Para muchos, la decisión de Apple de implementar Lightning, el conector de ocho pines para el iPhone, parecía desconcertante. Si bien el puerto de 30 pines estaba a punto de cumplir una década de vida, lo cierto es que era una tecnología funcional y con un ecosistema de adaptadores y dispositivos creados en torno a dicho estándar. Con la llegada del iPhone 5, aparentemente Apple borraba de un plumazo toda esta compatibilidad -aunque después se desveló la existencia de varios adaptadores-. Sin embargo, la decisión de incorporar Lightning podría más de lo que aparenta a primera vista. Miremos con cuidado para entender las posibilidades de este conector.
Los rumores
En junio aparecieron los primeros rumores de que Apple cambiaría el conector de 30 pines. Se manejaron muchas opciones (8, 9, 13 y hasta 19 pines); pero la primera reacción fue de crítica por la incompatibilidad que tendría con un montón de aparatos: cargadores para automóvil, equipos de sonido, despertadores, por mencionar algunos. El iPhone habría creado toda una industria que dependía de su conector; un ecosistema tecnológico que enfrentaba una extinción por un cambio súbito.
Por supuesto, esto ha ocurrido cientos de veces, así que aunque parecía molesto para el comprador, había tiempo para reaccionar. Lo que provocó la reprobación pública fue la razón que daban los analistas para este cambio. En un inicio, se pensó que la modificación obedecía únicamente a un ahorro de espacio. En parte, esto es cierto: si observamos el interior del iPhone 5, notaremos que la reducción del puerto y la inclusión de la nano SIM (otro de los movimientos "polémicos") dejan mucho más espacio para otros componentes.
De hecho, el conector Lightning es bastante pequeño, prácticamente del mismo tamaño que el microUSB -ambos, de la dimensión de la punta de un lápiz-:
La compatibilidad
Hay que resaltar que, a pesar de que Apple hizo el cambio de una forma un tanto drástica, no dejó desamparado al mercado. A la par de la presentación del iPhone 5, sacó un par de adaptadores que aumentan la compatibilidad del teléfono con otros dispositivos. A la par, debido a las regulaciones de la Comisión Europea, Apple también sacó al mercado un adaptador de MicroUSB a Lightning.
Sin embargo, hay que hacer un apunte importante. Mientras que con el cable de 30 clavijas era sencillo comprar una imitación (mucho más barata y prácticamente igual de funcional), con Lightning no será tan sencillo. Apple ha querido limitar esta "fuga de ingresos" por accesorios añadiendo un chip de autenticación en el cable.
Este chip, responsable del elevado incremento del precio de la fabricación del conector, por increíble que parezca, hasta los 3,50 dólares, sería el encargado de autorizar la sincronización de archivos. Pero no todo queda ahí, ya que al encontrarse entre la toma de corriente del USB y el propio conector a enchufar en nuestro dispositivo, sería también lo que nos permitiría cargar nuestros aparatos.
Por supuesto, la inclusión de este chip eleva considerablemente el precio del cable. Aparentemente, Apple estaría apostando a un modelo de regalías con otros fabricantes, permitiéndoles usar el chip de autenticación sólo bajo pago previo y controlando ese mercado de competidores. Hábil desde una visión de negocio, poco agradable para el consumidor final.
Las posibilidades
Debo admitir que en el momento en que se lanzó Lightning, lo primero que pensé es que habría una versión (o una adaptador de compatibilidad) con un conector Thunderbolt. Para quienes no lo conozcan, se trata de un puerto que Apple ha implementado en sus ordenadores desde 2010, el cual funciona para hacer transferencia de datos de alta velocidad mediante tecnología óptica. La tasa de intercambio puede alcanzar hasta 10 Gb/s, algo muy tentador si lo consideramos como una posibilidad para cargar contenidos a dispositivos móviles desde la computadora. Además, admitámoslo: se ve venir el juego de palabras comercial entre ambos.
Hasta ahora, lo que se sabe es que Lightning aún no tiene soporte para Thunderbolt. Aunque la mayoría coincide en que este cable empleará velocidades de USB 2.0 (las mismas que el de puerto de 30 pines), un análisis más exhaustivo sugiere que esta primera versión pueda ser compatible con USB 3.0. Amén de sus ocho clavijas, al costado aparecen otras dos; se especula que éstas pueden funcionar como una puesta a tierra, lo que elevaría el conteo a nueve -las necesarias para que Lightning pueda usar USB 3.0-.
Esto abre otra posibilidad: Lightning podría ser una alternativa de Apple para transferencias de alta velocidad, con lo que el cable tendría otras aplicaciones -por ejemplo, hace falta conocer cómo serán los adaptadores para HDMI y VGA, algo que ya tenemos con la versión de 30 pines-. Lo que es cierto es que Lightning tiene las características para convertirse en un nuevo estándar, sobre todo porque se estima que su vida tecnológica oscilará entre los 5 y 10 años. Polémico o no, cuando menos podemos contar por ahora tres razones fuertes para justificar el cambio: la optimización de espacio en el iPhone 5 (y futuros dispositivos Apple), mayor control en el mercado de los accesorios para Apple y la posibilidad de transferencias de alta velocidad. Con sus pros y contras, parece que Lightning ha llegado para quedarse.