una crítica negativa en Twitter que puede hacer mucho daño al negocio. Siempre van acompañados de un smartphone con el que captar el diseño de los platos que van a degustar al estilo “food porn” y posteriormente comentan sus impresiones en Instagram, la red social que más utilizan.
Accesibilidad y cotidianidad de la alta cocina
La alta cocina en España ya no es algo exclusivo de las clases elitistas, ha bajado al mundo terrenal reduciendo el precios de sus menús y haciéndolos más adaptables a todo el mundo. Su presencia en programas de televisión desde sus inicios con Ferrán Adriá nos han enseñado técnicas novedosas que podemos practicar en nuestra propia casa hoy en día.
A cada vez menos personas les sorprenden ahora los términos esferificación, alginato, concassé, escalfar o clarificar. Técnicas que nos abren a un mundo nuevo de recetas con las que dejar boquiabiertos a nuestros invitados, y que encontramos en libros o cursos de cocina directamente relacionados con los programas de televisión que han alcanzado el éxito, como "Top Chef", diferenciado de su competidor en la televisión pública por el alto nivel de conocimientos técnicos y profesionalidad de los participantes.