El pasado 17 de enero, SpaceX logró repetir el hito de recuperar en el vuelo de vuelta su cohete Super Heavy gracias a los brazos robóticos de su torre de lanzamiento. Sin embargo, como parte negativa, la fase superior de la Starship explotó pocos minutos después del lanzamiento. La compañía de Elon Musk no lo vio como un fracaso completo. De hecho, el propio magnate estadounidense señaló en sus redes sociales que al menos habían tenido divertimento. Pero ese divertimento podría haberle salido claro a los aviones que se toparon con los escombros de Starship sin esperarlo.
Multitud de pilotos de vuelos en la zona de El Caribe alertaron a sus controladores que algo iba mal. Unos describieron lo que veían como luces rojas de origen desconocido. Otros como rachas de colores. Algunos intuyeron que podría ser cosa de SpaceX, pero no acertaron al completo, pues señalaron que podría tratarse de un lanzamiento de satélites Starlink. Fuese cual fuese su idea, la mayoría tuvieron que desviar su recorrido para no tener un accidente con la nube de escombros de Starship.
Sin embargo, hubo un vuelo de Iberia procedente de España que no pudo hacer ese desvío, ya que apenas le quedaba combustible. El piloto se vio obligado a volar entre los escombros de Starship tras declarar una situación de emergencia. Por suerte, el aterrizaje finalmente se produjo sin problemas y los pasajeros llegaron sanos y salvos a San Juan, la capital de Puerto Rico.
Una nube de escombros de Starship inesperada
La mayoría de pilotos que se encontraron con la nube de escombros de Starship no sabían que se había producido dicho lanzamiento en las inmediaciones. Concretamente en Boca Chica, Texas. No se debió pensar que podría haber un vuelo que perturbara su seguridad. Por eso, cuando vieron las luces y los fragmentos en el aire no supieron de qué se trataba.
La mayoría tuvieron que desviarse o cambiar su altura. Posteriormente, después de que los controladores de vuelo supiesen lo que había ocurrido con la nave de SpaceX, se cerró el espacio aéreo alrededor del incidente.
El piloto de Iberia, que volaba de Madrid a San Juan, acababa de señalar que llevaría a cabo el aterrizaje antes de tiempo por un problema de combustible. Había recibido el permiso de los controladores de vuelo, pero antes de que pudiese culminar la maniobra se le avisó del nuevo riesgo que suponían los escombros de Starship. Se le explicó que debería declarar un Mayday, ya que tendría que volar entre los restos y eso suponía un riesgo. Eso fue lo que hizo el piloto.
Podría haber más situaciones como esta
Afortunadamente, todo salió bien, tanto para este vuelo de Iberia como para el resto que se encontraron con los escombros de Starship. No obstante, este incidente pone sobre la mesa otros de los riesgos que supone la estrategia que planea llevar a cabo SpaceX.
El propio Elon Musk ha reconocido recientemente que su plan es poner a punto sus naves a base de muchos intentos. Lanzarán prototipos de la Starship una y otra vez hasta que todo sea perfecto. De hecho, mientras que en 2024 hicieron solo 4 lanzamientos de prueba, la compañía planea llevar a cabo 25 lanzamientos este 2025. Aún no han recibido luz verde. Sin embargo, dada la buena relación de Elon Musk con el presidente Donald Trump, es muy posible que lo consiga.
Eso supone más basura espacial, posibles escombros en el océano y, visto el último problema con los aviones en El Caribe, riesgos en el espacio aéreo. Vale la pena tenerlo en cuenta, porque esta vez ha salido bien, pero en otro momento podría haber incidentes que lamentar.