Durante los últimos años, Apple ha llevado a Samsung ante los tribunales de 10 países, acusándole de plagio en sus diseños, tanto de hardware como de software. Samsung, valiéndose de los numerosos entresijos de la justicia, sólo se ha defendido presentando recursos de forma y contrademandas que de poco han valido, costándole prohibiciones de ventas y un sobrecoste por la extensión del proceso; por ello una corte estadounidense ha llamado a las directivas de Apple y Samsung para acordar una solución supervisada y poner fin a la amarga disputa, que al final sólo perjudica a los usuarios.
Si bien la iniciativa de la reunión no es por parte de ninguna de las empresas, las dos se han mostrado dispuestas a sentarse en la misma mesa, ya que, de haberse negado los jueces podrían considerar que las empresas estarían en actitud poco cooperativa con la justicia. Aún así, la disputa entre los gigantes de la tecnología no está ni cerca de acabar, dadas las palabras de Cook en abril, que intentan sacar de la mesa un acuerdo económico entre las dos compañías.
Es importante que Apple no termine siendo el creador de novedades tecnológicas para todo el mundo.
Una relación complicada
Es curioso como en el mundo empresarial los intereses pueden guiar los comportamientos de las empresas en formas casi paradójicas. Mientras que los dispositivos de Samsung compiten de forma directa con el iPhone, los componentes digitales de Samsung son una pieza clave para Apple, aunque últimamente haya rumores de la rotura de esta relación.
Personalmente, si Cook sigue la estela persecutora de Jobs, veo muy improbable que algo productivo salga de estas jornadas, a menos que Samsung se doblegue ante Apple.
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