De todos es bien sabido que Stephen Hawking, una de las mentes más brillantes de este siglo, sufre una enfermedad motoneuronal relacionada con la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica) que ha ido mermando sus capacidades motoras hasta dejarlo paralizado completamente, lo cual le ha obligado a utilizar un ordenador y un generador de voz para comunicarse. En la actualidad, con 70 años de edad, el Profesor Hawking, como consecuencia de su enfermedad, comienza a tener dificultad para comunicarse con el sintetizador de voz así que para intentar darle una solución, dado que su actividad cerebral permanece intacta, un equipo de la Universidad de Stanford se ha propuesto trabajar en un dispostivo con el que se pueda interpretar la actividad cerebral de Hawking para hacer "hablar a un computador".
La idea corre a cargo del Profesor Philip Low que, en la Universidad de Stanford, desarrolló un dispositivo denominado iBrain que era capaz de medir e interpretar la actividad eléctrica del cerebro y con el que quieren ser capaces de "puentear" las limitaciones del cuerpo de Hawking y "acceder directamente a su cerebro". Con esa idea de "hackear" el cerebro de Stephen Hawking, el equipo del Profesor Law está trabajando con el propio Hawking para mostrar sus avances durante una conferencia que tendrá lugar el próximo mes de julio en Cambridge.
En un avance realizado por el Low y el propio Hawking, ambos científicos comentaron que el equipo ha estado trabajando en el reconocimiento de patrones dentro de las ondas cerebrales y, en ellos, se pueden identificar patrones fijos cuando alguien imagina que está moviendo sus manos o sus brazos. Por tanto, conforme esta tecnología avance, podría ser viable reconocer patrones mucho más complejos y, quizás, convertir la actividad cerebral en palabras reproducidas por un sintetizador digital.
Esto es algo muy emocionante porque nos permite abrir una ventana hacia el cerebro. Estamos construyendo una tecnología que podría permitir a la humanidad tener acceso por primera vez al cerebro. [...] Los patrones nos abren la posibilidad de enlazar ciertos movimientos a una biblioteca de palabras y convertirlas en habla, dotando así a las personas que sufren de alguna enfermedad motora de herramientas de comunicación que dependen más de su cerebro que de su cuerpo
El proyecto, francamente, es excitante y además de abrir una puerta a la esperanza y servir de motor de integración, e independencia, de personas que sufren de alguna enfermedad motoneuronal, también puede contribuir a estudiar los desórdenes del sueño, la depresión o el autismo.
Este es el primer paso hacia los tratamientos personalizados
Imagen: NASA