Cuando se concibió el SMS nunca se pensó que tendría tanto éxito, una forma barata de comunicarnos que evitaba cursar llamadas y con la que podíamos preguntar, avisar o confirmar cualquier cosa (dentro de los 140 caracteres) a nuestros contactos. El siguiente paso lo hemos dado, gracias a los smartphones, con la mensajería instantánea que, a ritmo de vértigo, va ganando usuarios y, por tanto, nos está haciendo relegar el SMS. Tal es el ritmo de crecimiento de usuarios de WhatsApp o BlackBerry Messenger, que sumado a las proyecciones de ventas de smartphones, indica (o al menos eso dice un estudio) que en cinco años el número de usuarios de la mensajería instantánea se triplicará.
El estudio, denominado The Mobile Messaging whitepaper y elaborado por la consultora Juniper Research, situa en 1.300 millones el número de usuarios de este tipo de aplicaciones para el año 2016. Es decir, que 1.300 millones de usuarios adoptarían WhatsApp, BlackBerry Messenger, iMessage o Windows Live Messenger en sus terminales móviles como forma habitual de comunicación con sus contactos. La proyección creo que no está mal encaminada, si tenemos en cuenta que los planes de datos no son excesivamente caros (aunque hay excepciones), la planta de smartphones es grande y seguirá creciendo y, además, casi todos los móviles poseen la capacidad de conectarse a redes wifi.
De todas formas, aunque la mensajería instantánea sea una explosión que siga creciendo y hayamos relegado a un segundo plano el SMS, este servicio seguirá estando vivo. Muchas veces tenemos la manía de matar servicios porque llegan otros nuevos, sin embargo, aunque el SMS pierda algo de terreno no desaparecerá, convivirá con WhatsApp o con BlackBerry Messenger. Cada uno tiene su lugar. Según este estudio el SMS tiene una ventaja que WhatsApp, por ejemplo, no tiene: la capacidad de llegar a todas partes. Según Daniel Ashdown, el autor del estudio:
Con un SMS sé que puedo llegar a casi cualquier teléfono del mundo, si tengo su número, mientras que con los servicios de mensajería instantánea, el mercado está fragmentado por los diferentes servicios que no pueden comunicarse unos con otros.
Y no le falta razón, el SMS es un estándar y, desgraciadamente, los sistemas de mensajería instantánea funcionan bajo esquemas propietarios, como bien comentaba Eduardo en ALT1040, por tanto, la mejor manera de garantizar la difusión, por ahora, es el SMS. Según el estudio, para el año 2016 el SMS será capaz de reportar a las operadoras unas ganacias superiores a 70.000 millones de dólares (casi unos 50.000 millones de euros), ahí es nada.
Otra de las consecuencias del aumento de la penetración de los smartphones entre los usuarios es el crecimiento del uso del correo electrónico en movilidad, que ha traspasado la frontera de lo profesional y ha calado en el uso personal, una tendencia que seguirá en aumento. Y claro está, si aumenta el uso de la mensajería instantánea y el correo electrónico en los móviles y, además, es lógico que también aumente el acceso a redes sociales desde los smartphones, llegamos a una consecuencia esperada: el casi abandono del MMS que se vería superado por el amplio abanico de alternativas con los que compartir contenidos multimedia desde el terminal móvil.