The Hobbit: The Battle of the Five Armies es el cierre de la Tierra Media en el cine. Un cierre que, por mala fortuna o pereza, ha ido de menos a más y ha convertido la adaptación de la obra de Tolkien en una trilogía innecesaria con un latente abuso de metraje, clichés e innecesarios guiños a The Lord of the Rings. Resulta difícil reseñar la última entrega del The Hobbit cuando el tratamiento por parte del director de dividir el libro del Hobbit en tres cintas no te deja hacerlo como un todo sino como una sucesión de fragmentos. La moda de dividir en partes una historia puede que funcione en términos de taquilla, pero lo cierto es que para el espectador no aportada nada más que tiempo perdido para tener que esperar a conocer del desenlace.

The Hobbit: The Battle of the Five Armies es un ejemplo de esto último. Una historia que, pese a que ciertamente es entretenida, carece de una lógica narrativa y se comporta como una historia estanca que en la novela original si que tiene estructura, pero por estirarla para conseguir números en taquilla rompe con el propósito original que si que vimos en The Lord of the Rings.

THE HOBBIT: THE DESOLATION OF SMAUG

Imáginese el espectador que después de estar más de 5 horas frente a la pantalla con las dos entregas anteriores de The Hobbit, Peter Jackson haya cerrado los acontecimientos vistos en estas entregas en apenas 30 minutos iniciales de The Hobbit: The Battle of the Five Armies para luego continuar con la parte de la historia que tiene chicha. Smaug reducido a un pequeño bostezo en esta última entrega siendo el plato fuerte de las dos anteriores. Una broma de mal gusto que desde luego en el libro está representado de una forma magistral y aquí esta pensado como producto comercial en tres fascículos en vez de un producto cultural que busca la excelencia.

Empezar una última entrega con la parte más álgida de la anterior sin un contexto claro para luego seguir a la carrera con la parte que realmente puede dejar con la boca abierta al espectador. Y entremedias más de una hora de metraje de paja, diálogos descafeinados y falta de épica que si se encuentra en la obra original. Todo ello mezclado y agitado con elementos que no están en The Hobbit pero que el equipo de guionistas ha considerado necesarios para decirle al espectador que esta historia sucede en el mismo contexto que The Lord of the Rings, sin medida y sin disimulo. Es la única definición que se me ocurre para la última cinta de Jackson.

the_hobbit_the_battle_of_the_five_armies_2014-wide

La trilogía que no necesitaba serlo

The Hobbit: The Battle of the Five Armies es, en síntesis, el cóctel perfecto que ha convertido a la obra infantil de Tolkien en una suerte de película para adultos arrastrada al marketing por encima del espectáculo; una ficción de más de seis horas de duración en las que se pierden las ganas de ver el final. Tres entregas que han ido de más a menos con el aval de la crítica. Definitivamente, The Hobbit no era un cuento para tres épicas, y Peter Jackson lo ha terminado de demostrar con The Hobbit: The Battle of the Five Armies.

El principal problema que tiene la película es The Lord of the Rings. El nivel -también de menos a más- que alcanzón Jackson con la primera trilogía sobre la Tierra Media ha ido poco a poco desapareciendo en The Hobbit. El estilo épico de las primeras tres películas se ha cambiado, como decía más arriba, por un cuento para adultos que constantemente tiene, de forma inexplicable, guiños a The Lord of Rings, cuando se trata de una historia anterior en el tiempo y sin una relación con la épica de Aragorn más allá de los Bolsón.

THE HOBBIT: THE DESOLATION OF SMAUG

Además, el abuso del CGI casi contante en la cinta -en realidad en toda la trilogía-, si que le quita mucho del género épico y oscuro de TLoR. Entiendo que The Hobbit es una historia totalmente diferente, pero las partes en esta última película en las que se aborda, como historia encajada sin sentido, los gérmenes de TLoR, empañan sin duda una novela cuya adaptación hubiera sido perfecta si producción no se hubiese empeñado en hacer un trilogía sin sentido, abusando de clichés e intentando llevar una historia, que es lo que es, a la épica del anillo de poder, doblando la duración y convirtiendo la estancia frente a la misma en una división entre la acción y el aburrimiento a partes iguales.

Eso sí, por mucho que a la cinta le sobre metraje por los cuatro costados no quiere decir que no entretenga. Lo cierto es que Jackson ha conseguido que, pese a la falta de acción en la parte central de la cinta el espectador siga cautivado por la historia. En este sentido, se adivinan fácilmente dos clímax en la cinta, algo normal cuando esta empieza con la parte más interesante que dejó pendiente la anterior, lo que supone que en el centro se haga pesada, aunque entretenida.

