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Audio Lucistore (Flickr)

Esta semana han comenzado las clases en muchos institutos y universidades españolas. Con la famosa 'vuelta al cole', también regresan los temidos exámenes, trabajos y odiosa rutina diaria. Para muchos estudiantes, el comienzo del curso es mucho más que la cuesta de septiembre. Es estrés. Es cansancio. Y supone, por desgracia, el fin del verano.

Volver a clase significa, de nuevo, hincar los codos. Sin embargo, no siempre se tiene éxito en los estudios. Hasta el mismísimo Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1906, tuvo sus problemas cuando era todavía un tierno alumno en la escuela.

El Nobel Ramón y Cajal suspendió varias veces cuando era estudianteCuenta José Ramón Alonso en su blog que el neurocientífico aragonés tuvo serias dificultades en su época de estudiante. El que luego fuera considerado como uno de los investigadores más importantes del siglo XX, llegó a suspender varias asignaturas y a acumular aprobados por los pelos.

Cajal odiaba la educación que recibía. Calificaba el aprendizaje basado en la memorización "como un régimen de terror". Y parece que, un siglo después de sus vivencias, no hayan cambiado muchas cosas en las escuelas. Aprender listas y temarios de memoria parece ser el método preferido, aunque no siempre funcione. Por este motivo, queremos repasar algunos consejos científicos para mejorar vuestra vida y rendimiento como estudiantes.

Si duermes más, sacarás mejores notas

Sí, todos lo hemos hecho. "Estudia al día, sé constante, mantén tus hábitos". Pero llegan los exámenes, y lo más normal es que nos pille el toro. Tratamos de memorizar en unos días lo que no hemos hecho durante el curso. Esto incluye dormir menos (o no dormir), abusar de las bebidas energéticas y en los casos más extremos, poner alguna vela para ver si hay suerte.

Por desgracia, esta conducta nos llevará probablemente a obtener un rendimiento insuficiente en nuestras pruebas, y en algunos casos, como le sucedía al pobre Cajal, a suspender asignaturas. Un estudio realizado en 2012, y publicado en The Eastern Economic Journal, podría darnos una solución científica para sacar mejores notas.

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Jaren Wilkey/BYU

Como sabemos, las horas de sueño son fundamentales para cuidar nuestra salud. Dormir de más o de menos está relacionado con importantes problemas médicos, pues conlleva la aparición de graves enfermedades cardiovasculares. Pero el sueño también podría tener un efecto crucial en nuestro rendimiento académico.

Dormir siete horas permite mejorar el rendimiento académicoSegún la investigación de la Brigham Young University, los estudiantes con edades entre los dieciséis y los dieciocho años deben dormir siete horas para obtener las mejores notas posibles en sus exámenes. Tras analizar los datos de sueño y del rendimiento en la escuela de más de 1.700 alumnos, los científicos se dieron cuenta que a medida que pasaban los años, los estudiantes dormían menos horas (gráfica inferior izquierda).

A continuación, realizaron diversas pruebas académicas para comprobar cuál era el tiempo de sueño óptimo. En el caso de alumnos de entre 16 y 18 años, necesitaban dormir siete horas para mejorar sus resultados en los exámenes. Estas horas de sueño eran también mayores en estudiantes más pequeños, que necesitaban dormir un poco más para rendir mejor, como se observa en la gráfica de la derecha:

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Brigham Young University

El sueño es fundamental en procesos como la consolidación de la memoria, el aprendizaje y el crecimiento. Dormir bien es esencial, ya que la falta de horas de sueño conlleva problemas fisiológicos, conductuales y neurocognitivos que afectan directamente a nuestro cerebro.

Nuestro cerebro puede verse muy afectado por la falta de horas de sueño¿Pero cuál es la región mental más dañada por la carencia de sueño? Una investigación publicada en Sleep Medicine Reviews sugería que las redes neuronales de la corteza prefrontal podían quedar seriamente afectadas en el caso de que no durmiéramos lo suficiente. Su papel en las conocidas como funciones ejecutivas hace que podamos trabajar con objetivos determinados antes, realizar predicciones de resultados o juzgar lo que está bien de lo que no.

