Un equipo de investigadores de Irlanda y Reino Unido ha alertado sobre el peligro de que los niños menores de 8 años consuman esos famosos granizados de colores que se suelen vender tanto en la calle como en cafeterías. Estos, a menudo, contienen glicerol, un aditivo que sirve tanto para endulzar como para evitar que el agua se congele por completo, de ahí que sean tan útiles en estas bebidas. Hay ciertas lagunas al respecto de cuál es la cantidad máxima de glicerol que se debería consumir. Por eso, muchos niños consumen una cantidad posiblemente demasiado elevada y, como consecuencia, experimentan síntomas preocupantes.

En el estudio que acaban de publicar estos científicos relatan los casos de 21 niños con edades comprendidas entre los 2 y los 7 años. Todos ellos acudieron a las urgencias de centros sanitarios ingleses o irlandeses entre 2018 y 2024. Generalmente el síntoma principal era la pérdida de conciencia después de consumir granizados de colores. En todos ellos las analíticas mostraban niveles muy bajos de azúcar y altos de acidez. Además, uno de ellos llegó a experimentar convulsiones.

Todo esto se debe a los efectos del glicerol, que pueden afectar distintos sistemas del organismo, desde el digestivo hasta el nervioso. Ninguno de los niños que participaron en el estudio murió o tuvo secuelas graves. Todos se recuperaron. No obstante, la situación es suficientemente grave como para desaconsejar que los niños beban granizados de colores endulzados con glicerol.

No todos los granizados de colores llevan glicerol

La receta clásica de granizado se prepara con azúcar de mesa normal. Es decir, con sacarosa. Por ejemplo, el típico granizado de limón que se consume en las heladerías españolas suele hacerse con azúcar.

Sin embargo, los famosos granizados de colores, preparados normalmente al añadir unos polvitos al agua, sí que suelen llevar glicerol. Esto se debe a dos motivos. Por un lado, a que el glicerol aporta un fuerte sabor dulce, con muy pocas calorías. Lo que se busca con estas bebidas es el máximo dulzor, casi como si nos estuviésemos bebiendo un algodón de azúcar. Por otro lado, el glicerol suele usarse en estos granizados de colores porque tiene la capacidad de actuar como anticongelante. Así, el agua se mantiene en ese estado de semicongelación, sin llegar a congelarse del todo. Aparentemente son todo ventajas, pero hay que tener cuidado.

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El glicerol actúa como anticongelante. Crédito: Eryk Piotr (Unsplash)

Efectos secundarios más y menos conocidos

Desde que empezó a usarse como aditivo alimentario (E-422), el mayor efecto secundario conocido del glicerol era la diarrea. Esto es lógico; pues, además de su papel endulzante y anticongelante, actúa como humectante. Atrae el agua hacia donde se encuentre. Esto, en los intestinos, puede provocar diarrea. De hecho, a veces se pauta a personas con estreñimiento.

Con los años se ha visto que el glicerol también puede causar síntomas a nivel neurológico, desde dolores de cabeza hasta confusión y mareo. Inicialmente, la mayoría de países no habían establecido una dosis máxima ni ningún tipo de recomendación sobre su consumo. De hecho, la Comunidad Europea lo autorizó como aditivo alimentario quantum satis en bebidas aromatizadas, como los granizados de colores. Ese término indica que se autorizó sin ningún nivel numérico máximo, aunque, lógicamente, se deben seguir siempre unas buenas prácticas de fabricación.

Con el tiempo, los casos de niños con síntomas neurológicos tras tomar granizados de colores han aumentado muchísimo, sobre todo en Reino Unido e Irlanda. Por eso, las regulaciones y recomendaciones están empezando a cambiar.

Para empezar, en 2023 la Agencia de Normas Alimentarias de Reino Unido desaconsejó el consumo de bebidas endulzadas con glicerol a menores de 4 años. La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), también ha declarado la necesidad de reevaluar este aditivo y, mientras tanto, desaconseja su consumo en niños pequeños.

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Los niños son especialmente vulnerables. Crédito: Freepik

Además, muchos científicos se han unido a la investigación para encontrar los motivos de esta sintomatología. Precisamente, los que han publicado este estudio reciente han aportado muchos datos interesantes. El hecho de que la sangre de los niños afectados tuviese bajos niveles de azúcar y muy elevados de acidez nos da algunas pistas. Es bien sabido que la acidosis puede afectar al envío de señales entre neuronas. En casos de acidosis por enfermedades metabólicas, como la diabetes, esto puede ser muy grave si no se controla. Con el caso del glicerol normalmente basta con dejar de consumirlo.

¿Por qué tanto glicerol en los granizados de colores?

Estos científicos ponen sobre la mesa el hecho de que los casos de niños afectados por el glicerol ha aumentado muchísimo en los últimos años y señalan su hipótesis sobre las causas. Según ellos, se debe a las fuertes restricciones que se han hecho en los últimos años sobre el consumo de azúcar. Reino Unido es uno de los países con una normativa más dura al respecto. La industria alimentaria busca alternativas y puede haber encontrado un filón con el glicerol. Pero es un filón que puede salir caro.

Ese es el problema de demonizar ingredientes y dar por hecho que todas sus alternativas son mejores. Posiblemente, para un niño sea mucho más sano tomar puntualmente un granizado con azúcar que beberse tranquilamente uno con glicerol pensando que será mejor. Ahora que lo sabemos, antes de comprar un granizado a un niño, intenta averiguar con qué ingredientes se ha endulzado.