Durante los últimos dos días hemos estado muy atentos a las grandes novedades que anunció Microsoft durante la que es su mayor conferencia anual dirigida al software y el desarrollo de productos, la Build 2013. En ella, vimos hacerse oficial la primera gran actualización de su renovado sistema operativo, Windows 8.1 (que ya analizamos a fondo, además, presentaron grandes novedades para desarrolladores, sobre su propuesta de Cloud Computing y pare de contar. Sin embargo, la ausencia del que fuera uno de los más importantes productos del 2012 para la empresa, nos da mucho que pensar y analizar. El fracaso de Windows RT parece ser inminente, aunque Microsoft no lo reconozca. Y esto, es una buena noticia.

Para entender porqué puede ser algo bueno para el usuario, e incluso para los desarrolladores, el fracaso de Windows RT, tenemos que centrarnos en Windows 8.1, analizarlo, y compararlo con su anterior versión.

La principal idea de esta nueva actualización de Windows es la de unificar la experiencia de usuario entre el modo escritorio y la interfaz _Modern UI_. En Windows 8.1 lo importante no es el regreso de ese "Botón de Inicio" que tantos extrañaban (y que no se asemeja en nada a lo que era el botón de inicio en Windows 7), ni siquiera la renovación en la tienda de aplicaciones Windows Store (aunque ahora luce mucho más atractiva). Lo importante es como acercan ambas interfaces, invitando a utilizar ambas.

Si tienes un ordenador con Windows 8, te darás cuenta de que la interfaz "moderna" y el modo escritorio suponen dos experiencias totalmente distintas, tanto que en mi caso sentía que o usaba una, o usaba la otra, siempre prefiriendo el modo escritorio por la posibilidad de usar todas las aplicaciones que utilizo desde hace tanto tiempo, y dejando en el olvido a cualquier aplicación que en algún momento descargué desde la tienda de apps para Modern UI.

En el caso de Windows RT, esto es aún peor. En RT el modo escritorio es prácticamente inútil. Realmente nunca terminé de entender qué hacía en esta versión de la plataforma. ¿La razón? Que WinRT está hecho para dar vida a dispositivos con procesadores ARM (los mismos que usan las tabletas Android y el iPad) por lo que ninguna de las aplicaciones que usamos en nuestro ordenador desde hace tanto tiempo, funciona en una tablet RT. Esto limita muchísimo su uso, por lo que si al comprar una Surface RT esperabas contar con "la experiencia Windows", realmente no será así.

Un caso muy distinto es el de una tablet con Windows 8 Pro, que ofrece todas las bondades de la nueva interfaz moderna de Windows, pero además también permite utilizar las aplicaciones de escritorio que siempre hemos usado, por supuesto, mientras las especificaciones del dispositivo lo permitan.

El problema entonces lo encontramos con el precio de estos dispositivos. Por un lado nos encontramos tabletas RT con precios de 400 y 500 dólares o euros, que no son realmente útiles más allá de un uso casual, o nos encontramos con tabletas muy atractivas y útiles como es el caso de la Surface Pro (que incluso permite ejecutar juegos de esta generación), pero con un precio altísimo, de mínimo 900 dólares.

Surface Pro 6

No puedes esperar entonces competir con el iPad que tiene un precio promedio de 400 o 500 dólares y ofrece uso casual o profesional, con tabletas RT tan limitadas por el mismo precio, o tabletas profesionales con precios altísimos.

Y es aquí donde llegan Windows 8.1 e Intel para salvar el día, y ofrecer una propuesta muy atractiva.

Los procesadores Intel Atom permiten lograr algo a mi parecer espectacular, y que es el principal asesino de Windows RT: tabletas con Windows 8 Pro de bajo precio. Un dispositivo con costo inferior a los 400 dólares y la experiencia completa de Windows, es una propuesta increíblemente tentadora, y justo eso es lo que veremos nacer de ahora en adelante.

Ya ningún fabricante anuncia dispositivos con Windows RT. Acer fue el primero en anunciar una tablet de 8 pulgadas con Windows 8 (CPU Atom) y reconocer públicamente que WinRT sencillamente no es un buen negocio para su estrategia. Microsoft no mencionó ni siquiera esta versión en la Build 2013, y dudo notablemente que veamos nacer una "Surface RT 2".

El fin de Windows RT también es buena noticia para los desarrolladores

Windows 8.1 permite iniciar directamente en modo escritorio, y esto para muchos podría ser una mala noticia para la comunidad de desarrollo, dado que los usuarios podrían ignorar por completo a Modern UI y la Windows Store. En mi opinión, esto no es así.

Si Windows 8.1 unifica aún más las experiencias de escritorio y modern, esto invita aún más a usar las aplicaciones de la Windows Store, como ya mencioné anteriormente, lo que supone más atención a las creaciones de los desarrolladores, y aplaudo esta decisión de Microsoft.

Ya lo decía el bueno de Oscar Roig, nuestro compañero en Gizmología: "Windows 8.1 es lo que Windows 8 debió ser desde el principio", y no podría estar más de acuerdo.

En los próximos meses veremos nacer muchas más tabletas asequibles con Windows 8.1, más ordenadores portátiles con pantallas táctiles (algo que según Steve Ballmer, "debería ya ser un estándar") y de todas las marcas, que estoy seguro traerán muy buenos resultados en el mercado a Microsoft y mayor interés de esos usuarios que se niegan a actualizar a la nueva versión de Windows.

Personalmente, una tableta de unos 350 dólares donde incluso pueda ejecutar algunos juegos de Steam, se me hace una idea irresistible.