Una nueva controversia legal se cierne sobre Microsoft. Efim Bushmanov, un programador ruso, ha revelado parte del protocolo de Skype, obtenido mediante técnicas de ingeniería inversa. Su intención es que, mediante el trabajo colectivo, se puedan crear alternativas de software libre para este servicio de VoIP. "Otro anarquista más", deben estar pensando en la oficinas de Microsoft.

Buschmanov ha subido el protocolo de Skype con implementación propia a un blog personal, donde cualquier persona puede consultarlo. De acuerdo con las revelaciones del ruso, ha logrado descifrar la función para que los usuarios intercambien mensajes a través del programa, aunque aclara que se trata de una versión antigua del protocolo, pero relativamente similar a la actual.

El problema, claro está, tiene que ver con la cuestión de la propiedad intelectual. Si bien la ingeniería inversa no es del todo ilegal, sí plantea escenarios que probablemente terminen en los tribunales. Varios países --entre ellos, Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea--protegen esta técnica siempre y cuando se utilice para cuestiones de interoperabilidad; y, sobre todo, si no es tecnología patentada, como el caso de los algoritmos de Skype. No obstante, la patente sólo es válida en Estados Unidos. Si un programa similar de código abierto está hospedado en otro país, ¿qué puede hacer Microsoft?

Incluso dentro de la comunidad se escuchan opiniones en contra de la forma en que Buschmanov ha obtenido el protocolo de Skype. Por ejemplo, la ingeniería inversa cae en un pantano legal cuando se considera como una traducción. Mediante este hueco, se podría decir que obtener el código fuente es un trabajo derivado. Empero, acá Buschmanov también lleva las de perder, porque si la empresa original no ha dado permisos para crear derivaciones, se considera como ilegal.

Además, el fuego no sólo llegaría para Buschmanov, sino también para Google. ¿Por qué? Porque la información del código fuente está alojada en un blog de Blogger. Microsoft podría pedirle a la empresa que le de acceso a datos privados del programador; o incluso, a pedirle que retire ese espacio por infracción de derechos. Recordemos que una situación parecida ya pasó cuando Sony cargó contra George Hotz y su servicio de alojamiento por hacer jailbreak de la PS3 --aunque claro, todos sabemos que eso no terminó nada bien--. Entonces, ¿permitirá Microsoft que el código de su flamante adquisición esté rondando por Internet? Yo creo que no.

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