A finales de año se implantará en Estados Unidos un método similar al utilizado en Francia con la conocida Hadopi. Los proveedores comenzarán a advertir y sancionar a los infractores del copyright a través de seis llamadas o toques de atención (Six Strikes). Lo que no se sabía hasta ahora es que la MPAA y la RIAA habían llegado a un acuerdo en el que también se incluye el derecho a pedir los datos personales de los usuarios reincidentes para emprender acciones legales.

Six Strikes se implantará los últimos meses de este 2012 en Estados Unidos. El CCI (Center for Copyright Information) comenzará entonces a rastrear a los "piratas" como parte del acuerdo entre los principales proveedores de Internet en Estados Unidos, una fórmula promovida por la MPAA y la RIAA en su lucha contra la infracción de los derechos de autor en BitTorrent.

El discurso oficial hablaba de unas partes que habían acordado un sistema mediante el cual los infractores de derechos de autor eran advertidos de su comportamiento. Seis llamadas "al orden" o advertencias por parte de la ISP contratada tras las cuales se podrían tomar una serie de medidas que incluían la ralentización temporal de la conexión o desconexiones temporales.

La aprobación de este sistema hablaba en los mismos términos que Hadopi, es decir, un sistema configurado para educar más que para perseguir, donde la privacidad de los suscriptores sería reservada.

Según cuentan desde TorrentFreak, el acuerdo final al que se ha llegado confirmaba que los ISP podrían compartir los informes del progreso en el sistema. Unos informes que incluían estadísticas, el número general de advertencias que se envían o el número de "piratas" que hay en el servicio. Todo normal hasta que llegamos a un extracto del acuerdo donde se indica que:

Los representantes de contenidos, la MPA o RIAA, o cualquier otro miembro del conjunto de propietarios de contenidos, pueden utilizar los informes o datos como base para la búsqueda de la identidad del suscriptor y posterior citación u orden de procesamiento legal. Las partes acuerdan que los representantes de los propietarios de contenidos pueden compartir estos informes con los demás miembros de grupos de propietarios.

Dicho de otra forma, la MPAA y la RIAA, así como todos los miembros o grupos de derechos de autor, pueden utilizar los informes para tomar sus propias acciones contra los usuarios de BitTorrent advertidos.

Es decir, que del slogan de la educación, se pasa a la posibilidad de que un usuario no sólo vea como se le ralentiza o desconecta su servicio, sino que también podrá verse arrastrado a los tribunales por la MPAA o la RIAA.

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