Mi generación estuvo marcada por los dinosaurios. Culpen a Steven Spielberg y su fenomenal Jurassic Park (1993) de toda una camada de niños que soñaban con ser paleontólogos. A corta edad, aprendimos que el triceratopo era el de los cuernos, el estegosaurio era el de las placas y el tiranosaurio rex era el de las manitas. Dentro de ese paquete de seis o siete dinosaurios que conocimos, estaba el fascinante arqueoptérix (Archaeopteryx), al cual conocemos como el architatarabuelo de las aves.

Pues con el descubrimiento del Xiaotingia, el título del arqueoptérix corre peligro. Al parecer, el ala antigua se trata de un dinosaurio con características de ave, en lugar de un ave con características de dinosaurio. Aunque la diferencia parece mínima, el hallazgo del Xiaotingia evidenciaría que el arqueoptérix no fue tan crucial como pensábamos para el desarrollo de las aves actuales.

Este espécimen es fundamental en el entendimiento de la teoría de evolución. El primer fósil fue hallado en 1861, en el yacimiento de Solnhofen, Alemania. Su descubrimiento causó revuelo por la presencia de plumas en las impresiones de piedra caliza. Fue en 1862 que se mostró el primer ejemplar completo; esta demostración se dio a tres años de la publicación de El origen de las especies de Charles Darwin, por lo que sirvió como confirmación de sus revolucionarias ideas.

Antes de que me salgan los defensores del diseño inteligente, les aclaro el Xiaotingia no tira por la borda esas ideas. Lo que cambia es que los paleontólogos y ornitólogos deben mirar hacia otra especie para entender cómo surgieron las aves. Al parecer, desde los años cuarenta existe la duda si el arqueoptérix debe ser considerado como el ancestro primordial o sólo como un terópodo emplumado más.

Con la llegada del Xiaotingia, algunas ideas entran nuevamente en debate. Por ejemplo, el pico del arqueoptérix está diseñado para comer carne, mientras que el del nuevo espécimen es de un herbívoro. De este modo, hay que replantearse si las primeras aves eran carnívoros o si se alimentaban de plantas. Así que, Spielberg, ¡toma nota de los avances para tu cuarta película de Jurassic Park!

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