Peter Jackson y el equipo de guionistas ha conseguido mantener la atención del espectador en estas partes más bajas a base de guiños a TLoR, pero lo cierto es que no eran para nada necesarios, y lo único que han conseguido es una trilogía cuya duración es mayor que sentarse a leer la obra original.

HBT2-db-320213.DNG

[SPOILER]: Ejemplo, la inclusión de elementos como la relación de amor, más acentuada en este entrega, entre Kili y el personaje inventado por Jackson y encajado con calzador de Tauriel, sobra totalmente, tanto que incluso parece que se añadido para dotar de más humanidad de la necesaria a la cinta, celos de Legolas aparte [/SPOILER].

Abuso de clichés y demasiado metraje empañan la despedida de la Tierra Media en el cineHay muchos ejemplos de abusos de clichés y de metraje metido a calzador, pero si dejamos esto de lado, el conjunto de la cinta es entretenido, y aunque se haga pesado, el espectador sale de la sala de cine con una buena sensación. Eso sí, olvidad el ritmo de las entregas anteriores, puesto que en esta cinta solo se recupera en tres momentos puntuales. Por ello, cuando la cinta pretende poner el foco en los personajes pasa una cosa muy curiosa: o bien empatizas muy bien con ellos y convierte el momento en un parte muy interesante, o los acabas odiando por entretenerte más de diez minutos en una conversación que no aporta nada a la trama y solo hace que rellenar minutos. Eso sí, no todo The Hobbit: The Battle of the Five Armies en malo. En absoluto. La interpretación de Martin Freeman, Ian McKellen y Richard Armitage, sobre todo la de este último, son magistrales, y fácilmente puede decirse que tapan muchos de los agujeros que tiene la cinta. En este sentido, destacaría la interpretación de Richard Armitage como Thorin sobre el resto, pues en las partes de la cinta que necesitan de un toque dramático mayor Armitage lo resuelve magistralmente, y un ejemplo increíble de ello es su conversación con Bilbo sobre la gema de la montaña.

THE HOBBIT: THE DESOLATION OF SMAUG

Excelente son también los detalles y la producción. Los escenarios, y la forma de mostrar la Tierra Media es muy buena, y recuerda al mejor Jackson de TLoR: la limpieza y pulcritud de la Comarca se mezclan con los aires montañosos y los colores de la montaña, haciendo que en la gran pantalla luzca genial. La estética de Jackson sigue siendo impresionante gracias a la cinematografía Andrew Lesnie, las escenas de la batalla son frenéticas y detalladas, y los nuevos lugares que aparecen en la cinta como Gundabad, ponen esto último de relieve. Poco más se puede decir de esta cinta, suerte de despedida.

YouTube video

Conclusión

The Hobbit: The Battle of the Five Armies es un cierre de la trilogía algo agridulce, en el que se echan de menos algunos de los puntos fuertes de TLoR -narrativa, continuidad...- y que si que están en la novela original. Peter Jackson ha descafeinado la historia para convertirla en un trilogía de películas cuando no era para nada necesario. En este camino, ha abusado de los clichés y además ha incorporado elementos de su parte que estaban totalmente ausentes en la novela, haciendo que The Hobbit sea más una forma de romper con lo visto en The Lord of the Rings que una despedida de la Tierra Media.

El potencial, tanto en espectadores como en fans de la saga, era suficiente para llevarla al mismo nivel que la trilogía anterior, pero se ha quedado a medias. Resolver en unos minutos la historia con Smaug para centrarse en el carácter de los personajes de cara al cierre no ha funcionado, y pese a que no es una mala cinta, esperábamos mucho más para despedir a la Tierra Media. Después de ocho horas entre las tres cintas casi te alegras que este paseo venido a menos por la Tierra Media haya terminado. Lástima.

Pros

  • Representación de la Tierra Media es sobresaliente.
  • Caracterización de algunos personajes es sublime.
  • Interpretación de Martin Freeman, Ian McKellen y Richard Armitage.
  • Banda sonora que acompaña y hace más amena las más de 2 horas.

Contras

  • Narrativa algo pobre.
  • Empezar un cierre con el climax de la entrega anterior.
  • Abuso de clichés y metraje innecesario.
  • Una trilogía que no era necesaria.
  • Guiños sin sentido a TLoR.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: