El 16 de mayo de 1960 es una fecha bastante especial para el mundo de la fotónica puesto que fue el día en el que se puso en marcha el primer láser (light amplification by stimulated emission of radiation), un desarrollo realizado por Theodore Maiman que abrió la puerta a las comunicaciones ópticas, dispositivos de soldadura o de corte mediante láser, nuevos procedimientos quirúrgicos o dispositivos topográficos de alta precisión. Los láseres son algo que está presente en muchos aspectos de nuestra vida y nuestra industria y parece que los científicos están dispuestos a que sea una pieza clave que pueda terminar con un fenómeno capaz de provocar una crisis económica y humanitaria: las sequías. Según parece, un equipo de científicos de Alemania y Suiza está trabajando en el uso de ráfagas de láser para provocar, de manera artificial, la lluvia.
Si bien aún andamos bastante lejos de crear máquinas capaces de controlar el clima, el equipo formado por miembros de la Universidad Libre de Berlín (Alemania) y la Universidad de Ginebra (Suiza) lleva ya un año trabajando en esta senda y alcanzaron un hito muy destacado el año pasado cuando fueron capaces de condensar agua al aplicar el haz de un láser en un ambiente de humedad. Aunque las microscópicas gotas de agua que generaron eran 100 veces más pequeñas que las gotas de lluvia, el experimento sirvió para demostrar que era posible transformar partículas en estado gaseoso a líquido de manera artificial.
¿Y cuál es la idea? El objetivo de esta investigación es, con el tiempo, ser capaces de "disparar" un haz de un láser de alta potencia con un barrido bastante grande (un pulso de unos 10 centímetros de diámetro) que sea capaz de inducir una condensación del agua presente en la atmósfera en estado gaseoso. Lógicamente, para poder llegar a esta meta, el equipo aún tiene mucho camino por recorrer puesto que la condensación del agua por inducción de un láser no es un proceso simple que afecte únicamente al agua presente en la atmósfera puesto que también genera ozono y óxidos de nitrógeno que podrían "contaminar" el agua resultante.
Provocar la lluvia requerirá primero que podamos generar partículas de agua que den como resultado gotas de agua del tamaño suficiente como para que pueda llover. [...] Es algo que dependerá de las condiciones atmosféricas, concretamente de la humedad relativa en la que se encuentren dichas partículas y, además, requerirá un gran control del proceso para generar una densidad de partículas suficiente para provocar lluvia y no generar una sequía aún mayor
¿Es posible controlar el clima? Si bien es una pregunta que parece haber estado siempre vinculada al mundo de la ciencia-ficción, parece que los láseres nos podrían acercar a este objetivo. Acabar con la sequía en ciertas zonas del planeta sería algo maravilloso.
Imagen: Wikipedia