Vivimos en un mundo frágil y algún día recordaremos lo afortunados que fuimos. Solamente basta con mirar ahora y pensar en ello detenidamente unos segundos...

Bajo esta simple premisa, Edouard Jansses, fotógrafo belga, comenzó a idear el proyecto hace unas semanas. Acompañado de su hijo Emile ideó la manera de reflejar la belleza de nuestro planeta y que el pequeño la entendiera, de fotografiar la Tierra desde la distancia, a 33 kilómetros, en la estratosfera. Aunque el proyecto final no es ni mucho menos pionero, el resultado es probablemente de las imágenes más bellas y evocadoras que se recuerden construyendo su propio globo-lanzadera casero.

Project Stratos-Sphere es el resultado de un mes de trabajo que acabará siendo una exposición. Cuenta Jansses con humor que antes de embarcarse el mes pasado en la tarea de fotografiar la curvatura de la Tierra desde la inmensidad del espacio, barajó hasta cuatro opciones. A mediados de julio había decidido mostrarle a Emile lo que el sabía. Ninguno le era válido. Ya sea por presupuesto o miedo descartó:

  • Tomar asiento en un transbordador espacial.
  • Tomar asiento en la Soyuz.
  • Reservar un asiento en la Virgin Galactic del señor Branson.
  • Inscribirse en el equipo de la Red Bulll Stratos.

Finalmente encontró la manera más económica con la que podría finalizar con éxito el proyecto. Con 750 dólares (a 250 dólares cada lanzamiento) el hombre mandó a pedir a la compañía japonesa Totex 3 globos meteorológicos de látex que llenó de helio. Luego se hizo con una cápsula de ThermoHauser en la que irían:

  • Una cámara Sony NEX-5 para la fotografía.
  • Una cámara GoPro HD para el vídeo.
  • Dos GPS y un iPhone 4 que harían de posicionamiento.

El resultado, espectacular, son una serie de clips que nos llevan desde el lanzamiento del globo en la Tierra hasta las estratosfera pasando por el asombroso encuentro casual con un avión comercial a mitad del viaje.

Alrededor de 90 minutos de vuelo le tomó al globo llegar hasta el punto donde se ve la curvatura de la Tierra (la estratosfera está a 33 km) a una velocidad media de 20 km/h. El globo permaneció en la estratosfera casi dos horas hasta que explotó e inició el descenso con la ayuda de un paracaídas que frenó la caída. Este es parte del material final que podéis encontrar desde la web que ha creado el fotógrafo. Llegó a tomar dos fotos cada cuatro segundos y unas imágenes que su hijo jamás olvidará...

Foto: Edouard Janssens