Dos psicólogos, Gary Marcus y Geoffrey Miller debaten sobre el origen de la música sosteniendo posturas opuestas. Uno argumenta que no hay genes musicales, que la música es un producto cultural como muchos otros. Otro sostiene que la música es producto de la evolución con el objetivo de encontrar pareja reproductiva.
Puesto que ni la capacidad de disfrutar ni la de producir notas musicales tienen la menor utilidad para el hombre en sus hábitos cotidianos, hay que clarificarlas entre las facultades más misteriosas de las que está dotado. Charles Darwin
La música como cultura
La música es un producto cultural universal. Los instrumentos musicales más antiguos tienen más de 35.000 años. Los niños la aprenden sin dificultad. Aunque las distintas músicas suenen muy diversas, en realidad contienen muchos elementos comunes. Todas las las culturas cantan, tocan tambores y bailan y hay muchos conceptos iguales como el ritmo, el baile, el tono musical, las escalas, la repetición de estructuras y los cambios de timbre para expresar emociones.
¿Es tan generalizada la música como para decir que es universal? ¿Y si es universal, está en nuestros genes?
En realidad, 35.000 años es un suspiro en la historia evolutiva humana. Aunque se trata de más de 1.000 generaciones, solo supone un 0,1% del tiempo que los mamíferos llevan sobre la tierra. Todo el mundo aprende a hablar pero no todo el mundo aprende a cantar. Algunos no son capaces de reproducir las canciones más comunes y muy pocos aprenden instrumentos. La música es muy común, pero no tan universal como el lenguaje.
Hemos nacido para escuchar el lenguaje y los sonidos musicales suenan parecidos al lenguaje. Los bebés prefieren el lenguaje y le prestan mas atención que a la música. Los músicos son grandes ingenieros que construyen cosas que la gente quiere, con cerebros que evolucionaron antes de que la tecnología existiera. Hay grandes áreas del cerebro que se activan con la música, pero no están dedicadas a ella. La música, la lectura o los videojuegos usan regiones que ya tenían otras funciones.
Los genes de la música
En otro lugar, Darwin dijo:
Existen pocas dudas de que el orador apasionado, el bardo o el músico, cuando con sus variados tonos y cadencias excita las más intensas emociones de sus oyentes, usa los mismos mecanismos por los cuales sus antecesores medio humanos levantaban en el otro ardientes pasiones durante el cortejo y la rivalidad.
Los beneficios reproductivos son claros. Los músicos atraen más a las parejas sexuales que los no músicos. También se ve en otras especies: canciones de los insectos, ranas, pájaros, ballenas y gibones. Aunque en general solo cantan los machos, en la especie humana los dos sexos cantan. Ambos son exigentes para buscar una relación duradera que es la que da más hijos. Ambos usan arte, bromas, música o virtudes morales. En algunas otras especies, pocas, los dos sexos cantan como algunos pájaros y gibones.
Dado que somos los únicos grandes simios con aptitudes para el ritmo y la melodía, es probable que sea una adquisición reciente y no haya áreas cerebrales dedicadas a la música. Las áreas musicales en los humanos se superponen con otras habilidades. Como involucran muchas regiones, se entiende que alguien dotado para la música tiene un cerebro en general bien estructurado y merece la pena para su pareja sexual. Además, el contenido de las canciones versa en general sobre amor, algo que parece indicar que es la atracción sexual y el romanticismo una de sus bases, algo que no se ve tanto en otras creaciones culturales.
Pero, ¿se han encontrado genes musicales?
No hay muchas investigaciones sobre genes y música. Como una habilidad general, no se puede encontrar un gen específico que explique la música sino miles de genes. Los que se han encontrado, están también relacionados con otras habilidades humanas no musicales.
Puede haber dos tipos de genes. Unos relacionados con el talento musical. Dado que hay más de medio millón de bases de ADN relacionas con la inteligencia general, un número grande debe estar relacionado con el talento musical.
Los genes relacionados con la la capacidad humana no presente en otras especies deben de ser muy pocos. Si descubrimos que existen en el hombre y en el Neanderthal, sabremos que los genes musicales han aparecido en los últimos 200.000 años, cuando nuestras especies se separaron.
El apasionado debate está lejos de concluir y muestra un hecho sorprendente: la música es omnipresente en nuestro mundo pero apenas ha sido estudiada biológicamente.
¿Y tú, qué opinas? Es la música un producto cultural como otros o nacemos predispuestos a la música.