Son ya muchos meses de rumores acerca del Snapdragon 810. Después de que en diversos medios se hablara mucho del tema, comenzó a decirse que el SoC más potente de Qualcomm tenía serios problemas con el calor, y que por ello Samsung no lo usaría en el Galaxy S6, volviendo en este caso a usar exclusivamente procesador Exynos, algo que desde el el Galaxy S3 no ocurría en el modelo internacional. Con el movimiento Samsung no sólo ganaba margen de beneficios, sino que creaba mala imagen al Snapdragon 810, a la vez que, como hemos visto en el MWC, lo superaba ampliamente en rendimiento.

El problema

Lo cierto es que en el MWC pude experimentar durante una hora con benchmarks en el HTC One M9, con la intención de reproducir el pobre rendimiento sostenido que lograba el LG G Flex 2 (también con S810) en los primeros análisis de otros medios. Ante mi sorpresa, el rendimiento en el HTC One M9 no sólo no decayó apenas durante la hora que estuve forzando su CPU y su GPU, con GFXBench y Geekbench, sino que era bastante superior al del G Flex 2. Pero sí noté que se calentaba bastante, no hasta el punto de quemarme, pero sí hasta el punto de ser realmente molesto. De hecho, tras varias pasadas con Antutu, apareció un mensaje avisando de que el dispositivo estaba muy caliente y que era recomendable parar.

Realmente lo forcé tanto, que no me pareció relevante contarlo hasta la reseña, ya que no es el uso que se suele hacer de un teléfono. Algo curioso fue que, pese a calentarse tanto, ni de lejos se acercaba al rendimiento del Galaxy S6 con los mismos tests durante un período de tiempo similar. Todo cambió el día que el medio alemán Tweakers anunció que haciendo pruebas con GFXBench el HTC One M9 llegaba a calentarse hasta los 55º C, una cifra no sólo dañina para componentes internos como la batería, sino que podría producir quemaduras en la piel.

Primera prueba de Tweakers.
Primera prueba de Tweakers.

En este vídeo, la gente de Tomsguide demuestra que Tweakers no mentía:

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Tras ese análisis, desde HTC aseguraron que una actualización arreglaría el problema. Y sí, el problema del sobrecalentamiento se arregla, pero hay que tener en cuenta varias cosas.

Segunda prueba de Tweakers, tras la actualización.
Segunda prueba de Tweakers, tras la actualización.

Las unidades del MWC no se calentaban con uso intensivo en tareas comunes, como navegación web, y eso es algo que comprobó Javier Merchán durante los primeros días de la review, cuando aún no había recibido la famosa actualización. Realmente, lo que hizo HTC en el MWC fue "engañar" a la prensa con los benchmarks, como hasta el Note 4 hacía Samsung. ¿Cómo lo hicieron? Eliminaron o hicieron muy suave lo que conocemos como Thermal Throttling. Se trata de un limitador de potencia que se activa en la CPU o en la GPU del smartphone cuando se detecta un calentamiento excesivo. Lo que hizo HTC en el MWC fue eliminar el Thermal Throttling mientras se ejecutaban benchmarks, con lo que el HTC One M9 podría llegar a calentarse muchísimo, pero aun así no reducir el rendimiento en la práctica.

La solución y el sacrificio

¿Qué han hecho en la última actualización? Han introducido un thermal throttling mucho más severo, con lo que el dispositivo no alcanza los 55º C, y se queda en valores mucho más bajos, e incluso por debajo de otros terminales con procesador Snapdragon. Lo peor (y normal) es que por el camino se ha perdido bastante rendimiento, y las cifras se han alejado mucho de lo que obtiene el Galaxy S6, siendo ya similares al G Flex 2. Más allá de benchmarks, la limitación de rendimiento puede notarse cuando se juega durante períodos prolongados a juegos muy exigentes como Asphalt 8. Un buen SoC y una buena disipación harán que el juego corra igual de fluido el tiempo que haga falta. Uno que se limita, provocará caídas de rendimiento perceptibles en los cuadros por segundo.

Por ejemplificar, en el MWC obtuve en Geekbench una puntuación de 4025 en multicore y de 1160 en single core, que es el dato que más afecta a la mayoría de aplicaciones, por no aprovechar bien varios hilos. En pruebas de mi compañeros Javier Merchán con el software actualizado, el rendimiento ha caído hasta 3420 puntos en multi core y 866 en single core. Hablamos de un descenso del rendimiento de un 15% utilizando varios núcleos y un 25% utilizando un sólo núcleo, diferencias que pueden llegar a ser bastante apreciables en tareas como navegación web y no hacen al terminal mucho más rápido que otro con Snapdragon 805 e incluso 801.

Si nos vamos al caso de la GPU, vemos como tras varias pasadas con GFX Bench, podemos perder hasta un 41% de rendimiento. Quiere decir, por tanto, que podemos notarlo fácilmente en una sesión relativamente larga de juego.

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La conclusión a todo esto es simple. Nuestro HTC One M9 no se calentará en exceso, pero para lograrlo, HTC ha tenido que introducir limitadores térmicos que hacen que el dispositivo no llegue a rendir tanto como podría, ya que el el calor que produce es tan enorme que puede resultar no sólo incómodo, sino contraproducente para la piel y el teléfono en sí. El Thermal Throttling es algo normal en smartphones, pero no de manera tan severa como lo encontramos en el HTC One M9, los LG G3 y Flex 2, o históricamente, el Nexus 4.