Unos de los aspectos más controvertidos que existe en la relación entre los operadores, el sector de los contenidos y el usuario final es el de la Neutralidad de la Red. Hace poco, cuando hablamos de Etiopía y la prohibición del uso de servicios de VoIP (para no penalizar el monopolio gubernamental en el ámbito de las telecomunicaciones), comentábamos que una red era neutral cuando en ésta no se aplicaban restricciones vinculadas al contenido de los datos ni se aplicaban penalizaciones en determinados servicios para favorecer a otros; un modelo de red que siempre ha estado a debate y que desde la Instituciones Europeas se ha apoyado. El apoyo desde la Comisión Europea implica que los Estados miembros deben transponer las directivas que se dicten y recogerlas dentro de su legislación de igual forma que se transponen las directrices marcadas en la Agenda Digital Europea. En el caso de España, se creó un comité asesor de expertos con la idea de definir la Agenda Digital de España y, según ha recogido BandaAncha.eu, el memorándum de recomendaciones no parece muy respetuoso con respecto a la Neutralidad de la Red.
Por entrar un poco en situación, el 22 de marzo de este año, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo (que es el competente en materia de Telecomunicaciones en España), convocó un comité de Expertos de Alto Nivel con la idea de que emitieran un informe de recomendaciones que sirviera de base para definir los aspectos clave que se debían abordar en la estrategia de la Agenda Digital Española (con horizonte al año 2015). Este comité, formado por 14 miembros, contaba entre sus filas con miembros de la patronal del sector tecnológico, representante de los profesionales del sector (Decano del Colegio de Ingenieros de Telecomunicación, por ejemplo), representantes de operadores (Telefónica y Vodafone), fabricantes y empresas de servicios (IBM o Ericsson) y, por llamativo que pueda parecer, solamente un representante del área de contenidos (Google).
El comité ha elaborado un documento de recomendaciones bastante interesante en el que se plantean 6 ejes de actuación para transformar el modelo económico digital de España, sin embargo, tras leer el primero de los ejes (el relativo al despliegue de redes), reconozco que me queda un sabor algo agridulce y me hace temer por la Neutralidad de la Red. Para empezar, en esta línea vinculada al despliegue de redes, el comité hace énfasis en el que el modelo regulatorio de España es un freno para la inversión puesto que los principales beneficios de toda la cadena de valor (operadores, fabricantes de equipos, proveedores de contenidos, etc) recaen principalmente en los proveedores de contenidos y en los fabricantes de terminales de usuario (ordenadores, tabletas, smartphones, etc) que, a los ojos de los firmantes del informe, son los que menos invierten dentro de este modelo.
Con esta visión inicial, el documento propone un nuevo modelo regulatorio en el que tanto los players como los carriers se acerquen mucho más (a pesar de estar en posiciones enfrentadas) y, con esa idea, se fijan dos objetivos de partida
-Contribuir a la recuperación económica mediante la prestación de servicios económicos, lo que requiere optimizar la inversión para ofrecer el servicio más barato proporcionando una mayor cobertura. -Disponer de redes de calidad que permitan la diferenciación, la innovación en servicios y la competencia, lo que requerirá el incremento de la inversión
¿Y cómo conjugar ambos factores llegando a un punto de equilibrio? Precisamente aquí es donde se usa como ejemplo el tráfico P2P y se pone de manifiesto que es posible llegar a acuerdos entre players y carriers sin necesidad de que intervengan los poderes públicos, es decir, dar pie a una auto-regulación del sector entre proveedores de contenidos y operadores donde ambas partes salgan ganando (acuerdos económicos entre ambas partes para el transporte de sus servicios) y se puedan establecer modelos con diferentes prestaciones de servicio (incluyendo servicios económicos donde podría caber una peor calidad de servicio) o donde los operadores puedan actuar como proveedores de contenidos y viceversa.
Si a este modelo le sumamos la petición de reducción de gravámenes (financiación de RTVE, tasas del espectro, etc) o la imposición de un canon digital (del que no desarrollan nada su contenido), el panorama no parece muy alentador y el modelo de prestación de servicios que se avala parece orientado al entendimiento entre carriers y players, es decir, al famoso pago del peaje que tanto han demandado las operadores y que siempre ha dado pie al escenario del Internet de "varias calidades de servicio". Aún así, este paisaje algo gris parece que deja abierta la puerta a la esperanza porque se marcan algunas pautas interesantes orientadas hacia la neutralidad tecnológica (no diferenciar entre voz normal y VoIP, por ejemplo sino verlo como un servicio de voz simplemente) y que, en el caso de la diferenciación de prestaciones de servicio en las conexiones, deberá tenderse hacia los principios de transparencia, proporcionalidad y no discriminación.
En cualquier caso, este documento de recomendaciones no deja de ser un informe de carácter consultivo y, por tanto, no debe tomarse como algo vinculante. No obstante, es bastante significativo el modelo que se vislumbra, sobre todo, el de la no intervención en el problema entre operadores y empresas de contenidos que siempre ha marcado la disputa en el marco de la Neutralidad de la Red.
La auto-regulación, bajo mi punto de vista, no es el mejor mecanismo para conseguir que las redes sean neutrales porque, para que haya acuerdo, al final ambas partes tendrán que ceder y el usuario final es el que se verá perjudicado. Está claro que tanto operadores como proveedores de contenidos están condenados a entenderse pero creo que es necesario el arbitraje del Estado para que así se puedan cumplir las garantías de Neutralidad que la propia Unión Europea apoya.
Imagen (CC): Flickr Fräulein Schiller