En el día de hoy se ha conocido que Facebook retrasa los permisos de acceso a datos de dirección y número de teléfono a terceros. En realidad no es que se lo estén pensando, simplemente la opción está desactivada hasta implementarla de la mejor forma posible. Como os comentaba ayer Sebastián, la llegada de la posibilidad de compartir nuestra información puede ser perjudicial si no sabes realmente para qué la quieren o qué usos podrían llegar a darse. Será tan sencillo como permitir una autorización en la ventana emergente cuando instalemos una aplicación.

¿Qué es lo peor que podría ocurrir? En principio no mucho, y la mayoría de los internautas con un mínimo de uso en la red sabrán lo que "filtran" y lo que no. Una de las claves por las que la red social implementa este sistema es para ofrecer una mayor facilidad y flexibilidad a la hora de realizar ciertas operaciones como pueden ser rellenar formularios o algún tipo de pago electrónico, simplificando todo con esta ventana donde elegimos permitir o no el acceso a nuestros datos.

Pero es verdad que la duda ante la obtención de un dato como puede ser el teléfono o nuestra dirección es algo más "difícil" de permitir. Auque la opción es puramente opcional, en el caso de los más jóvenes o incluso para aquellos que están menos familiarizados con las herramientas, existe una manera muy sencilla de eliminar este rastro y evitar males mayores. Son cuatro sencillos pasos con los que eliminar de nuestra cuenta la dirección y el teléfono en Facebook:

1. Accedemos a nuestra cuenta en Facebook y entramos en la pestaña de 'Editar Perfil'.

2. Nos vamos a la última pestaña a la izquierda y accedemos a 'Información de contacto'.

3. Eliminamos el "rastro" que no deseamos tener. En este caso las opciones van desde tu dirección, teléfono, código postal…

4. Guardamos los cambios.

En cualquier caso no está de más eliminar o acceder y gestionar siempre nosotros mismos lo que hemos puesto como visible en las redes sociales. Al cabo de un tiempo, y Facebook ya lleva unos años entre nosotros, muchos habrán puesto información que ahora no recuerdan y debiéramos siempre tener controlada nuestra privacidad y marcar nosotros mismo los límites de acceso a terceros.

Pensemos en la batalla judicial que se vive hoy en España con la demanda a Google. La Agencia de Protección de Datos pretende que Google elimine el rastro de varios demandantes, que su vida digital pase a mejor vida. Hasta que exista una regulación capaz de discernir entre los límites de la libertad de expresión y la privacidad del usuario (y esperemos que falle a favor de la libertad en la red), somos nosotros los que debemos poner los límites que cada uno crea conveniente.

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