Si los teléfonos móviles van a "sustituir" a las cámaras compactas digitales en el futuro, ese camino lo están pavimentando compañías como Omnivision, con sus impresionantes productos. La tecnología, cada día más avanzada, está permitiendo que smartphones y tablets — y por extensión, las webcams de los ordenadores portátiles — alcancen cifras antes impensables, con mayor densidad de pixels y mejor captación de luz, y es por ahí por donde ataca Omnivision. La compañía presentaba hoy un nuevo sensor CMOS de alta definición para dispositivos móviles fabricado con su tecnología BSI de iluminación trasera y pixels de 1.4 micrones, dentro de un cuerpo de apenas 2 milímetros y medio de grosor.
Este tipo de sensores no se suele utilizar para las cámaras principales de smartphones o tablets, sino para sus habitualmente olvidadas cámaras frontales, que suelen adolecer de una pésima calidad debido a su microscópico tamaño, que no permite captar la luz sucificiente para tomar video o instantáneas con el mayor detalle, y suelen producir una gran cantidad de ruido cuando las condiciones de iluminación no son óptimas. El nuevo OVM9724 es capaz de comportarse de un modo excepcional incluso en esas ocasiones, capturando vídeo a su máxima resolución (720p) a 30 fotogramas por segundo, doblando hasta 60 si se reduce la resolución a VGA (640x480) La mayor resolución disponible para las instantáneas es de un escaso megapixel, algo que sin duda podremos perdonar si tenemos en cuenta el tamaño del sensor, y que su tecnología de retroiluminación le permitirá producir imágenes de gran calidad en condiciones de luz baja. Omnivision planea dos versiones de este sensor, uno de ellos especialmente diseñado para ordenadores ultraportátiles y tablets.
Este nuevo sensor CMOS comenzará a distribuirse en muestras para los principales socios comerciales de Omnivision al mismo tiempo que se comienza su producción en masa, en el segundo trimestre del año, lo que significa que los dispositivos móviles con cámaras de este tipo podrían estar disponibles tras el verano. ¿Estarán llegando a su fin los tiempos de las videollamadas imposibles?