En otras palabras, si no dormimos nuestras capacidades mentales para estudiar, aprender y llevar a cabo nuestros proyectos con éxito se reducirán al mínimo. Ésta sería la razón por la que necesitamos un tiempo de sueño óptimo para alcanzar mejores rendimientos académicos, como concluía la primera investigación.

Olvídate de memorizar

Cuando era estudiante, tenía una profesora que decía que cuando más aprendía el alumnado era en el momento de hacer un examen. Por contradictorio que parezca, esta idea es coherente con las opiniones del científico Cajal, quien pensaba que no por mucho memorizar aprendemos más.

Sus teorías son la base de una investigación realizada en el año 2011, y publicada en la prestigiosa **revista Science*. Este trabajo comparó la efectividad de tres métodos de estudio muy comunes y conocidos por todos:

Memorizar y realizar repeticiones de los temas que debemos aprender * Dibujar diagramas y esquemas para conectar las ideas que tenemos que estudiar * Hacer evaluaciones y exámenes de lo aprendido

Para sorpresa de los investigadores, la tercera opción es la más eficaz a la hora de estudiar. A pesar de que la pura memorización es repetida una y otra vez por alumnos de medio mundo, y de que los diagramas son sistemas muy utilizados por el profesorado, lo cierto es que la realización de test de evaluación parece ser la metodología más adecuada, pues mejora hasta en un 50% la cantidad de contenidos aprendidos.

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Tulane Public Relations (Wikimedia)

Con el objetivo de determinar sus resultados, los científicos dividieron a los 200 alumnos universitarios en tres grupos diferentes, que debían usar uno de los tres métodos de estudio durante una semana. Después de siete días, los investigadores realizaron exámenes a los estudiantes para saber qué habían aprendido.

Como explicaba el científico Jeffrey Karpicke en una entrevista en The New York Times, "nuestro aprendizaje se fundamenta en recuperar la información que guardamos en el cerebro, es decir, se basa en reconstruir nuestro conocimiento". Sus conclusiones, sin duda, ofrecen pistas muy importantes sobre cómo estudiar para obtener mejores resultados.

¿Funcionan las bebidas energéticas y los complementos alimenticios?

Es posible que, en época de estrés y nervios, recurramos a cualquier cosa para no suspender. Una de esas soluciones rápidas se basa en comprar complementos alimenticios, que según su publicidad, "ayudan a nuestra memoria". Pues bien, la mayor parte de suplementos cuentan con fosfatidilserina o taurina como 'ingredientes estrella'.

Las bebidas energéticas son una auténtica bomba de relojería para tu organismo¿Para qué sirven? Según la **Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, los componentes de estos suplementos para la memoria no ayudan a mejorar nuestras capacidades cognitivas. En otras palabras, ni la fosfatidilserina ni la taurina sirven para mejorar nuestra habilidad memorística, a pesar de las grandes campañas de marketing de estos productos.

Y si estos suplementos no funcionan, ¿ayudan en algo las bebidas energéticas? Como explicaba José Manuel López Nicolás en su blog, lo único que lograremos al tomar este tipo de productos será consumir una auténtica bomba de cafeína y azúcar. Y es que estas bebidas, que consumen el 68% de los adolescentes en Europa, ya han sido relacionadas con el aumento del ritmo cardíaco, las palpitaciones, el incremento de la presión arterial y en situaciones más graves, con convulsiones y la muerte súbita de los pacientes.

En resumen, no existen remedios mágicos para estudiar. Tratar de ser lo más ordenados posible, dormir las horas suficientes, además de trabajar y repasar lo aprendido, son algunas de las claves que da la ciencia para el éxito de los estudiantes. ¿Lo demás? No son más que cuentos envueltos en grandes campañas de publicidad que no mejorarán tu rendimiento.

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