Mortal Kombat X se alza como uno de los mejores títulos de la marca y como un exponente dentro del género de la lucha. Analizamos la última entrega de la franquicia desarrollada por NetherRealm Studios.De NetherRealm Studios me gusta su forma de comunicar. Además de tener a su carismático director y diseñador jefe, Ed Boon, como cabeza visible en lo tocante a la comunicación – siempre será mejor que te hable del juego aquel que lo ha hecho y no alguien del departamento de marketing o publicidad – saben dosificar las sorpresas e ir revelando contenido poco a poco en los meses previos al lanzamiento.
Los principales valores de la franquicia de NetherRealm siguen inalterables en esta edición.
Es por esto que, si uno ha ido siguiendo las novedades de cerca, quizá Mortal Kombat X no sorprenda de primeras tanto como lo harían otros juegos. Y esta décima entrega de la franquicia principal merece llamar la atención por ser uno de los mejores juegos de lucha de los últimos años.
No voy a mentir: mi historia con la marca es breve. Tras pasar alguna que otra hora con Deception y Deadly Alliance no fue hasta Mortal Kombat 9 cuando me enganché a la fórmula de NetherRealm. De Mortal Kombat me gustaba lo crudo y lo contundente de su combate pero, sobre todo, su planteamiento jugable: desde el núcleo hasta el ramillete de modos que tenía que ofrecer.
La contundencia y lo crudo de la marca Mortal Kombat van más allá en esta entrega.
Y en Mortal Kombat X esto no ha cambiado. El ritmo sigue siendo algo más pausado que el de la inmensa mayoría de títulos de lucha que encontramos en el mercado pero ciertos retoques aquí y allá dan como resultado una mayor rapidez. El movimiento de los luchadores parece más ligero y el conjunto ha ganado en fluidez. Y sí, es todavía más crudo y mucho más contundente que anteriores entregas. Es algo intangible pero la sensación de impacto de cada golpe en Mortal Kombat X es única, comparable con muy pocos títulos del género.
Se agradece, claro, el salto generacional. El lastre de Xbox 360 y Playstation 3 sigue siendo palpable, sobre todo en modelados, pero el conjunto luce de maravilla. En este Unreal Engine 3 llevado al límite los escenarios y la mayoría de personajes tienen más detalle que nunca mientras que los efectos de nuestros golpes son muy llamativos. Nos veremos varias veces con una mueca de repulsión ante lo repugnante y escabroso de los fatalities.
En términos de contenido jugable, volvemos a encontrarnos con una amplia variedad de modos. Es cierto que muchos se repiten y varían demasiado poco con respecto a lo visto en MK 9 perdiendo así algo de frescura y novedad. Pero eso no quita que estemos ante uno de los juegos de lucha con más contenido para un jugador. Repiten las torres de varios tipos ya vistas y se añaden las llamadas torres vivientes, con la finalidad de aportar retos diferentes cada cierto tiempo. Pero si hablamos de contenido singleplayer, la historia vuelve a ser el núcleo y la vía de introducción y presentación del mundo y sus protagonistas.
Un modo historia que hace aguas
Su argumento es realmente flojo y el tono de culebrón barato que impregna toda la historia juega en contra de esos tintes dramáticos y trascendentales que se le pretende dar en ciertos aspectos. Los personajes maniqueos, las situaciones previsibles y que desaprovechan el trasfondo y los protagonistas de la franquicia y un doblaje al español, con buenas voces en su mayoría, repleto de interpretaciones muy deficientes hacen que este breve modo historia (no se necesitarán ma´s de 3-4 horas para terminarlo) no nos deje un gran sabor de boca.
Pero creo firmemente que castigar a Mortal Kombat X por su modo historia no sería del todo lógico. Pese a todo, el mimo y el trabajo que hay detrás, en la construcción y presentación de la historia, queda muy lejos de otros juegos cuyo modo principal no pasa de meras imágenes estáticas para contarnos aquello que le sucede a sus protagonistas. Aquí la forma cumple con creces y pese a su fondo, algo mejorable, se nos presentan el universo y los personajes de forma eficiente.
