Una de las enfermedades más extendidas y desagradables de nuestra época es, sin duda, el cáncer. Por suerte para nosotros, éste no se contagia de una persona a otra. Pero, ¿y si existiese un tipo especial, un verdadero cáncer contagioso? Lo cierto es que existen al menos tres tipos capaces de propagarse entre miembros de la misma especie. Pero tranquilos, que ninguno es de origen humano. Hace muy poco que se ha descubierto un tipo especial de leucemia capaz de propagarse por el mar, entre moluscos. Más inquietante aún es el cáncer del demonio de Tasmania, por su posición cercana a la nuestra, como mamífero. Este último ha llevado a la especie al borde de la extinción. Es un modelo válido entre mamíferos debido a la forma de propagarse. ¿Qué ocurriría si apareciese algún tipo de cáncer contagioso en humanos? ¿Sería posible? ¿Y qué efectos tendría en nosotros?
Así es el cáncer contagioso
El recientísimo descubrimiento de un cáncer capaz de ser transmitido entre las almejas ha abierto de nuevo el debate. Hasta la fecha se conocen solo tres tipos de cáncer contagioso. Éste último es el que más alejados pilla. Se descubrió tras varias epidemias de leucemia entre almejas. Estas epidemias provocan la muerte de los animales a través de los tumores relacionados con el rudimentario sistema inmune que tienen. Lo curioso del asunto, según comprobaron los investigadores, es que las células tumorales coincidían genéticamente entre sí y no con las almejas dónde se encontraron. Esto quiere decir que los tumores venían "de fuera" y no de las propias almejas. Llegados a este punto, vamos a repasar un poco qué Todos los tumores provenían de un mismo individuo, extendiéndose entre los demás
es el cáncer. El cáncer no es otra cosa que un conjunto de dolencias o patologías causadas por nuestras propias células.
Sí, cuando nuestras células dejan de funcionar correctamente se "suicidan" de forma natural. Pero si este mecanismo de suicidio no funciona correctamente, normalmente por que las instrucciones codificadas por el ADN están dañadas, la célula permanecerá "comiendo" y produciendo sustancias de deshecho a costa de las sanas, sin realizar su función. Como si fuera un parásito. Si esta célula, además, se reproduce copiándose a sí misma, creando otras células que funcionan de manera incorrecta también, lo que tendremos es un tumor que puede extenderse por el cuerpo, ocupando y matando otros tejidos sanos. Por suerte, estas células "malfuncionantes" aparecen y se mueren en nuestro propio cuerpo. En el caso de las almejas, sin embargo, esto no es así, y las células se desplazan hasta otras almejas a través del agua, infectándolas con leucemia.
La extinción del demonio de Tasmania
No obstante, hay que entender que este cáncer contagioso de las almejas sería imposible que ocurriese en humanos. ¿Por qué? Muy sencillo, nuestro sistema inmune es bastante quisquilloso y no acepta otras células que no sean nuestras en nuestro cuerpo. Ésta es la base de los rechazos en trasplante de órganos y transfusiones sanguíneas. Sin embargo, existen otros dos ejemplos, como decíamos, que nos tocan más de cerca: la del diablo de Tasmania y el tumor venéreo en perros. El caso del demonio de Tasmania, Sacrcophilus harrasii, es especialmente doloroso ya que ha provocado una reducción del 95% de la población en el sur de Australia. La enfermedad produce tumores por el rostro y cuello de los animales, impidiéndoles comer o incluso respirar, además de provocando infecciones recurrente. Lo más curioso del asunto es que todos los tumores proceden de un mismo individuo que contrajo la enfermedad hace unos 20 años. Este cáncer contagioso se extiende por culpa de los hábitos reproductivos de los animales, quienes se muerden el cuello y la cara en el proceso de copulación, creando heridas y transmitiendo el tejido infectado.
Este proceso no se comprende muy bien ya que no sabemos porqué el mecanismo que hay detrás no rechaza el tejido nuevo, de otro animal. Probablemente ocurra algo parecido al llamado "sarcoma de Sticker", el cáncer contagioso venéreo de los perros. Este se transmite entre genitales, ojos y boca de los animales tras copular. Esto se debe a que estas células tumorales han... "evolucionado" para anidar y pasar desapercibidas en un nuevo hospedador. De esta manera se transmiten del cuerpo de un perro o de un lobo a otro. Por suerte, este tipo de cáncer no es muy común. Pero que ocurra en mamíferos tan cercanos a los humanos nos hace cuestionarnos cosas. ¿Podría ocurrir algo parecido entre las personas? Pues probablemente sí. Ahora mismo no hay ningún caso conocido. Y no parece que lo vaya a haber en breve. Pero la existencia de estos tres tipos de cáncer contagioso comienza a levantar suspicacias. Igualmente, gracias a nuestro complejo sistema inmune, no sería grave, ni se extendería fácilmente, como ocurre con los perros. Pero el potencial peligroso está ahí. ¿Habría que revisar la manera que tenemos de entender el cáncer?