La semana pasada, la IANA entregó el último lote de direcciones IP, 33 millones, que quedaban disponibles a la APNIC (la organización que se encarga de distribuirlas en la región Asia-Pacífico). Esto quiere decir que se termina el stock de direcciones IP que quedaban libres y, por tanto, cada organismo de gestión, de los cinco que hay, tendrá que utilizar las reservas que les quedan, que se estima que nos permitirá llegar hasta el mes de septiembre de este mismo año, y después ¿qué? ¿nos enfrentamos al fin de internet?.
Ni mucho menos, parece que no nos enfrentamos a ningún tipo de apocalipsis de dimensiones épicas, ni tampoco a la histeria que se generó con el famoso efecto 2000, en el que nos anunciaban, básicamente, la parálisis total de muchos de los sistemas del planeta. En esta ocasión nos enfrentamos a la migración hacia un nuevo protocolo, es decir, abandonaremos IPv4 (Internet Protocol versión 4, definido en la RFC 791) y adoptaremos IPv6 (Internet Protocol versión 6, definido en la RFC 2460).
Y ¿por qué este cambio?, pues si el efecto 2000 provenía de un error de diseño (codificar la fecha en dos dígitos sin pensar en un cambio de milenio), se podría decir que, salvando un poco las distancias, IPv4 proviene de una suposición que al final acabó quedándose corta, aunque también es verdad que en esa época era complicado pensar en la revolución de Internet y en la cantidad de dispositivos conectados a la red.
IPv4 se basa en un pool de direcciones codificadas en 32 bits, por tanto, 4.294.967.296 direcciones de las cuales, un grupo bastante elevado se encuentra destinado a redes de área local, con lo que empieza a acotarse un poco el campo. Además, existen otros factores que han contribuido a desperdiciar este, ya escaso, recurso:
- En sus orígenes, nunca se pensó en el descomunal crecimiento que iba a tener Internet, por lo que se asignaron bloques muy grandes de direcciones (las conocidas como clase A, con 16 millones de direcciones) a países, empresas y universidades. Por ejemplo, al principio, existían corporaciones que tenían reservadas más direcciones IP que Japón o que todo el continente Africano, como el MIT, Ford o IBM. Las grandes corporaciones y organismos que en los años 80 obtuvieron paquetes de direcciones de clase A, al final, nunca las han utilizado todas ni tampoco han devuelto las sobrantes. Han seguido tilizando direcciones públicas para equipos que no son accesibles fuera de sus redes locales. Otro problema era el tema de la división de un rango de direccionamiento en subredes más pequeñas, puesto que al dividir, la primera y última dirección resultantes no son utilizables, además de que las divisiones deben hacerse en números que sean potencia de 2, por lo que, normalmente, se acaban quedando direcciones libres que no son utilizadas.
Además, la propia evolución tecnológica ha contribuido al agotamiento de direcciones, básicamente por:
Al principio, las conexiones de datos estaban basadas en módems, por tanto, no eran persistentes y no necesitaban un direccionamiento fijo para cada cliente, sin embargo, la inclusión de líneas dedicadas y la explosión de la banda ancha han provocado que, prácticamente, cada hogar conectado a la red necesite de una IP pública. Además, la telefonía móvil, la inclusión de servicios de datos y la rápida penetración de los smartphones ha incrementado, exponencialmente, la necesidad de direcciones IP.
Realmente, todo esto era impensable en los años 70 para Vinton 'Vint' G. Cerf y Robert Elliot Kahn, los considerados padres de Internet. Vint Cert, que es el Chief Internet Evangelist de Google y presidente de la ICANN, recientemente, en una entrevista para el Sidney Morning Herald comentó que:
Pensé que era un experimento y que 4.300 millones direcciones serían suficientes. ¿Quién diablos sabía cuántas direcciones se necesitaban? Esto no significa que Internet se pare, simplemente significa que no se ha construido muy bien
Vale, pues entonces si uno de los padres de Internet dice eso, entonces, la situación es peor de lo que parecia, ¿no?. Pues no, desde hace bastante tiempo se ha trabajado en la evolución hacia IPv6 que parte con una base de direcciones que va a ser complicada de agotar. IPv6 llega con direcciones codificadas en 128 bits, es decir, 340.282.366.920.938.463.463.374.607.431.768.211.456 de direcciones (67 mil billones de direcciones por cada milímetro cuadrado de superficie del planeta), lo cual es de suponer que nos de sufiente margen de maniobra durante bastante tiempo. ¿El problema actual?, la transición a IPv6, que no será un proceso inmediato ni tan simple como pulsar un botón que conmute al nuevo protocolo.
No es que haya que alarmarse pero no hay que dormirse. La prueba de fuego la veremos en el mes de junio, concretamente, el día 8, que es el World IPv6 Day, es decir, el día en el que Yahoo!, Facebook, Bing, Akamai o Google, durante 24 horas, pondrán sus servicios disponibles bajo IPv6 para comprobar que todo marcha correctamente y, que esta transición, apenas afecta a los usuarios.
Y digo apenas afectará a los usuarios porque, a pesar de que la mayoría de sistemas operativos soportan IPv6, es posible que algunos usuarios tengan que modificar el firmware de sus routers, algunas empresas tengan que revisar su red, etc, aunque esto no será un apagón total, si no una transición progresiva en la que convivirán ambos servicios.
De hecho, ya están conviviendo ambos sistemas desde hace tiempo:
El gobierno de los Estados Unidos ordenó el despliegue de IPv6 en sus agencias federales en el año 2008 NIC México desde agosto de 2005 permite la utilización de direcciones IPv6 en sus sistemas y desde Marzo de 2009 opera servidores de DNS que soportan IPv6 para los dominios .mx * YouTube está preparado con IPv6 desde hace 4 ó 5 año al igual que Facebook o Google * Durante la Campus Party de Brasil del pasado mes de enero, Telefónica realizó pruebas de IPv6
Aunque, de todas formas, a IPv6 le queda bastante rodaje y, mucho me temo, que esta transición va a ser larga en el tiempo, algunos estiman dos años, y no estará libre de bugs y parches. De hecho, los usuarios tendremos que mantener, durante esta coexistencia, ambos protocolos activados (doble-pila) para acceder a los servicios que no tengan IPv6, y que sigan funcionando con IPv4.
Aún así, el día de las pruebas de IPv6, no sólo los grandes de Internet tendrán que estar preparados, los ISPs y las empresas también deberían estarlo. Yahoo ha calculado que perderá 1.000.000 de usuarios el día de las pruebas, simplemente, porque alguno de los eslabones de la cadena no haya hecho los deberes (por eso las pruebas sólo durarán un día).
Por cierto, además de una fuente inagotable de direcciones disponibles, IPv6 nos ofrecerá mayor seguridad (IPsec, es obligatorio en IPv6) y nos ofrecerá una mejor protección frente nivel de a ataques “por fuerza bruta”. Además, facilitará la gestión mediante la autoconfiguración (que nos podría liberar de los servidores de DHCP) y agregar mecanismos de calidad de servicio, mediante flujos de tráfico.
En definitiva, que durante un par de años ambos servicios coexistirán, los usuarios finales prácticamente serán los últimos en migrar y la mayor parte del trabajo será para las empresas proveedoras de servicios. Lo que algunos han llamado el IPv4 ARPAgeddon, o el IPocalypse, no creo que sea un colapso total de Internet, si bien es cierto, que los que los servicios que no hayan trabajado para esta transición, puede que terminen teniendo fallos y tengan que invertir, más dinero, en restablecer sus servicios y adaptarse.
Imágenes: ALT1040, GreenIT y Lukasz Tomicki