Progress

Transporte ruso Progress. Fuente: Roscosmos

Imagina que eres uno de los astronautas que ha tenido la suerte de permanecer varios meses en la Estación Espacial Internacional. Pero ya toca volver a casa. La ISS se hace un poco monótona y tienes ganas de volver con tu familia y amigos. La próxima semana **podrás bajar a bordo de una de las modernizadas naves "Progress"*, que han sido actualizadas una y otra vez hasta convertirse en el nuevo juguete de tecnología punta ruso. De pronto el centro de mando se pone en contacto con vosotros con un importante mensaje. Vais a tener que esperar una semana más encerrados en la Estación: han perdido contacto con la Progress. ¿Entonces? ¿Dónde se encuentra en estos momentos la nave? Nadie lo sabe, pero al menos, desde tierra están seguros que volverá a caer. Un día de estos y saber dónde. Es entonces cuando no puedes evitar hacer un sonoro facepalm* y pensar "las naves rusas ya no son lo que eran".

Progress, el nombre de una crisis

Esta historia está, si recordáis las noticias de las últimas semanas, basada en hechos reales: el carguero Progress M-26M no pudo unirse a la Estación debido a fallos técnicos y tuvo que ser desintegrado en la atmósfera. Y la cosa no quedo ahí. Recientemente el Roscosmos explicaba que, tras varios intentos fallidos, por fin habían conseguido encender los motores de la Progress adherida a la ISS y corregir su orbita. Algo importante ya que la ISS tiene tendencia a caer y hay que darle empuje de vez en cuando. Pero lo consiguieron al tercer día desde la primera prueba. Tras pasar todo el fin de semana tratando de recuperar el control de la Progress M-26M y eso a menos de un mes desde la pérdida de la Progress M-27M por negligencia (no queda claro muy bien de quién, pero si que fue de alguien), la Todo esto es consecuencia de 20 años de falta de fondos, lo que debería servir de ejemplo a todo el mundointocable fama rusa se ha puesto en entredicho.

Porque, si los dos incidentes anteriores no fueran suficiente, el Roscosmos también ha perdido un satélite de comunicaciones Mexicano. El satélite iba a ser lanzado mediante un cohete Proton-M desde Baikonur. Pero falló, perdiéndose tanto parte del cohete como el satélite, lo que rellena el cupo de errores admisibles en un mes de una Agencia Espacial. Por su parte, el gobierno ruso está bastante de uñas al respecto. Según informan los medios del país, se están pidiendo explicaciones a voz en grito y Komarov, dirigente de la agencia espacial rusa, se encuentra en una posición delicada. Y no es para menos.

¿El fin de una era?

Como explicábamos, parece ser que los fallos han tenido su origen en errores humanos que han costado mucho dinero, esfuerzo y tiempo. No solo por la Progress desintegrada, el satélite perdido y la alarma causada, sino por tener que retrasar la misión de vuelta de la tripulación así como muchas otras cuestiones. Preparar un programa espacial no es barato ni sencillo. Hacen falta meses o años de anticipación. Precisamente, los fallos humanos han de estar descartados en la medida de lo inhumanamente posible. Pero el Roscosmos se ha coronado con fallos de gran calibre en muy poco tiempo. Es algo verdaderamente inusual. Desde la Unión Soviética, el país siempre ha tenido la fama de ser los pioneros más audaces y efectivos en el espacio. Y puede que no estemos acostumbrados a ver fallos de origen ruso. Actualmente, de hecho, se siguen usando las naves tripuladas Soyuz, cuyo modelo básico fue diseñado a finales de los 60 por el mítico Koroliov, para transportar a la tripulación hasta la ISS.

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La Dragon CRS-5 acercándose a la ISS. Fuente: Anton Shkaplerov

La única nave que parece hacerle la competencia a las Soyuz y a las más modernas Progress son las Dragon (v2) de SpaceX, la brillante empresa de Elon Musk. Los rusos siguen teniendo mucho que decir en materia espacial, desde luego. Pero según el primer ministro, Rogozin, estos errores están siendo fruto de una crisis que el país lleva arrastrando desde tiempo atrás. Los engranajes del progreso siguen moviéndose, y han de hacerlo igual de rápido que siempre. Pero parece que falta "grasa". No hay preparación, explican los expertos, ni dinero suficiente para mantener las cosas de manera idéntica a la que estaban. Todo esto es consecuencia de 20 años de falta de fondos, lo que debería servir de ejemplo a todo el mundo. Puede que la crisis del país haya herido gravemente a la cosmonáutica rusa. ¿Estaremos viendo el fin de una época? Las apuestas como las de SpaceX parecen presentar una verdadera competencia a su fama. Por su parte, el país ya reafirmó hace unos meses su voluntad de seguir investigando y construir su propia estación de altura para 2025 con vistas a minar la superficie lunar. Pero antes de eso, nos conformaremos con que bajen a los tripulantes de la ISS sanos y salvos.