En 2012, Netflix estrenó Lilyhammer, la primera serie original de la plataforma. Por entonces, ya el formato serial había alcanzado una considerable importancia. Pero el servicio de suscripción hizo algo más. Convirtió a su alcance mundial en una vitrina para mostrar la historia en cualquier multipantalla. También, con capítulos completos. Lo que le brindó no solo una nueva manera de comprender a la producción televisiva, sino que abrió un mundo de posibilidades para proyectos semejantes.
A doce años de distancia, la osadía de Netflix resulta sorprendente. La estrategia — hasta entonces inédita — de estrenar series completas, sorprendió. Luego afianzó el estilo de la plataforma y para 2015, se convirtió en un hábito de consumo que cambió el mundo del entretenimiento para siempre. Algo que provocó que Netflix redoblara sus esfuerzos por ofrecer contenido novedoso y cada vez más numeroso en su catálogo. Para comienzos de la segunda década de milenio, la producción de series de Netflix sobrepasaba cualquier previsión y se convirtió en un fenómeno en sí mismo.
Lo que ocasionó un problema al momento de escoger contenido de calidad. En especial, cuando Netflix no tiene reparos en llevar adelante proyectos cuestionables — pero populares — en detrimento de otros más sofisticados, pero dedicados a un público más limitado. Para ayudarte en medio de semejante panorama, te dejamos las cinco mejores y peores series de Netflix. De una querida producción que pronto estrenará su temporada final, hasta una historia caótica que el público odió e ignoró. La selección permite no solo explorar en lo más selecto del contenido del servicio de suscripción, sino también en su trayectoria. El punto de vista más interesante de esta colección.
Las cinco mejores series de Netflix
Stranger Things

Convertida en una producción de culto, Stranger Things es, sin duda, una de las series insignes de la plataforma de la N mayúscula. Pero además, también es una demostración de la capacidad de la ahora productora, para brindar un nuevo giro de tuerca a un tipo de argumento tradicional en la cultura pop. La historia de un grupo de amigos que deben luchar contra los misterios que oculta un pueblo pequeño, no es original.
Lo que sí lo es, es la manera en que los showrunners Matt y Ross Duffer, convierten a la trama en un estupendo ejercicio de nostalgia, aventura y ciencia ficción. A lo largo de cuatro temporadas, Stranger Things ha demostrado ser capaz de crecer no solo junto a sus personajes, sino también con su público. Un punto que la convirtió en un fenómeno que culminará con una esperadísima temporada final el año entrante.
Dark

Con tres temporadas y 25 episodios, la primera serie en idioma alemán de Netflix, es una deslumbrante combinación de ciencia ficción y drama. Todo, mezclado en un misterio cada vez más complejo y fatídico, que sus creadores Baran bo Odar y Jantje Friese convirtieron, además, en una reflexión sobre la vida, el amor y el futuro.
El resultado es un recorrido a través de la idea del tiempo como una sustancia mutable, capaz de ser manipulada y convertida en un vector de conocimiento. También, una dolorosa historia de amor que hizo llorar a sus fanáticos con su conmovedora conclusión. Brillante en sus giros imprevisibles y narrada con un sentido del detalle que todavía sorprende, es una de las joyas en el catálogo de Netflix.
Orange is the New Black

La serie, además de ser una de las mejores producciones de la plataforma, es, también, una de las más longevas. Con 7 temporadas y 91 episodios, esta adaptación del exitoso libro Orange Is the New Black: Crónica de mi año en una prisión federal de mujeres de Piper Kerman, es tanto un drama como una comedia oscura.
Eso, al mostrar la vida de su protagonista y su experiencia detrás de las rejas, a través de un cristal malévolo y satírico que sorprende por su habilidad. Paso a paso, Orange is the New Black, analiza sus personajes, situaciones y contexto, como un recorrido a través del mal contemporáneo y sus matices. Lo que la hizo una producción que cautivó tanto al público como a la crítica en su largo paso por la multipantalla.
Mindhunter

Convertida en objeto de culto luego de su discreta cancelación, la obra de David Fincher que explora en la creación del departamento de ciencias de la conducta en Quantico, tiene todo para ser un clásico. De un trío de protagonistas extraordinarios, encabezado por la estrella de Broadway Jonathan Groff, a una lenta y meticulosa historia sobre el horror de los asesinos en serie.
Mindhunter es una aproximación elegante a un tipo de historias inquietantes, que analiza desde todos los puntos de vista. Cuando el agente Holden Ford (Groff), comience a investigar a los peores criminales del siglo, encontrará que es imprescindible comprender la manera en como piensan. Lo que le llevaría a una travesía siniestra a través de la psiquis de los homicidas más perturbadores de la historia.
Making a Murderer

