La temporada pasada la ABC triunfó con Once Upon a Time, personajes clásicos de la literatura infantil adaptados a los tiempos modernos y atrapados en una realidad, la nuestra, sin recordar sus auténticos orígenes. La cadena norteamericana, contenta con el resultado, va a intentar una jugada parecida con Tom Sawyer y Huckleberry Finn, dos personajes clásicos de la literatura estadounidense surgidos de la prodigiosa mente de Mark Twain. La serie, titulada Finn and Sawyer, ha iniciado su producción, eso no quiere decir que llegue a emitirse pero nunca se sabe.
La idea es que estos dos pilluelos se reencuentren cuando tenga veintipocos años y decidan, no sabemos el motivo, montar una agencia de detectives en Nueva Orleans. El elemento diferenciador de esta producción televisiva será la estética, ya que han optado por el steampunk.
Parece que la idea que tienen en mente para el tono general de la serie es similar al que Twain imprimió en las novelas Tom Sawyer Abroad (1894) y Tom Sawyer, Detective (1896); ojo que el prolífico autor escribió ambas obras con la intención de parodiar el género de aventuras y detectives, pero lo realmente importante es la sátira y el humor inteligente que destilan esas propuestas. ¿Serán capaces de mantener ese nivel de ironía intacto?
Los responsables de esta vuelta de tuerca a los personajes son Jason Richman y David Zabel, creadores de la tristemente cancelada Detroit 1-8-7, ambos se encargarán de escribir y producir la serie. Tendremos que esperar a ver si el piloto progresa para ubicar a Tom y Huck en un un ambiente retrofuturista pero lo cierto es que la idea resulta interesante y es fácil imaginarse a estos dos amigos en ese tipo de contexto.
Lo ideal sería que la relación entre Tom y Huck fuese un bromance épico similar al de Denny Crane y Alan Shore en Boston Legal; al de House y Wilson en House M.D; o al de Dean y Sam Winchester en Supernatural. Es de vital importancia que ambos personajes tenga carisma, deben crear una relación entre iguales sin olvidar las particularidades de cada uno de ellos y hacer que la dinámica entre ambos sea fluida, espontánea, natural y divertida. Con esa base bien cimentada, una buena estética steampunk en la bulliciosa ciudad de Nueva Orleans y unos casos semanales bien trabajados y guionizados podríamos estar ante una serie que levantase la cabeza por encima de la media.