Y ahí es donde está el principal atractivo de Mortal Kombat X, en su plantel de personajes. Hay ausencias relevantes y que los aficionados acérrimos echarán en falta pero la plantilla reunida es más que solvente: a leyendas imprescindibles como Scorpion, Raiden, Johny Cage o Jax se les unen ocho nuevos personajes. Algunos de ellos, como Jacquie Briggs y Cassie Cage pueden verse como simples variaciones del estilo de combate de sus padres pero tienen más profundidad de la que aparentan en un principio. Además, otros como Erron o D’vorah me parecen adicione sobresalientes al catálogo. Quizá la principal novedad de MK X, más allá de ese salto temporal que nos permite juntar luchadores clásicos con su prole, sea el de las variaciones de combate. Todos y cada uno de los 24 luchadores que conforman la plantilla cuenta con tres variantes de pelea. Así, lejos de quedarse en efectos estéticos, encontramos ataques distintos, utilización de ciertas armas o la posibilidad de potenciar golpes concretos. Las posibilidades aumentan y en encontrar la vertiente de combate perfecta de nuestro personaje favorito está uno de los grandes pilares del juego.
Como era de esperar, viniendo de donde venimos, el contenido relacionado con todos estos personajes será amplísimo. Combatiendo en los distintos modos y, sobre todo, en la Kripta, podremos desbloquear fatalities, brutalities, nuevos trajes y una enorme cantidad de arte conceptual, piezas musicales e información sobre el juego y sus luchadores. En lo personal, agradezco que muchos de estos desbloqueables nos dejen saber más del proceso creativo y de desarrollo del juego. Un gran punto, sin duda.
Las ausencias y los errores del online, sus principales lacras
Pero Mortal Kombat X es un juego que también tiene ausencias. Hemos dicho que será fácil echar de menos a personajes como pudieran ser Baraka, Rain o Havik. Y lo mismo ocurre en lo relacionado a escenarios. No sabemos si viene dado por la mayor interactividad con estos (heredada, en parte, de Injustice: God Among Us) pero los 25 escenarios con los que contaba MK 9 han pasado a ser unos escasos 13. En relación a esto, los increíbles stage fatalities dejan paso a unos menos inspirados y llamativos stage brutalities.
Y para finalizar en el apartado del contenido se debe mencionar la discutible política de DLC seguida por NetherRealm: son muchos los trajes vendidos por separado desde el primer día y el precio de los personajes que llegarán más adelante es un tanto elevado pero quizá lo más grave sea la existencia de packs de fatalities más sencillos de realizar. Poco que salvar en lo que a contenido adicional se refiere.
Y, por último, llegamos al online. Por muy extenso que sea, y aquí lo es, lo ofrecido para un solo jugador es contenido finito, que vamos a terminar repitiendo. El online debería ser ese bastión al que acudir en busca de novedades o de un reto mayor. Los modos, con la añadida (aunque un tanto irrelevante) guerra de facciones, son interesantes pero a la hora de la verdad el funcionamiento es muy deficiente. Y llama la atención porque arrastra defectos que ya podíamos encontrar en MK 9: tiempos de espera demasiado prolongados, demasiada latencia en las partidas (con lo que ello supone en un videojuego de lucha), etc.
Conclusión
Mortal Kombat X es uno de los mejores títulos de la franquicia y se sitúa entre los juegos de lucha más recomendables de los últimos años. Nuevos personajes interesantes, una mayor profundidad gracias a las “variaciones de combate”, una buena variedad de modos y la contundencia de siempre son sus principales valores. Una pena que un modo historia muy mejorable y problemas en el online heredados de la entrega anterior empañen el resultado.
Pros
- Cantidad y variedad de cosas que hacer y desbloquear.
- Los personajes añadidos. En su mayoría, variados e interesantes.
- Las variantes de combate de cada luchador. La cantidad de estilos se multiplica.
- Su aspecto técnico. La crudeza de la marca como nunca antes se había visto.
Contras
- El online hereda problemas de la entrega anterior. Tiempos de espera y lag excesivos.
- Su modo historia. Insuficiente y desaprovechado.
- La política de contenido descargable. Demasiado y con precios excesivos.
- El doblaje al castellano. No se puede cambiar y las interpretaciones son, en su mayoría muy mejorables.