El que se considera el primer true crimen de la plataforma, es, también, uno de los mejores. Con dos temporadas y 20 episodios, esta producción explora acerca en casos especialmente complicados. Pero mucho más, en la forma en que la ley y el sistema penal estadounidenses pueden ser una trampa en las peores circunstancias.
Que es, precisamente, lo que le ocurrirá a Steven Avery, un hombre oriundo de Manitowoc, Wisconsin, que cumplió 18 años de prisión (1985–2003) por un crimen que no cometió. La primera temporada de la serie explora en su caso y en la forma en que, finalmente, alcanzó la libertad. Un punto que se profundiza en la segunda entrega. Una producción extraordinaria digna de un repaso en la actualidad.
Las cinco peores series de Netflix
Chelsea Does

Aunque la comediante y guionista Chelsea Handler es una de las más queridas y talentosas del espectáculo estadounidense, esta serie documental resultó un fracaso. La interminable conversación sobre temas álgidos, que lleva el mayor peso del argumento, tiene poco de comedia y mucho de una superioridad moral que resulta repelente casi de inmediato.
Lo peor de todo, es que Handler intenta llevar al terreno de la ética y la superioridad moral, discusiones sobre el amor contemporáneo, la política y los medios que necesitan un análisis más profundo. Algo que la serie no logra, sino que trivializa en una serie de apreciaciones circunstanciales y superficiales. De lo peor de la plataforma.
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28 días paranormales

La premisa parecía interesante: tres equipos de investigadores de lo paranormal, deben permanecer por 28 días en diferentes lugares. Todos, reconocidos puntos de actividad paranormal y sucesos inexplicables. ¿El objetivo? Probar de manera inequívoca la existencia de algún tipo de presencia invisible a través de contacto, herramientas o recursos tecnológicos.
Solo que en la práctica, la producción resultó una larga sucesión de escenas idénticas, con los supuestos expertos aterrorizándose por golpes de ventanas o puertas que se abrían. La falta de atmósfera, o nada especialmente significativo que registrar, condenó a los seis episodios al tedio absoluto. Y a la serie, a la lista negra de lo peor de la plataforma.
La reina Cleopatra

A esta serie de cuatro capítulos producida por Jada Pinkett Smith, le precedió el escándalo. Eso, al afirmar que la reina Cleopatra era una mujer negra. Eso, a pesar de las pruebas que confirman, o al menos, sugieren de manera sólida, que su aspecto coincidía con la rama macedónica de su familia. En otras palabras: piel aceitunada y facciones marcadas.
La hipótesis causó tanto revuelo, que incluso un abogado egipcio presentó una demanda, acusando a Netflix de “pretender distorsionar y borrar la identidad egipcia”. Pero con el estreno de la producción, quedó claro que no valía la pena la preocupación. Sin ninguna prueba científica válida, investigación convincente o cualquier otro recurso para afirmar la tesis, la premisa cayó en vacío. Mucho más, por su deficiente calidad y su aburrido punto de vista acerca de la historia. Para la historia de las malas producciones.
Siguiendo a Cameron

Cameron Dallas es una estrella de redes sociales que Netflix esperara, pudiera capitalizar el fenómeno a su alrededor en números de audiencia y éxito de crítica. Error: Siguiendo a Cameron parecía ser más una crónica acerca de la muy seria vida de su personaje central, que una forma de explorar su fórmula de comicidad.
Lo que llevó al programa a un estrepitoso fracaso del que todavía la imagen de Dallas trata de recuperarse. No hay un solo factor que ocasionó la debacle, aunque la falta completa de sentido de la diversión y frescura del programa, pudo ser la principal.
Descolocados

Ni la actuación de la espléndida Kathy Bates pudo evitar el desastre en este intento de comedia de situación que se derrumbó casi de inmediato. La combinación entre humor simplón y la mayoría de las veces patéticos, además de los peores guiones que se recuerden en la plataforma, convirtió el proyecto en un fiasco difícil de redimir.
¿Un dato curioso? A pesar de su fracaso, se transmitieron 20 capítulos debido a que Netflix ya había pagado por ellos antes que la producción comenzara a rodarse. Un error del cual la plataforma se arrepentiría después.