El primer Zune salió a fines del 2006 que, para el que no lo recuerda, fue aproximadamente unos cinco años después del lanzamiento del primer iPod que llegó para cambiar la industria de la música (al menos a nivel hardware) y uno después del primer iPhone, que llegó para cambiar la industria de los teléfonos inteligentes. Robbie Bach, que forma parte de Microsoft y por aquella época estaba encargado de manejar la división de Zune, aseguró que no lo lanzaría si volviera el tiempo atrás.
El mercado de la música portátil ya pasó y ya había comenzado a terminar cuando nosotros empezamos. No fuimos lo suficientemente valientes.
De esta manera, aceptó en una conferencia que dio en un evento de emprendedores en Seattle, que el único motivo por el cual desarrollaron el Zune fue para poder pelear con Apple. Pero la única culpa, al menos según Bach, no fue de Microsoft. ¿Qué pasó además? El problema, además, fue que toda la industria de la música se apoyó sobre Apple y pasó a depender de la empresa de la manzana.
La industria de la música no lo entiende. Se enganchó con la droga que provee Apple.
Más allá que la industria de la música está liderada por gente que no entiende absolutamente nada de tecnología y encontró en Apple un claro donde podían descansar y aceptar sus términos y condiciones, Microsoft sin lugar a dudas se equivocó con el lanzamiento del Zune. Muchos lo venimos diciendo hace rato y, ahora, la cabeza del proyecto en ese momento se unió.
El problema fue que no tiene ningún tipo de sentido crear dispositivos con el fin de crearlos. Más para una empresa tan grande como Microsoft. Si una compañía china crea un clon del iPod para venderlo muchísimo más barato y así lograr algunas ganancias, está bien, logro entender qué es lo que pretenden, pero si eres Microsoft, tienes que innovar, presentarle a tus usuarios algo que no tengan y, de esa manera, sí, lograr posicionarte y ganar una cuota de mercado. Eso es lo que hizo Apple no solo con el iPod sino también con el iPhone y, en menor medida, con el lanzamiento de las MacBook Air que dio lugar a la creación de las nuevas ultrabooks. Al menos algunos, como Bach, logran ver qué es lo que salió mal. Quizás los directivos también logren verlo y aprendan de las malas experiencias.